Modesto Agüero: “Todos los narradores simpatizan con un equipo; quién te diga que no, miente”

El narrador del último punto en la tercera corona olímpica de las Morenas del Caribe en Sydney, la voz de tantas peleas doradas de nuestros boxeadores y de muchísimos instantes estelares del béisbol nacional, conversa con OnCuba sobre su carrera tras los micrófonos.

Foto: Play Off Magazine

Días antes de que comenzáramos a vivir esta tragedia del coronavirus en España, me sorprendió en mi móvil una llamada del reconocido narrador-comentarista deportivo cubano Modesto Fabián Agüero Yabor invitándome a visitar su domicilio.

Respondí afirmativamente y, entusiasmado, me fui al encuentro con un hombre de grandes momentos: el narrador del último punto en la tercera corona olímpica de las Morenas del Caribe en Sydney, la voz de tantas peleas doradas de nuestros boxeadores y de muchísimos instantes estelares del béisbol nacional.

Modesto aguardó frente a su edificio y me recibió con los brazos abiertos junto a “Cusy”, su entrañable compañera de vida. En su casa me envolvió la romántica melodía “Estás tan linda”, del cantautor brasileño Roberto Carlos, preámbulo de una diáfana conversación, en la cual este profesional del periodismo deportivo habló de su carrera, de los grandes especialistas con los que compartió, de sus preferencias y del retiro, al cual se acogió hace poco tiempo.

“Yo quise siempre retirarme en buenas condiciones, es decir, dejar a la gente con deseos de seguirte escuchando, de seguirte viendo. Sé que muchos se preguntaron cuando conocieron de la decisión: por qué se retira si se mantiene bien”, reflexionó Agüero, quien recibió en el 2018 el Premio Nacional de Periodismo Deportivo por la Obra de la Vida.

“Yo venía pensando en retirarme con un evento de envergadura y escogí el Clásico Mundial. Además la jubilación es una etapa de la vida que también se disfruta mucho. La gente piensa que la jubilación es ponerte una jabita en la mano para ir a buscar los mandados a la bodega y no es así, es decir, que llegar a ella en buenas condiciones es disfrutarla de verdad”, añadió Modesto sobre esta nueva etapa de su vida.

 

Sabemos todos que eres camagüeyano…

Así es, nací en Camagüey, pero desde que era bien pequeño mi papá se fue a trabajar para Santiago de Cuba porque él laboraba en un aserradero. Viví varios años allí y después nos regresamos.

¿Veías algo en las personas que se dedican a nuestra profesión que hizo que te inclinaras por ella?

Siempre me gustó la narración deportiva. He dicho en otras ocasiones que narraba con una lata. Cuando pasaba por un placer y veía un juego de pelota ahí mismo me ponía a describir lo que estaba pasando y la gente me gritaba: “¡cállate loco!”. Cuando estaba estudiando la carrera de técnico agrónomo especialista en caña de azúcar, narraba en la litera y no dejaba dormir a mis compañeros y se mortificaban mucho.

Lo llevaba en la sangre y un día me presenté en la emisora de Camagüey ante Raúl Noriega, el subdirector informativo de Cadena Agramonte. Le comenté que quería ser narrador deportivo, se rió, me preguntó si yo había pasado algún curso de locución, le dije que no, pero acto seguido le sugerí: “Mire, lleven una grabadora para el estadio esta noche, yo le narro un inning del juego o dos, si sirvo me quedo y si no, me voy”.

Lo hice a sabiendas de que había una plaza. Llevaron la grabadora, me hicieron una prueba y me aceptaron. Así comencé. Era el año 1973.

Un joven Modesto Agüero junto a Rolando Crespo, pareja habitual para narrar el boxeo. Foto: Cortesía del entrevistado

Tus últimos años, luego de la desaparición física del inolvidable Eddy Martin, fueron básicamente narrando béisbol, pero te recuerdo describiendo con mucha eficiencia el boxeo y el voleibol. ¿Son dos de tus deportes preferidos?

Muchos conocen que a los narradores de provincia se les hace difícil narrar otra cosa que no sea béisbol, es decir, para hacer otros deportes tiene que ser la final de un campeonato nacional que se desarrolle allí. En Camagüey siempre era el béisbol y algún evento de boxeo que aconteciera. Me gustaron mucho esos dos deportes y cuando llego a La Habana comienzo a relacionarme con el voleibol junto a uno de los más grandes narradores que yo he conocido: René Navarro.

Cuando se llega al nivel que alcanzaste, es decir, convertirte en narrador-comentarista deportivo de los medios nacionales, ¿logra uno, aunque lo lleve en la sangre, despojarse de la parcialidad que pueda sentir por un equipo determinado?

Todos los narradores deportivos simpatizan con un equipo; quién te diga que no, miente. Demostrarlo o no es otra cosa. Yo siempre he simpatizado con el equipo de Camagüey aunque esté en los últimos lugares. Pero cuando llegué a La Habana me dije: Camagüey se me tiene que quitar de la mente.

Aprovecho que me haces esa pregunta para decirte también que es erróneo pensar que todos los narradores de La Habana de los medios nacionales le van a Industriales. No es así. Puede haber alguno que sí, pero yo mismo, viviendo y trabajando en La Habana, nunca tuve preferencia por los azules.

Lamentablemente se decidió en un momento determinado que los narradores de provincia no viajaran más con sus equipos de la Serie Nacional cuando salían como visitadores, por lo que los aficionados tienen que contentarse con la descripción ajena, despojada muchas veces de la ética requerida. ¿Qué opinión te merece esto?

Yo creo que por muchas limitaciones económicas que existan, nunca debió llegarse a esa decisión. La afición de un equipo quiere escuchar a sus narradores y no me parece que estemos hablando de miles y miles de pesos por el hecho de que nuevamente, se pueda pensar en esta posibilidad.

¿Por qué llegas a España después del retiro?
Mi esposa y yo tenemos dos hijas aquí y decidimos venir a vivir un tiempo. Seguiremos viviendo otro tiempo en Cuba, y así nos vamos a ir alternando. Tengo otra hija en Miami, Estados Unidos, con una nieta preciosa, y el varón que también nos ha regalado otro lindo nieto y viven allá en Ranchuelos, Villa Clara.

Conocer a Eddy Martin, a Héctor Rodríguez, ¿qué te aportó en lo personal?
Mira, de los tres deportes que yo narré fundamentalmente, Héctor Rodríguez en el béisbol, Rolando Crespo en el boxeo, y René Navarro en el voleibol, fueron mis grandes parejas y yo por supuesto, tengo mi evaluación. El más brillante de los narradores que yo he escuchado es Bobby Salamanca, el más profesional Eddy Martin, y la mejor voz Héctor Rodríguez”.

Difícil el momento de estar presente en el sepelio de Héctor Rodríguez…
Lo sentí mucho, mucho. Lo tuve como una excelente pareja en la narración del béisbol y sin que me quede nada por dentro, te digo que fue hombre y amigo.

Vi en una visita tuya a Canarias una foto que te tomaste junto a un gran púgil pinareño Juan Carlos Lemus. ¿Cómo te ha llegado en lo personal el reencuentro con este y otros atletas cubanos?

Como no, tremendo encuentro. Primero, cuando llegué a Canarias, me dijeron que ahí estaba Juan Carlos Lemus y yo respondí enseguida que quería verlo. Nos comunicamos por teléfono y vino a mi encuentro.
Para mí fue una gran alegría porque yo narré la pelea final de Lemus en los Juegos Olímpicos de Barcelona, donde alcanzó el oro frente a su rival holandés. Verlo de nuevo, comprobar lo bien que se mantiene físicamente, fue para mí tremendo orgullo. Han venido a mi casa Juan Padilla, Javier Méndez y otros ex-atletas de grn trayectoria deportiva.

En su casa en España, Modesto Agüero entrevista al mítico jardinero central de los Industriales, Javier Méndez. Foto: Swing Completo

Has visitado muchos países en función de la cobertura de disímiles eventos internacionales, pero ahora, después de tu jubilación y tener una estancia más prolongada en España, ¿qué comparación haces al conocer otra cultura con la de nuestro país?

Primeramente, aquí he conocido a otro tipo de personas, pero extraño la gente nuestra. Aquí salgo a la calle y nadie me conoce, lo contrario de Cuba, donde todo el mundo te habla de pelota. He tratado de seguir las transmisiones del béisbol cubano y lo he logrado porque se puede, así como las transmisiones del boxeo por Youtube. Es algo que necesito después de haber dedicado 44 años a una profesión como esta.

Me ha sorprendido en esta visita y en uno de los videos que me has mostrado, el hecho de verte cantar. ¿Alguna de tus vocaciones escondidas?

(Risas)… Bueno, primero cantaba en la ducha, después me atreví a hacerlo en un círculo un poco más íntimo y después fui más osado cuando compartí con ese gran intérprete cubano que responde al nombre de Héctor Téllez, en Musicalia, un lugar que teníamos nosotros en Playa, rinconcito muy acogedor, muy familiar y nada, me atreví a subirme en el escenario y cantar con Héctor y pasar el rato libre de esa manera. Otro con quien he compartido antológicas piezas musicales es con José (Pepe) Valladares a quien de igual le tengo una gran estima.

¿”Cusy” para Modesto?

Es la gran mujer que uno necesita a su lado para poder triunfar en la profesión escogida y, sobre todo, en una muy difícil como esta. A Cusy le debo gran parte de los éxitos que yo he alcanzado en mi carrera deportiva. He tenido mucha suerte en encontrar a una compañera de tantos valores como ella.

Salir de la versión móvil