Oscar Luis Colás: ¿El Otani cubano?

Oscar Luis Colás. Foto: Yuhki Ohboshi.

Oscar Luis Colás. Foto: Yuhki Ohboshi.

A Oscar Luis Colás, el prospecto de los Halcones de SoftBank, el sitio japonés Full Count lo llamó el “Otani de Cuba”. Al cubano lo compararon con Shohei Otani, la gran revolución del béisbol japonés de los últimos años y que ahora se probará en la MLB.

Otani fue un gran fenómeno mediático en Japón. Con su físico impresionante lanzaba a 100 millas por hora, ponchando rival tras rival. Además, desaparecía pelotas más allá de los 400 pies, en un alarde de pluralidad que ahora pretende llevar a las Grandes Ligas en Estados Unidos. Allá quiere, ya lo advirtió, hacer las dos cosas que bien se le han dado hasta el momento.

La comparación con Otani, también llamado el Babe Ruth japonés, llega por esa capacidad de Colás de batear y lanzar –al menos con aceptables rendimientos– algo que ya ha probado en su estancia en la Tierra del sol naciente, aunque su participación ha sido, hasta el momento, en las inferiores de los Halcones.

“Me gustan las dos funciones. Todavía no me he decidido, unos técnicos me sugieren una cosa y otros lo contrario”, dijo. De lanzar elegiría ser relevista intermedio y de ser jugador de posición, primera y jardinero.

Oscar es zurdo, tiene un buen físico, poder al bate y una recta sobresaliente para su edad de 19 años. Tuvo participación destacada con los equipos Cuba en las categorías inferiores y allí jugó en ambas funciones, por lo que no es nuevo para él. Integró el equipo nacional en la categoría 9-10 años, estuvo en las preselecciones de las categorías 11-12 y 13-14 e incluso participó Copa Mundial juvenil de 2015, precisamente en Japón.

El zurdo fue una sensación. Bateó para 368 e impulsó seis carreras, con 350 de average de embasado. Y desde el box maniató a Sudáfrica: no permitió carreras en seis entradas y ponchó a 10 contrarios.

Talento muy precoz, Oscar Luis debutó en las Series Nacionales con Santiago de Cuba, solo con 17 años. Fueron apenas 79 turnos al bate, pero disparó 4 vuelacercas e impulsó 11 carreras. Pero su explosión llegó en el torneo Sub 23: en 30 juegos botó 4 pelotas, impulsó 23 y bateó 301. Y desde la lomita ganó uno y perdió uno.

Lo que hizo habitualmente como juvenil y en Cuba, trató de llevarlo a Japón, dónde podría serle más difícil por la diferencia de calidad. En su año de debut, participó en 45 desafíos en el tercer equipo de los Halcones y las realidad fueron distintas desde el box y en el cajón de bateo.

Conectó solo 25 hits en 108 al bate, para promediar en anémico 231 de average. Dio ciertas muestras de poder al conectar 4 jonrones, pero se le vio mejor en el área de picheo.

“Los técnicos me cambiaron la forma de bateo, sobre todo porque tenía problemas con los pitcheos lentos y la recta dura y pegada. Poco a poco me fui adaptando con la ayuda de los entrenadores. Allá los pitcheos por la zona de adentro son más efectivos que aquí”, dijo en una entrevista.

Si en Cuba le midieron 91 millas, en Japón la recta llegó a las 94, porque le corrigieron los movimientos. Y lo mejor fue su efectividad de 1,54 en nueve actuaciones, en las que compiló una victoria sin derrotas.

Foto: Jorge Luis Guibert / swingcompleto.com.
Foto: Jorge Luis Guibert / swingcompleto.com

“El trabajo se centró en la colocación de los lanzamientos en la zona de strike. Ellos le dan mucha importancia al control. Aquí en Cuba yo no gozaba de gran comando, y allá durante las prácticas y en el bull pen mejoré mucho en ese aspecto. Todos los días tiraba entre 80 y 90 pitcheos”, dijo.

“Sus entrenadores en el conjunto filial admiten que todavía tiene muchas cosas por mejorar, en especial en lo referente a correr y defender, pero al mismo tiempo alaban su potencial y confían en poder utilizarlo como abridor y designado, tal como lo ha hecho Otani”, explican en el sitio Béisbol Japones.

Oscar Luis es otro de los cubanos que intenta abrirse paso en Japón, por ahora la liga más fuerte a la que pueden aspirar los cubanos contratados mediante la Federación cubana. Es joven y por tanto tiene muchas cosas que pulir si decide mantener la doble función. Por ahora se percata de que batear –como explican los beisbolistas– es más complicado que lanzar. Es talentoso pero solo el trabajo decidirá en el futuro si hace honor al calificativo que le dio el Full Count, porque tiene, como Otani en MLB, que probarse en un béisbol de mayor calidad.

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