¿Por qué Víctor Mesa no ha ganado una Serie Nacional?

Víctor Mesa. Foto: OnCuba.

Víctor Mesa. Foto: OnCuba.

Tal vez sea un misterio enlutado en el fondo del mar. Una botella sin mensaje dentro. Un SOS que el juego ha intentado ponerle al béisbol y que no encuentra respuesta. La realidad conmovida de tristeza o alegría. Para los metafísicos Víctor Mesa (VM32) no ganará nunca. Un dialéctico dirá puede ser y no ser. Y el relativista pondrá que no le importa ciertamente, que puede ser cualquier cosa, y que da igual.

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Como manager general de Oakland, Billy Beane, una vez dijo que nada importaba si no ganabas el último juego de la temporada. Ni 20 juegos consecutivos ni todos los records que existen. El último juego de la temporada es el juego que ganas cuando eres campeón. Matanzas ganó 70 juegos en 2016, y VM32 ha ganado casi 1000 juegos de béisbol, pero nunca el último. Aquel juego final que Héctor Hernández (Holguín) ganó una vez o Lombillo o Ramón Moré o Germán Mesa o Carlos Martí, sí, después de dos décadas de intentarlo.

Si VM32 pudiera sacrificar uno de aquellos juegos los daría todos y conservaría solo uno. Nueve innings que son 3 horas y 36 minutos en tiempo real de juego. Pero este sacrificio no se puede porque esto es solo un juego, una cosa simple y a la vez imposible.

Lo ha buscado como el capitán Ahab buscó a Moby Dick, en una obsesión de amor y odio. Como se busca el tiempo perdido. Lo ha perseguido como el maratonista que corrió sin saber si llegaba o no. Y al final de tanta búsqueda estaba el vacío. El recoger sus cosas, bajar por el dugout y sus pequeñas escaleras, mirar hacia abajo, pensar en la próxima oportunidad, viajar de la decepción a la esperanza, de la negación a la aceptación que ya sabemos son viajes cortos en la mente.

Foto: Otmaro Rodríguez.
Foto: Otmaro Rodríguez.

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VM32 pierde el séptimo juego ante Granma en enero de 2017. Matanzas iba dominando el playoff semi-final por 3×2. Como casi todos los que ha perdido. Pero cayeron por nocaut lo que se recuerda como un domingo triste.

“No me gustaría volver con ningún equipo… la idea es no dirigir más” declara Mesa.

Sus ideas corren a mil millas por segundo. Habla sobre el equipo que dejó en Villa Clara por 8 años y que luego lo venció. Dice que ese equipo lo había formado él y su equipo de trabajo. La maldición de 18 años de Villa Clara se rompió ante VM32 en 2013. Allí es cierto, estaban jugadores formados por él. Sin embargo, Yordan Manduley, Dayron Varona, Edilse Silva, Jonder Martínez, Danel Castro son algunos de los que vencen a Matanzas y no los formó VM32.

Ariel Pestano le rompió una pelota a Maikel Martínez, pero el público vio ese día lanzando a VM32. Fue una revancha perfecta cuando meses atrás VM32 terminó renovando la receptoría y dejando a Pestano fuera del Clásico 2013.

Aquí la teoría es que no puedes ser juez y parte. El juicio vendrá y vendrá pronto. Los managers en Cuba no podían ser juez y parte. No podían trabajar con intereses separados, y VM32 dejó fuera al mejor cátcher cubano de los últimos 15 años.

Pestano jugó con VM32 en los 90, pero tampoco cuenta como formado por Víctor. (Guarden estas palabras que serán importantes al final de la historia).

Volviendo al juego del 7 de enero de 2017, y dejando atrás el fracaso de VM32 en Villa Clara en 2013, vemos cómo Matanzas perdió en un juego siete. Un año antes habían caído en otro juego siete, otro domingo, ante Pinar (Serie 55) con un jonrón de Yosvani Alarcón en tiempo extra.

Las derrotas de VM32 son trágicas y cómicas. Duelen en un punto hasta para el que lo odia. Recuerden la de 2014 ante Pinar del Río en la Serie 53. Era un quinto juego y Matanzas ganaba 8×5 comenzando el 9no inning cuando entre cuatro lanzadores (Yera, Yoelkis Cruz, Frank San Martín y Alexander Bustamante) no pudieron sacar tres outs.

Foto: Víctor Mesa.
Foto: Víctor Mesa.

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Después de años acumulando libros en la biblioteca de la derrota, pensé que las de VM32 se debían a un factor esencial: la utilización de los lanzadores.

VM32 fue un jugador mitológico de béisbol. Su sistema de juego lo llevó a su sistema de dirección, pero como siempre se saltó un detalle que lo fue asesinando: él nunca lanzó. Corría, robaba, golpeaba pelotas, alardeaba, fildeaba conexiones remotas, pero nunca lanzó.

Y cuando comenzó a ganar partidos de temporadas, se convenció a sí mismo que podía llevar lanzadores como mismo alineaciones y jugadores. Quizá no estudio la utilización del abridor del béisbol moderno. No entendió el concepto “salida de calidad”. Quizá olvidó la página de la paciencia. ¿Buscó especialización en sus lanzadores?

No.

Nunca un lanzador dirigido por VM32 pudo identificarse con una función. A veces el abridor cerraba, el cerrador abría, el especialista zurdo (Ramón Licor) era multifunción, pero nunca alguien entendió su función. Siempre entraban en diferentes contextos del juego y no podían aprehender ninguno.

Esto ocurrió porque el propósito esencial de VM32 siempre era ganar; sin importar el medio. Y en la obsesión de ganar no sentaba la base de la victoria que importa: la del último juego de la temporada.

Foto: Otmaro Rodríguez.
Foto: Otmaro Rodríguez.

El increíble y siempre fabuloso estadístico Yirsandy Rodríguez me dejó las siguientes evidencias tras un pedido personal:

– En 9 de 14 campañas dirigidas VM32 fue líder en relevistas utilizados.

– Promedio de relevistas utilizados con Villa Clara en 8 años: 8 por temporada, a razón de 1.455 en un total de 8 temporadas.

Pero al llegar a Matanzas, VM32 se tomó en serio verdaderamente su utilización del bullpen y:

– En 6 temporadas puso 575 relevistas para promedio de 262.5 por año.

– Mientras dirigió Villa Clara, VM32 fue líder en relevo utilizado en 4 de 8 campañas superando el promedio de la liga de 62. Promedio de VM32: 2.03.

Sus registros enloquecieron:

– De 6 temporadas en Matanzas lideró 5 en empleo del bullpen.

SN51- 235

SN53- 308 (récord histórico en Series Nacionales)

SN54- 304

SN55- 228

SN56- 248.

Los relevistas empleados con Matanzas desde la postemporada de la Serie 51 a la 56 fueron demasiados. Cuando el promedio de la liga era de 3.69 lanzadores de bullpen usados por juego, el de VM32 era de 5.54.

Si esto no les bastó, a Yirsandy tampoco. Él siguió buscando y encontró que:

– Cinco relevistas fueron llamados de refuerzos de Matanzas para ayudar en las postemporadas a Matanzas. Fueron ellos Carlos Juan Viera, Danny Aguilera, Yormani Socarrás, Yadier Echevarría y Ciro Silvino Licea, ninguno de ellos nunca pudo salvar un juego.

– VM32 como manager ha utilizado 468 lanzadores de relevo dirigiendo postemporada (con Matanzas 268 y con Villa Clara 200) esta cifra de 468 supera los 400 relevistas que suman en postemporada Camagüey, Cienfuegos, Isla de la Juventud, Las Tunas, Holguín, Guantánamo, Henequeneros, Metropolitanos y Vegueros.

– Un total de 98 lanzadores de relevo utilizados se han ido con récord de 11-14. Con Matanzas, a sus relevistas le pegaron 468 hits, 45 jonrones y lanzaron 154 bases por bolas ante 1634 bateadores. Esa proyección ofensiva, provocó que el staff de relevistas matanceros permitiera 270 carreras, de las cuales 224 fueron limpias, para una efectividad altísima de 97.

VM32 es un gran manager necesario, distinto, original, inteligente, investigador, observador de talento, rescatador de jugador en el pozo del olvido, pero no decidió cambiar este lado de su sistema, y cometió un error extensivo a todo el béisbol cubano, quizás el único, no aprendió de las derrotas.

Foto: Otmaro Rodríguez.
Foto: Otmaro Rodríguez.

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En verdad, VM32 ha sido como el Yulieski Gurriel y el Frederich Cepeda de la Serie Nacional Cubana. Sus equipos siempre eran veloces completos e integrales. El Matanzas de la Serie 53 causaba miedo. Enseño a jugar a muchos: Gracial, Yadier Hernández, Santoya, y ocultó a otros.

Despidió coach de bases por equivocarse una vez, pero no se despidió a sí mismo cuando se equivocó en miles.

En el final de la historia, fueron más cosas buenas que malas. En el resultado simplista de un comentario prefirió la presión por encima del placer.

Desechó la máxima motivacional de Joe Maddon de: “No dejes que la presión exceda al placer”. Esto fue lo que hizo a sus equipos lograr el salto de calidad, pero a la vez fue el puñal en la espalda de Fouché.

VM32 podrá regresar y posiblemente algún día se alineen los factores y él pueda descifrar la terrible maldición de sus adentros. Las terribles noches de insomnios solo provocadas por la búsqueda de la victoria.

Finalmente, si formó a todas las generaciones que luego lograron vencerlo, esto solo significara una cosa. Él se venció a sí mismo.

Foto: Otmaro Rodríguez.
Foto: Otmaro Rodríguez.
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