José Fernández entra a lanzar en el Purgatorio de los pitcher

¡Nadie lo puede creer! José Fernández acaba de perder el peor juego en su incipiente y fructífera carrera en el béisbol de Grandes Ligas. El novato del año 2013, la estrella fulgurante del pitcheo de los Marlins de Miami acaba de romperse su codo de lanzar y estará fuera de los terrenos de pelota, mínimo hasta el próximo verano.

Si pudiéramos decirlo más sutilmente, Fernández tiene una rotura en el ligamento ulnar colateral de su codo derecho y necesita cirugía, pero no podemos decirlo así, lamentablemente su codo explotó, esa es la pura realidad. La magia emanada de su brazo se ha detenido abruptamente como una tempestad que desaparece cuando se espera lo peor. El hombre que regaló miles de alegrías, hoy provoca rostros de tristeza. Este jovencito de 21 abriles que impresionó a todos el año pasado y durante el primer mes de la temporada 2014 tendrá que crecerse una vez más, ahora ante la bestia negra de todo lanzador: la operación Tommy John, –nombre dado a ese tipo de cirugía para reparar el codo.

Decimos que debe crecerse, porque el período de recuperación posterior a la operación oscila entre los 12 y 18 meses. Demasiado tiempo para que los demonios afloren por su cabeza y le digan que su codo, ese brazo que maravilló a la gran carpa, no volverá a tener la potencia de antes. Ejemplos sobran, él y todos los fanáticos del béisbol lo saben.

Pero Fernández no da su juego por perdido, se resiste a que su codo le doblegue su espíritu bonachón, le apague su amplia sonrisa, o le derrumbe su voluntad de hierro. Ahora mismo busca una segunda opinión del equipo médico de los Marlins luego que otro doctor encontrara la rotura en el ligamento y recomendara cirugía.

Los Marlins, ni la familia de Fernández, ni el propio jugador, han confirmado lo que es un secreto a voces. Quizás, aún conservan ese hálito de esperanza y esperan que los galenos descarten la cirugía y lo manden a rehabilitación.

Pero la situación médica no es esperanzadora. Fernández se resiste como todo gladiador que no cede en su empeño por superar las adversidades y demostrar que es un titán no solo del box, sino también de la vida.

En estas horas difíciles solo él y Dios sabrán lo que pasa por su mente. Seguro ya habrá mirado más de mil veces su codo, lo habrá palpado sutilmente y le habrá espetado en un murmuro… ¡Coño no me hagas esto carajo, si ambos dependemos el uno del otro!

Los Marlins no hablan, pero llamaron al lanzador zurdo Dan Jennings de la filial de Triple A Nueva Orleáns. Saben que su estrella no actuará en ningún escenario, por más que no confirmen lo peor.

El calvario que hoy vive Fernández se ha convertido en una epidemia, para los lanzadores en la MLB esta campaña. La rotura de codos no ha tenido piedad en el 2014. Es una pandemia que ha provocado debates acerca de la sobre exposición a que se someten los brazos de los lanzadores desde edades muy tempranas.

La lista de lesionados que han tenido que recurrir a la Tommy John  parece infinita. Al paso que va llegará a más de 50 serpentineros para cuando caiga el telón de las mayores en octubre próximo. No es mentira, observen el número de pitchers que están fuera por ese motivo en poco más de un mes de temporada.

Desde los campos de entrenamiento primaverales uno a uno comenzaron a caer

Kris MedlenBrandon Beachy y Cory Gearrin, de los Bravos de AtlantaPatrick Corbin, de los Diamondbacks de ArizonaJarrod Parker y A.J. Griffin, de los Atléticos de OaklandMatt Moore, de los Rays de Tampa BayIván Nova, de los Yankees de Nueva YorkJosh Johnson, de los Padres de San DiegoBobby Parnell, de los Mets de Nueva YorkLuke Hochevar, de los Reales de Kansas CityBruce Rondón, relevista de losTigres de Detroit; y Jameson Taillon, de los Piratas de Pittsburgh, y desde hace unas horas se agragó el nombre de Fernández. Veremos quién es el próximo que entra en la nefasta lista.

Ninguno de los infortunados rebasa las tres décadas y los 9 años de experiencia en las mayores. La ciencia no encuentra respuestas, solo palabras vacías que no convencen a nadie. Las teorías de los ovnis son más creíbles. Solo una supuesta fatiga del codo es la explicación más sólida, pero no hay un patrón que se repita cuando miramos a dos pitcher con la misma lesión. Volvemos al principio. Nadie sabe cómo y por qué el ligamento ulnar colateral, se rompe como una muñeca de porcelana.

La ciencia está a día de hoy muy avanzada. Estelares del box como Stephen Strasburg y Adam Wainwright pasaron por cirugía del codo y regresaron con tanta o mayor calidad en sus envíos. Sucede que no hay un éxito garantizado en la recuperación, cada caso es único como la mente de una persona.

A Fernández, por ahora, solo le queda esperar la segunda confirmación de lo inevitable para visitar el quirófano. Aguardemos porque su brazo no haya realizado el último envío en Las Mayores, y en junio o julio de 2015 lo veamos en el montículo del Marlins Park con la amplia sonrisa y el aplomo necesario para infundir el mismo respeto que se ganó desde su primera salida.

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