Judokickbox: un arte marcial a lo cubano

Foto: Cortesía Carlos Finales

Foto: Cortesía Carlos Finales

Crear un arte marcial y lograr su reconocimiento por la Asociación Mundial (WMMAA World MMA Association) y el Consejo Mundial de Deportes de Combate y Artes Marciales (WFMC World Fight Martial Council) no parece cosa de cubanos.  Los deportes de este tipo siempre se asocian con China, Japón u otro país asiático, sensación reforzada también por el cine, pero resulta que dos nacidos en este archipiélago se empeñaron en acuñar un estilo de combate propio.

“El Judokickbox o JKB es una unión de modalidades como el Judo, el Boxeo (dos deportes con sobrados resultados en lides internacionales) y el Kickboxing, además de sumar varios movimientos de disciplinas como el Taekwondo y el Karate”, nos explicó Carlos Finales, uno de sus creadores junto a Erik “El Tigre” Castaños. Habanero y pinareño, en ese orden, actualmente residen en Miami.

La historia se remonta al 2002, cuando comenzaron a trabajar en lo que muchos calificaron “de locos” al inicio, pero que hoy observan de un modo diferente. “Siempre nos preguntábamos, ¿si los brasileños desarrollaron con sus características lo que es el Jiu- Jitsu japonés, al punto que hoy lo comentan como suyo, por qué no podemos establecer un estilo propio, diferente, que nos quedara como anillo al dedo a nosotros, eternos luchadores?”, recordó a OnCuba Finales, presidente de la organización del JKB a nivel mundial, la WJKBF World Judokickbox Federation.

Las diferencias esenciales entre el Arte Marcial Mixto (MMA) tradicional y el MMA cubano es que se trabaja con técnicas de combinaciones y énfasis en el trabajo en el suelo, ajustándose al ritmo y a las características de pelea de los cubanos. Además, se practica de una manera marcial, debido a que sus competidores tienen la posibilidad de obtener un cinturón de acuerdo a su nivel de aprendizaje.

“Un cinturón que tiene tres franjas: roja, azul y blanca, como la bandera de la estrella solitaria. Somos los primeros en el arte marcial mixto en enseñar de esa forma. Es algo 100 por ciento cubano”, añadió Carlos, como quien desea asegurarse que no falte ningún detalle.

Hace apenas un lustro, se lanzaron a la quimérica faena de expandir el JKB. El primer objetivo fue promocionarlo en Cuba, para después enseñarle al mundo la creación. “La aceptación ha sido mayúscula. Tras encender la maquinaria en la isla, el siguiente paso fue que la Federación Mundial de MMA nos reconociera. Ambos objetivos fueron cumplidos en breve tiempo”.

Foto: Cortesía Carlos Finales
Foto: Cortesía Carlos Finales

En casa, la aceptación no se hizo esperar. Si bien no han sido reconocidos por el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), y navegan a contracorriente, el flujo de practicantes crece sin pausa. Provincias como La Habana (85 exponentes), Isla de la Juventud (180), Holguín (90), Santiago de Cuba (25), Sancti Spíritus (90) y Cienfuegos (20) suman adeptos.

Además, los pioneros les concedieron a los pupilos en Cuba un poder para desarrollar el judokickbox de manera independiente, de modo que no se sintieran presionados ni el movimiento fuera visto con ánimo de lucro o de mediación. Así, Osvaldo George y Sarbelio Bello, presidente y director técnico de la disciplina, respectivamente, son los que rigen la materia en el territorio nacional.

“Resulta increíble lo que han logrado en tan poco tiempo y con un mínimo de recursos. La ilusión que despiertan en los atletas y la manera en que se entregan genera infinidades de elogios. Cada vez que llamo para saber cómo marcha todo, doy gracias a Dios por haber confiado en ambos. Se entregan en cuerpo y alma, y poco a poco le han dado vitalidad al procedimiento”, expresó el cinturón negro primer dan en Karate, Judo, Taekwondo, Kickboxing y Defensa personal.

“A pesar de que estoy a 90 millas, viajo constantemente a revisar el trabajo, dialogar con los muchachos, apoyar con los métodos e instrumentos de entrenamiento. Esta es mi mayor creación y no la puedo dejar caer. Igualmente, nos reunimos con los representantes de cada zona para estudiar estrategias que nos conduzcan a elevar la calidad de los deportistas y aumentar el número de gimnasios”.

Foto: Cortesía Carlos Finales
Foto: Cortesía Carlos Finales

Finales, de 53 años, se jacta al hablar sobre el nivel de los alumnos. “Muchos de ellos están preparados para enfrentar compromisos internacionales. Eso quedó demostrado en el Abierto UCC25 en Panamá, torneo que cerramos con dos medallas, un oro y una plata. La otra opción se nos escapó por falta de roce, tal vez de oficio. No en vano, los dirigentes del ente rector a nivel mundial quedaron impresionados con nuestras presentaciones y también se han unido a nuestro sueño”.

Vale mencionar que la práctica del judokickbox se ha extendido a más de una veintena de naciones. Según los registros oficiales hasta el pasado mes de noviembre tenían aproximadamente entre 725 y 800 practicantes, distribuidos en 25 países, con Argentina, Chile, Nicaragua, Estados Unidos, Honduras, Italia y Austria con los mayores números de registrados.

Los principales regentes de esta modalidad en Cuba han logrado realizar tres campeonatos nacionales, dos torneos abiertos (de conjunto con los practicantes del Kansen Ryu) y varios eventos municipales en algunos territorios. Pero no queda ahí, según Finales existen conversaciones para asistir a lides en Ecuador y Nicaragua durante este 2016.

FB_IMG_1447002187040Empero, la ilusión es aún más alta: “Una de nuestras mayores añoranzas en la actualidad es concretar un tope entre Cuba-Estados Unidos. La propuesta está en el INDER. El JKB no desea dejar de sumarse al histórico proceso de normalización de relaciones. Esperamos que respondan de forma positiva, pues sería otra bonita oportunidad de acercar a los deportistas de ambos lados del Estrecho de la Florida”, manifestó.

“Nuestra intención inmediata es que el máximo organismo deportivo de nuestro país reconozca al JKB como el arte marcial mixto cubano. Hemos dado muestras de seriedad y de buen trabajo, y confío en el juicio, la capacidad y la buena voluntad de su presidente, el señor Antonio Becalli, a quien conocí y me pareció una persona de excelentes ideas”, espetó.

El fundador presidente de esta modalidad sueña con que su deporte forme parte de la identidad del cubano, como sus ritmos musicales, el ron o el tabaco. “Dejar un legado a las futuras generaciones. Esa es la idea. Crecer en Cuba, que la gente aprenda y se identifique. Incluso, no resulta nada atrevido pensar en sumar campeones en el Ultimate Fighting Championship. Después, seguir creciendo en la arena internacional.

“Esto de fundar el único arte marcial mixto cubano reconocido en la historia me ha robado la vida y yo muy feliz con la situación. Algún día se verán los frutos, y, entonces, descansaré, sabedor de que la misión fue cumplida. Nada sería más reconfortante. Solo resta trabajar y trabajar”, dijo, sentado en un local ubicado en la capitalina calle Zanja, con una sonrisa en el rostro y la mirada en los hierros que los “hijos” del judokickbox hacían volar por los aires.

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