¿Javier Sotomayor en la varilla floja?

Javier Sotomayor, recordista mundial de salto de alturas, recibió el premio As Leyenda. Foto: Archivo

Javier Sotomayor, recordista mundial de salto de alturas, recibió el premio As Leyenda. Foto: Archivo

Ostentar un récord del mundo es entrar en la historia del deporte, pues el nombre queda inscrito para siempre en los libros. Y si se trata  del atletismo, la distinción se torna especial, ya que muchos lo consideran “el deporte rey”.

En ese grupo de absoluta elite aparece ahora mismo un cubano. El 27 de julio de 1993 en la ciudad española  de Salamanca, dejó establecido un registro planetario. Marca: 2,45 metros. Especialidad. Salto de altura. Nombre: Javier Sotomayor Sanabria. Fecha de nacimiento 13 de octubre de 1967. Lugar: Limonar, Matanzas.

En realidad era esta su tercera plusmarca mundial al aire libre. Antes había logrado los 2, 43 metros en la propia Salamanca, el 8 de septiembre de 1988. Algo especial había allí. No por gusto en esa ciudad han rebautizado el estadio con su nombre.

Cuando el 29 de julio de 1989 logró 2, 44 metros en San Juan, Puerto Rico, un grupo de sus compañeros se abalanzaron a felicitarlo. Los jueces tuvieron que proteger la varilla ante el desbordado entusiasmo. La prensa destacó que un ser humano había saltado el equivalente a una portería de fútbol.

Tuve el privilegio de verle en su primer registro mundial, este de la categoría juvenil. Memorial Barrientos,  Santiago de Cuba, 23 de febrero de 1986.  Fue su nacimiento a la grandeza. Fue el último competidor ese día. Cuando el altavoz anunció el intento, todos saltamos con él. El aire se tornó más ligero. Y pude estrechar su mano de campeón.

El llamado “Príncipe de las alturas” mejoró varias veces el registro nacional, pero no fue un atleta fugaz de una marca. Ganó el campeonato olímpico de Barcelona 1992 —donde Cuba acudía tras doce años de lamentable ausencia— y sumó una plata en Sydney 2000, tras anulársele una suspensión envuelta en muchas controversias.

También ganó cuatro medallas en mundiales a cielo abierto (2-2-0) y seis bajo techo (4-1-1), donde también ostenta el tope universal de 2,43;  eso sin olvidar sus cinco preseas en Copas del Mundo (1-2-2),  así como los tres campeonatos panamericanos, tres  del área centrocaribeña y uno mundial universitario.

Pero el instante mítico de su carrera es el vigente, el anhelado, el difícil  2,45.  El propio autor le sacó su filón económico, tomándolo como sello de su restaurante.

Saque la cuenta: la marca de Sotomayor ha resistido incólume más de dos décadas, sin que otro terrícola la haya superado; si bien es preciso apuntar que los candidatos para mejorarla ya han comenzado el asalto. Y la cosa va en serio.

El mundo ha visto en fechas recientes, el suspense del atleta y la varilla sobre un centímetro más. También hemos escuchado los juicios de algunos comentaristas cubanos, deseando que el listón caiga, que el récord se prolongue. No compartimos, por cierto, el mismo deseo. No es posible detener el presente.

Los candidatos

Necesariamente hemos de entrar en el imperio de las estadísticas. Según el ranking de todos los tiempos, Sotomayor es el único que ha sobrepasado la exigente cifra de 2.40 metros en quince oportunidades; pero en el selecto club se ha integrado un quinteto en los dos últimos años.

Ellos son: el ruso Ivan Ukhov, el canadiense Derek Drouin y el ucraniano Andrey Protsenko;  pero los que  parecen firmes candidatos a derribar su límite universal son el también ucraniano Bogdan Bondarenko y el catarí Mutaz Essa Barshim.  No han logrado sus intentos sobre los 2,46, pero la impresión ha sido que sí pueden. Y parecen haberle tomado la medida a la altura.

Bondarenko nació en 1989 en Jarkov y con sus 1,97 metros de altura, es el actual titular universal en Moscú 2013. En siete  ocasiones ha llegado a 2,40 o más. Barshim es el orgullo de Catar y aún más joven que el europeo, pues nació en 1991. Bronce en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, mide 1,92 metros. Cinco veces ha estado por sobre la cifra mágica. Este año alcanzó un flamante 2,43 que lo catapultaron al tercer lugar compartido del ranking de todos los tiempos. Sé que me arriesgo en el pronóstico, pero ese deportista con cara de niño, pinta a recordista.

¿Vendrá la marca en el declive de la temporada? Parece improbable. ¿En el 2015? ¿Acaso vendrá? Cada registro planetario es resultado de excepcionales condiciones físicas, preparación sicológica, respuesta a la presión de la competencia y un poco de suerte en las condiciones favorables del ambiente. Si eso se une, no tengo dudas que habrá un nuevo registro mundial de salto de altura. Pero, mientras especulaciones y resultados juegan su danza de pronósticos, solo una cosa es segura: el hombre que  más ha saltado en la historia, sigue siendo un cubano. Y se llama Javier Sotomayor.

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