La National Basketball Association (NBA) acaba de aterrizar en La Habana. El anuncio de la visita de la prestigiosa liga profesional de baloncesto de los Estados Unidos a Cuba se ha concretado. Desde hoy hasta el domingo 26 de abril, la entidad tiene previsto desarrollar en la isla una gama de actividades como parte de su proyecto Baloncesto sin fronteras que comprende la realización de talleres y clínicas profesionales del deporte, así como la remodelación de una cancha de básquet.
De esta manera, la NBA se convierte en la primera liga profesional norteña en arribar a Cuba después del 17 de diciembre, fecha en que ambas naciones decidieron restablecer las relaciones diplomáticas.
Como se había anunciado, legendarias figuras de la talla del base organizador Steve Nash y el pivot Dikembe Mutombo, se encuentran dentro de la expedición que hace tan solo un par de horas desembarcó en el aeropuerto “José Martí”. Además, en el grupo también arribaron Ticha Penicheiro, ex jugadora de la WNBA, los entrenadores Quin Snyder, James Borrego y Anthony Goenaga, Tommy Sheppard, vicepresidente de la franquicia de los Wizards de Washington y Geraldo Fontana, árbitro FIBA de las américas.
Steve Nash, emblemático jugador de los Suns de Phoenix, los Mavericks de Dallas y los Lakers de Los Ángeles, que se cansó de colarse entre las defensas rivales, hasta su pecho, para desarticularlas con un brazo que sacaba la esférica como un tentáculo y asistir al compañero menos pensando, tras su llegada comentó a OnCuba que:
“Estamos aquí para expandir el básquet, el deporte no debe tener fronteras. Vamos a intentar apoyar a esta isla en todo lo que necesite para ayudar a potenciar a sus jugadores y entrenadores. Si vinimos es para darle nuestra mano”.
Nash, rubio canadiense que demostró que allá, en la cima de la NBA, donde los que están acostumbrados a gobernar son los negros de dribling endiablado, los escopeteros de a tres o los estrafalarios que andan exhibiendo su potencia a base de clavadas, también pueden triunfar los escurridizos, los ingeniosos, los que se sacan de la chistera el pase impensado y que miran para un lado y pasan para el otro, o simplemente, atacan el canasto con frenéticos ademanes y cuando toda la defensa pintada le va encima, sacan una de sus manos y le abren la boca al jugador que acompaña la maniobra para que se coman un bocado sin marca.
“Nuestra presencia va a ayudar sin dudas a que jóvenes se interesen por este deporte, estamos abierto a darle todo lo que podamos”, sentenció a OnCuba Nash.
Por su parte, Dikembe Mutombo, gigante de 2,18 metros, considerado como uno de los defensores más férreos en la historia del baloncesto americano expresó en exclusiva que “estamos muy deseosos de aprovechar esta gran oportunidad y ver por nosotros mismos cómo se juega nuestro deporte en Cuba. Va a ser buenísimo trabajar juntos. El básquet tiene ese poder de hermanar gente de diferentes partes del mundo. Queremos compartir con los jóvenes las emociones que uno experimenta en la cancha en esos juegos en los que vamos a participar”.
Mutombo nació en el Congo.y dentro de la NBA implantó respeto cerca del aro, hizo de su gesto con el dedo índice un poster que reverenciaba su talento natural para taponear balones y negarle el enceste a quienes osaban balancearse hacia la anotación y no tenían en cuanta su presencia.
“Para alguien como yo que ha estado jugando básquet durante más de 18 años, esta va a ser una oportunidad excelente para ver la calidad del básquet aquí, y quizás contribuir a mejorarlo con nuestro dominio técnico”, argumentó Dikembe.
Mutumbo convirtió la defensa en ataque, sus bloqueos se volvieron arte, el primer paso de las corridas monumentales de sus compañeros hacia la canasta contraria. Lo hizo en Denver Nuggets, en Atlanta Hawks, en Philadelphia 76ers, en New Jersey Nets, en New York Knicks y en Houston Rockets. El clásico monstruo que no deja entrar al casillo, un taponero empedernido.