Iván Pedroso: “He tomado otro camino”

Iván Pedroso / Foto: Roberto Ruiz

Iván Pedroso / Foto: Roberto Ruiz

Iván Pedroso ya no vive en Cuba. Ha cambiado Miramar por España. No por Francia como muchos piensan. Después de ausentarse por un tiempo, reapareció para los cubanos hace un año atrás, en las gradas del Luzhnikí, durante el mundial de atletismo de Moscú, en un nuevo rol. Moldeando la carrera y los pasos del francés Teddy Tamgho, el un, dos, tres, el vuelo, el estirón final. Una secuencia técnica, tan majestuosa, tan pulcra, que la cotizaron en oro.

Ahora Pedroso es el coach del campeón del mundo de triple salto, un atleta absolutamente fuera de serie, al que el talento se le desparrama de los bolsillos, pero que fuera de la pistilla, sin pinchos y licra, es un tipo demasiado extravagante, hasta colérico. Teddy, recordista mundial bajo techo (17.92), deportivamente no pasa por un buen momento, ha sido sancionado por un año por la Federación Francesa de Atletismo por ausentarse a varios controles antidoping de rigor. Antes, también había sido suspendido por golpear a una atleta femenina en pleno campo de entrenamiento.

Ambos, entrenador y atleta, decidieron viajar y alejarse de las sombras que acechan a Tamgho, para recuperar la forma física después de este impasse prolongado en el que, además, ha influido una gravísima lesión en la tibia derecha. Ya se han marchado a Europa, estuvieron alrededor de un mes en La Habana de Iván. Días antes de la despedida pude hablar con el mítico saltador de longitud.

Pero no fue la charla que hubiese querido tener con Pedroso, ese diálogo reposado, sin corretaje, en el que hubiésemos hablado sobre aquella noche legendaria en Sídney y aquel bribón de Jai Taurima, de su soberbia batalla por desbancar la barrera de los nueve metros, de su 8,96 y la impertinencia del viento, de sus 9 campeonatos del mundo, de los 4 al aire libre y los 5 bajo techo. Una conversación donde al menos me diera tiempo a sobresaltarme.

El salto de longitud te reportó todos tus triunfos en el atletismo, sin embargo, ahora funges como entrenador de triple. ¿Una cuestión coyuntural o de gusto?    

Los entrenamientos de saltos tienen muchas cosas parecidas, la única diferencia radica en que el salto de longitud tiene un ángulo más alto y el triple uno mucho más bajito. Pero siempre me gustó el triple salto, al principio de mi carrera cuando tenía 15 o 16 años lo practiqué, me gustaba más que el salto de longitud. Lo que pasa es que tuve la suerte de que los resultados en la longitud me llegaran más rápido y eso hizo que me olvidara del triple. He tomado este nuevo reto como entrenador para motivarme, para que este lapso brusco de atleta activo al retiro no me abrume demasiado. Es bien difícil dejar la pista, por eso me he dispuesto a enfrentar esta nueva faceta, para no abandonarla y alejarme del deporte. Nunca podré estar lejos de él.

¿Cómo se produce tu encuentro con Teddy, cómo llegas a ser su entrenador?

Fue sencillo. Fui a presenciar un mitin en Europa como aficionado y él competía ese día. Al verme en la grada, me contactó a través de una entrenadora cubana que trabaja para la Federación Francesa de Atletismo, luego hablamos y me marché. Quedó el contacto y nos seguimos comunicando por Facebook. Teddy me planteó que quería que fuera su entrenador personal, que esa idea le agradaba porque desde pequeño él me tenía como un ídolo. Pactamos una cita, nos vimos y comenzamos a entrenar. Así de rápido.

Teddy Tamgho es considerado, quizá, el saltador triple de mayor talento en el orbe, pero su ego, su irracional conducta fuera de la pistilla, muchas veces lo traiciona. Háblame un poco de tu relación con él. 

Estamos trabajando juntos desde octubre de 2010 y he ido apreciando su crecimiento, indiscutiblemente ha madurado. Como muchos atletas en su juventud cometen errores, la falta de experiencia los traiciona y suelen tomar decisiones y cometer hechos indebidos. Sobre todo, los problemas de Teddy han sido extradeportivos, pero poco a poco ha ido mejorando mucho, ya tiene 25 años y no es el mismo de antes, piensa y medita mejor las cosas. Pero te digo, no hay porqué caerle encima por esos errores, las equivocaciones están en la vida, somos mortales, les pasan a todos los atletas. Lo que sucede es que Europa es muy agresiva, no perdona el más mínimo desliz.

Tamgho viene saliendo de una situación bien difícil, se encuentra cumpliendo una sanción disciplinaria impuesta por la Federación Francesa de Atletismo y además se recupera de una lesión. Coméntame al respecto.

Ahora mismo se encuentra muy bien, en excelente forma. Hemos culminado una etapa básica y esencial de entrenamiento, el ciclo de resistencia muscular lo ha concluido mostrándose en óptimas condiciones. Y el tiempo de sanción lo termina en marzo próximo, aunque tal vez pueda que se le rebaje y así arranque a competir antes, estamos esperando el veredicto final, de concretarse como esperamos, Teddy estará saltando en el venidero campeonato europeo.

¿Por qué la Habana para la recuperación de la lesión?

Decidimos la Habana porque Paris es una ciudad con un clima muy enrevesado para entrenar, lo mismo hay sol, que de momento hay frío, que llueve, y es muy complicado entrenar bajo esas condiciones. Nosotros siempre nos movíamos hacia el sur de España o en Sudáfrica, pero en esas zonas el calor es demasiado seco. Entonces le comenté a Teddy que el calor de Cuba es diferente, que los dolores, las molestias, desaparecen al instante porque es un clima muy caliente, húmedo y absorbe todo los problemas físicos.

¿Le gustó La Habana a Teddy?

Le ha encantado muchísimo, se fue satisfecho con la estancia, pensamos regresar de nuevo. Sobre todas las cosas porque pudo entrenar con tranquilidad en la playa, porque el clima le ha sido favorable para su recuperación, porque la gente le ha sido muy agradable y le han dado bastantes consejos. Él conoce a muchos de los atletas de la selección nacional, ha coincidido en competencias con ellos y además recientemente compartió con algunos cubanos en el campeonato mundial juvenil donde su atleta junior salió campeona del orbe.

De los rivales más serios que puede toparse hoy día Teddy Tamgho están: Lázaro Martínez y Pedro Pablo Pichardo. ¿Qué sensaciones experimentas cuando tienes a un cubano como contendiente de tu atleta?    

Estuve muchos años representando a Cuba, le di todos los triunfos posibles, más no pude darle, pero resulta que ahora he tomado otro camino, soy entrenador del equipo de Francia, pero todo sigue estando tranquilo, no pasa nada, entre Cuba e Iván la cosa nunca cambiará. ¿Recuerdas el mundial de Moscú del pasado año?, en la grada estábamos sentados juntos, unos al lado de los otros, el profesor Ponce, Daniel Osorio y el comisionado nacional Jorge Luis Sánchez, durante la final del triple. La gente no puede asombrarse con este tipo de cuestiones, tiene que ver los triunfos de los cubanos que están bajo otras banderas como un triunfo más para Cuba, como un éxito del país también. Y no reparar en que si Pichardo cogió plata porque el atleta de Iván Pedroso se llevó el oro, sino que Cuba está representada en Francia y eso también tiene que darles orgullo a las personas.

Has estado solo un mes en casa. ¿Mucha nostalgia volver a dejar la tierra atrás?

Estar fuera de tu tierra no es nada fácil, estar lejos de la familia, de los amigos, de los seres queridos no es nada agradable, es torturante. Te sientes solo, no tienes a nadie, pero en la vida hay que sacrificarse para lograr los objetivos que uno se propone. En mi caso tuve que dejar atrás todo, es difícil pero no imposible.

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