Otro traspié, para variar…

Los 54 años de ausencia en Series del Caribe para Cuba han terminado por pasarle la cuenta. El retorno no ha sido más que eso, un cartel, una mera gestión. El año pasado en Isla Margarita con los azucareros de Villa Clara, último lugar, y ahora, en la edición que corre, ya son dos los mazazos en la espalda.

Los Vegueros de Pinar del Río siguen sin inaugurar la casilla del triunfo. Si bien ayer, por momentos, se estuvo un tanto cerca del éxito, hoy, los Gigantes del Cibao (República Dominicana) no dieron margen a las dudas, a las fútiles insinuaciones. Desde la apertura le fueron encima a los pativerdes con una voraz ofensiva, con un lineup que no perdonó las displicencias de Norge Luis Ruiz en la lomita.

No hubo clemencia de los maderos quisqueyanos, no hubo piedad. El camagüeyano abridor no sufrió tanto los embates, las meteóricas conexiones, el desmoronamiento vino con el relevista Jonder Martínez que por segundo día consecutivo fue vapuleado. Esto, sumado a la raquítica producción cubana a la hora cero, dan como resultado de la ecuación: derrota 6 x 1.

Perdiendo solo por la mínima los pinareños no pudieron concretar con corredores en circulación y sus hombres se vieron obligados a roletear en tres ocasiones para doble play. Ahí está todo. Un paréntesis para ilustrar: cuando la historia fue al revés, cuando los dominicanos estaban sobre las almohadillas, el batazo en territorio de nadie siempre llegó y cuando salió de frente la bola a la defensa cubana, en el lance clásico para la doble matanza y sellar el capítulo, Malleta, en la inicial, no pudo sostener un cómodo envío.

Como datos anecdóticos hay que sostener que Alfonso Urquiola propuso una alineación más ofensiva que en el debut. Incluyó a Yadier Hernández, Luis Yander La O y a Moreira, con excepción del primero, los cambios resultaron, incluso, Yulieski y Despaigne se embullaron a producir, lo que siempre cuando no hizo falta.

Ahora, la soga vuelve estar al cuello de los cubanos en un evento de relativo nivel –los centroamericanos no lo eran-. El calendario les reserva dos pruebas no menos duras, en el dugout contrario encontraran a los locales puertorriqueños y a la novena venezolana, quizás, la más fuerte de la lid.

La selección nacional no logra salir del bache en que está sumergido, sigue enredada en una seguidilla de traspiés que no la dejan acomodar las piernas. Es uno tras otro en la arena internacional, pareciera que no tiene para cuando acabar. Los que se habían acostumbrados a tener en sus labios el dulce sabor de la victoria, solo hablan del pasado, no se acostumbran al presente, tal vez, este sea muy fuerte, y hasta repugne.

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