Miguel del Río: “la atleta cubana es de laboratorio”

Foto: Yariel Valdés

Foto: Yariel Valdés

Miguel del Río es la historia viva del baloncesto femenino cubano. Un entrenador que estuvo trabajando con el equipo Cuba durante la época dorada del deporte de los encestes. Un hombre que posee el Botón Olímpico que concede el COI y la condición de estar entre las 100 personalidades del Baloncesto cubano otorgada por la Federación Cubana de Baloncesto y el INDER, en 2005, con motivo del centenario de este deporte en Cuba. Un cubano tranquilo que sale poco de su casa en la calle San Miguel, de la ciudad de Santa Clara, donde cuida y adora a su perro London.

Miguel después de varios años prácticamente olvidado consiguió un contrato por su cuenta y entrena actualmente en el baloncesto mexicano. Disfruta sus vacaciones y en los primeros meses de 2016 enrumbará nuevamente hacia el gigante centroamericano. OnCuba aprovecha su estancia en Santa Clara para conocer la historia de este gran entrenador.

¿Qué resultados lo llevaron al equipo nacional en el año 1984?

Trabajé en la antigua provincia de Las Villas y en Villa Clara durante 17 años entre 1968 y 1984. Transité por todas las categorías. Obtuve 11 medallas de oro entre juegos escolares y juveniles, más 13 medallas en primera división incluyendo tres medallas de oro consecutivas en campeonatos nacionales con las legendarias Lobeznas siendo ya entrenador asistente del equipo Cuba. Soy segundo entrenador del Cuba hasta 1993, y en los Centroamericanos y del Caribe de Ponce asumo como entrenador principal.

Foto: Yariel Valdés
Foto: Yariel Valdés

Campeonato Mundial de Malasia en 1990. Una medalla de bronce histórica…

Sí, una competencia muy dura. Muy buenos equipos: Estados Unidos, Unión Soviética, Yugoslavia que tenía una mujer de 2,04 metros muy difícil de defender. Diría que ese equipo Cuba ha sido el mejor de la historia. Teníamos a Leonor Borrell que fue la mejor pívot del mundial y era una jugadora excepcional. Con apenas 1,89 metros de altura y con un físico débil fue una de las mejores pivot del mundo por su maestría técnica, su inteligencia táctica y su entrega.

¿Cómo recuerdas los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992?

Fueron unos juegos muy buenos desde todo punto de vista. Fui todavía  como segundo entrenador, el primero era Manuel Pérez Propín. Veníamos de obtener bronce en el Mundial de Malasia en 1990, y aquí obtuvimos cuarto lugar. La competencia fue muy pareja porque había muchos equipos de calidad como: Estados Unidos, China, Australia, Brasil, las checas, y las soviéticas que compitieron como la Comunidad de Estados Independientes. Recuerdo que perdimos con China discutiendo el bronce. No olvido tampoco las buenas actuaciones de algunas jugadoras nuestras como Leonor Borrell, Regla Hernández y Dalia Henry.

Leonor Borrell. Foto: Ecured
Leonor Borrell. Foto: Ecured

Háblame del mundial del 94

Era un equipo muy bien preparado pero tenemos la desdicha de discutir el pase en cuartos de finales con las chinas nuevamente con una mujer de 2,10 metros que prácticamente era el equipo. Obtuvimos sexto lugar porque nos tocó esa desgracia. Tal fue el papel de esa muchacha que en los Juegos Mundiales Universitarios para menores de 27 años ese mismo año jugamos contra las chinas sin esa jugadora, y nosotros sin Leonor Borrell y le sacamos 27 puntos.

Después Cuba obtiene el sexto lugar en Atlanta en 1996. ¿Qué me puede decir de aquellos juegos?

Cumplimos con el pronóstico que llevábamos que era del sexto lugar. Y no por justificar el resultado pero tres meses antes de la competencia perdemos a tres figuras claves del equipo por lesiones y problemas familiares que eran Leonor Borrell, Liset Castillo y Regla Hernández. Si estas atletas hubieran asistido el equipo hubiera mejorado notablemente el lugar obtenido porque se trataba de tres jugadoras regulares. Aquí perdemos contra Brasil que fue finalmente subcampeón olímpico, en el cruce de cuartos, y después del quinto al octavo le ganamos un buen partido a Italia, y por el quinto  lugar perdimos frente a Rusia.

Hago una pausa en este momento del diálogo y le  pido que me hable de la excelente labor de Yamilé Martínez en Atlanta…

Qué bueno que me preguntas sobre Yamilé porque todo el mundo recuerda que fue la líder anotadora pero nadie sabe que Yamilé jugó todo el torneo con una intoxicación severa, y tenía que recibir medicamentos antes del comienzo de cada juego por lo hinchada que estaba, y en esas condiciones promedió a 20 puntos por encuentro, y estuvo entre las más destacadas en los rebotes. Realmente lo que hizo Yamilé en esos juegos con lo enferma que estaba fue fenomenal. Solo una atleta extraclase puede hacer algo así.

Después Miguel del Río asiste al campeonato Mundial de Alemania en 1998, y al regreso abandona la dirección  del equipo nacional. ¿Por qué abandonar el equipo con tantos resultados positivos?, le pregunto:

“Se fueron acrecentando las diferencias con la comisión nacional. No se podía sostener una conversación. Las relaciones entre nosotros eran pésimas y muy distantes al punto que estaban perjudicando el resultado del trabajo e incluso en mi opinión fueron manipuladas algunas jugadoras contra mí en ese torneo. Cuando llego del mundial decido abandonar el equipo. Me presento ante el presidente del INDER y lo aceptaron sin problemas. No valoraron mi trayectoria de tantos años con buenos resultados. Incluso entrenadores prestigiosos como el difunto Eugenio George me dicen que no le dé el gusto a los directivos pero preferí abandonar la selección con las botas puestas porque ya estaba agotado de tantas discusiones.”

En 1999 del Río dirige en la Liga Profesional de Colombia con el equipo San Andrés, y al regreso en el 2000 es designado unos meses como Jefe Técnico de la Comisión Nacional de Baloncesto. Después parte cinco años y medio a Guatemala para dirigir a la selección nacional femenina de este país. Regresa en 2006, y vuelve a Villa Clara a la Comisión Provincial hasta que se retira en diciembre de 2011.

Le pido su opinión sobre el baloncesto femenino cubano actual, y con esa vasta experiencia me asegura que hay que ir en búsqueda de atletas altas para tener posibilidades “objetivas” de volver a los primeros planos del baloncesto mundial. Me recalca que hay desarrollar la calidad de los equipos provinciales y otra causa del descenso es la eliminación del equipo nacional juvenil. Es muy brusca la promoción de los juveniles al equipo nacional.

Ahora, en confianza, ¿nos puede revelar algunos de sus secretos como entrenador?

“Era enemigo de los campeonatos largos. Prefería competencias nacionales cortas y concentrar al equipo nacional porque el ojo del amo engorda el caballo y no existía la calidad necesaria para prolongar las competencias nacionales. La atleta cubana es de repetición. Pocas cosas y muchas repeticiones para lograr más efectividad, y siempre me dio buenos resultados. Repito, la atleta cubana es de laboratorio.”

Después de varios años sin hacer nada Miguel del Río se gestionó por su cuenta un contrato en México gracias a la ayuda de los cubanos Oscar de Rojas y Armando Acosta que se encuentran trabajando en el vecino país. Todavía entrena allí. Regresará este año aunque ofertas de cambiar no le faltan, pues asegura haber declinado una propuesta muy tentadora para dirigir en el basket guatemalteco. Ha sido una tarde llena del recuerdo de grandes canastazos y Miguel del Río nos despide con lo que para  mi denota humildad excesiva: «Gracias a ustedes por revivir un muerto que todavía sigue al servicio del baloncesto femenino cubano»

Foto: Yariel Valdés
Foto: Yariel Valdés

 

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