Kendrys volverá a navegar en Seattle

En medio de agradables y sucesivas noticias sobre el buen rendimiento de los peloteros cubanos en la MLB hay una que demanda mucha atención: Kendrys Morales deja Minnesota para volver a Seattle.

La información no refiere un traspaso cualquiera sino uno que trasciende y arranca sonrisas y rostros de extrañeza entre los seguidores del béisbol, ya que precisamente Kendrys y la franquicia a la que retorna protagonizaron a finales del pasado año un culebrón cuya trama principal fue la firma o no del cubano para seguir jugando en la ciudad de la Space Needle.

Proveniente de los Angelinos, el natural de Fomento, Sancti Spíritus, estuvo con los Marineros toda la temporada anterior. Participó en 156 juegos en los que promedió 277, con 23 jonrones, 34 dobles y 80 carreras producidas; estadísticas que motivaron a la gerencia del equipo a ofrecerle un contrato de 14.1 millones de dólares para hacerse con sus servicios por un año más.

Sin embargo, la oferta no se acercó a los requerimientos de Kendrys, que solicitaba un contrato por tres o cuatro temporadas y alrededor de 50 millones. A partir de ahí, el que al momento de su partida de la Isla ocho años antes se definía por los especialistas como el mayor prospecto llegado desde Cuba a la Gran Carpa, comenzó a ver su nombre en notas de la prensa especializada y no por sus resultados y acciones decisivas en el juego, como todo practicante disfruta.

El inicialista y uno de los bateadores designados más efectivos durante sus siete temporadas como big leaguer era relevante por integrar una lista de 13 agentes libres que, de no aceptar las ofertas de sus franquicias, quedarían sin equipo para la próxima temporada, y así fue.

Los Marineros no variaron el tablero y Kendrys decidió esperar otra oferta más lucrativa y estable que no llegó, al menos como él codiciaba. No fue sino hasta este junio que los Mellizos, necesitados de un designado de calidad que dotase a su line up de más fuerza con vistas a lograr la clasificación, pensaron en él y le ofrecieron 12 millones reducidos a  7.4 por su incorporación tardía en la temporada, por jugar con ellos un año. Por supuesto, la opción le agradó más que seguir entrenando por su cuenta en Miami.

De esta forma se trasladó a Minnesota y debido al tiempo que permaneció alejado del mayor nivel empezó con un ritmo lento. En un total de 39 juegos promedió para 234, con 11 dobles, 18 empujadas y, lo más llamativo, sólo un cuadrangular. No obstante, en las últimas cuatro subseries estuvo on fire y se mantuvo 12 partidos consecutivos bateando de hit.

Tal vez este levantón en su rendimiento determinó a los Marineros a negociar con los Mellizos para traer de regreso a una oveja descarriada que nunca quisieron dejar escapar, a cambio del relevista Stephen Pryor. Buscan fortalecer su capacidad ofensiva en las últimas nueve semanas de la temporada para mantenerse en la pelea por el segundo comodín de la Liga Americana y Kendrys, en su condición de slugger ambidextro, le da opciones de mejoría a un conjunto de excepcional pitcheo, el mejor de la temporada en las Mayores, pero que es el penúltimo en su liga en cuanto a carreras por juego y average colectivo, y el último en slugging y promedio de bateo con corredores en base.

Los motivos del otrora integrante de los Industriales de La Habana para aceptar su vuelta a los Marineros deben pasar por el hecho de que los Mellizos ya no son fuertes candidatos a una de las plazas para los Play Off, y en definitiva Seattle fue una experiencia positiva en su carrera, salvo por los desacuerdos en la extensión del contrato.

Sea como sea, el reencuentro de Kendrys Morales con su ex y ahora nuevo equipo debe producirse este viernes. Sólo esperemos que rinda como todos sus seguidores desean y que al final de la temporada su carrera no caiga en un bucle, que ya los propios Marineros o cualquier otra franquicia le ofrezcan un contrato acorde a sus expectativas, aunque estas también deberán ajustarse a sus resultados.

Salir de la versión móvil