Orlando Ortega, el efecto dominó de Robles

La delegación cubana que participó en el reciente Campeonato Mundial de Atletismo regresó sin uno de sus miembros, el vallista Orlando Ortega, según confirmación oficial de la Federación Nacional de la disciplina.

Por tal motivo, desde ya, el 2013 queda nombrado como “Año del Gaje de las vallas cortas cubanas”, al menos para quienes deseamos que nuestros mejores exponentes, más allá de su forma de pensar o su filosofía, defiendan la casaca de las cuatro letras en el concierto mundial del atletismo.

La denominación es fundada y los hechos están para demostrarlo. Primero el ex recordista del mundo, Dayron Robles, reapareció en la arena internacional compitiendo bajo ninguna bandera, luego de haber solicitado la baja del elenco nacional.

El guantanamero corrió en varios mítines, bajó sus registros progresivamente y firmó por el club AS Mónaco francés, con quien correrá en el futuro inmediato, pues para competir por alguna nación deberá esperar dos años después de separarse de la Federación Cubana.

Así, tras las declaraciones cruzadas entre Robles y Alberto Juantorena, presidente de la institución atlética cubana, casi todos renunciamos a verlo competir con la franela de la Isla, aunque puede ser que exista una mínima, pequeña, ínfima posibilidad.

Ahora, como efecto dominó, perdemos a Orlando Ortega, quien aún no había alcanzado la maestría de Dayron, pero contaba con credenciales suficientes para establecerse en la elite de las vallas cortas.

Ortega fue sancionado por la Federación Cubana en julio pasado por ausentarse de una competencia en Europa, pero el organismo levantó el castigo previo al Mundial, donde corrió falto de ritmo, acusando casi un mes sin presentarse en las pistas.

En su heat eliminatorio en Moscú cruzó sexto la meta, desafortunada actuación por la que todos los medios de prensa coincidieron en que regresar a casa, mas él tenía otros planes y abandonó la delegación, tal vez para tomar un camino similar al de Dayron.

Lo más cierto del caso, la realidad palpable, es que las vallas cortas cubanas, luego de más de una década en la elite universal, vivirán un calvario en el presente ciclo olímpico, al menos hasta que logren fraguarse nuevos especialistas.

Salir de la versión móvil