Premier 12: boleto de clasificación e incertidumbre  

Por Osvaldo Gutiérrez Gómez, Osval

Por Osvaldo Gutiérrez Gómez, Osval

 

Cuba sigue sin encontrar su mejor juego, su rostro más plausible, y eso la hecho sufrir en demasía. Tanto que la celebración de hoy, tras la pírrica victoria ante Italia que le concedió la posibilidad de seguir con vida en el torneo y pelear en la etapa de cuartos de finales, fue a medias, sin mucho furor, como asumiendo su aflicción.

Hubo carrera hacia el box de todo el dugout, el ponche de Liván Moinelo supuso la ansiada clasificación, pero eta vez, los brincos fueron corticos, los abrazos no se prolongaron más de un segundo, no hubo gritos que estremecieran la grama, no hubo, ni siquiera, un par de manos entrelazadas.

Víctor Mesa y sus hombres están contentos, salieron de un primer apuro que los acechaba, pero su celebración ante Italia, dejo algo de desaire, algo postergado en el viento. Cuando aterrizaron en Taichung nunca pensaron que la sonrisa se les trabaría, que habría que trabajar durísimo para alcanzar la obra y que el esfuerzo del plantel tendría que asemejarse al de una colmena.

Cumplieron el primer objetivo y están entre los 8 primeros planteles, ahora comienza la etapa más dura, la que no permite deslices, al mínimo descuido, te arman las maletas, te aprietan la corbata y te envían de vuelta a casa.

El rival de Cuba en los cuartos de final será Corea del Sur.

Marcador Final: Italia 1 Cuba 2

Voces del partido:

Foto: Ricardo López Hevia
Foto: Ricardo López Hevia

Los bates cubanos siguen padeciendo de anemia, siguen sin producir, andan silenciados y ya, a esta altura del torneo, es una gran preocupación, probablemente, el mayor dolor de cabeza de su manager que sigue sin encontrar las piezas acordes para completar su rompecabezas, una alineación que sea capaz de darle algo de tranquilidad a sus lanzadores.

“Sin hacer carreras no se puede jugar tranquilo, eso hace trabajar más a los lanzadores y presiona a la defensa. Todos los partidos han sido muy cerrados por esa misma cuestión,  en el cruce hay que ponerse las pilas, aquí el que pierda se va, no hay nuevas oportunidades. Esperemos hacer los ajustes necesarios para lucir mejor” nos expresó Frank Camilo Morejón, uno de los receptores de la selección nacional.

Si algo positivo dejo la victoria estrecha ante Italia, fue el buen trabajo monticular del pinareño Yosvani Torres, quien después de un inicio incierto, pudo encontrar la ruta y guiar los hilos del partido. No hay dudas, a esta escuadra le urge el aporte de sus brazos más ilustres, y el de Torres es uno de ellos.

“He vuelto a tomar confianza en mí” nos explica Yosvani y señala que “tenía que ayudar al equipo que lo necesitaba, fallé el primer día y no podía volver a hacerlo”.

¿Qué ambiente se respira en el equipo ahora ya con la clasificación?

“Estamos optimistas y vamos con todo para avanzar a las semifinales. Hay que estar bien enfocados a partir de este momento, van a ser partidos muy tensos”.

¿Tengo la impresión de que existe una gran presión en el grupo y eso no los está dejando desenvolverse a tope?

“No lo creo, solamente las cosas no han salido como esperábamos y nos hemos enredado. Al final hemos clasificados y demostrado en el terreno que somos superiores, que tenemos calidad”.

No vi tal superioridad con Italia y ellos son probablemente el plantel más débil de la lid.

“Pero ganamos que es lo que importa”.

Una frase, que al parecer, se ha vuelto bandera del equipo. No importa cómo se gane, cuánto se sufra, el resultado por encima de los medios, de la estrategia. Sin dudas, una de las premisas de Mesa que inyectado en la piel (lengua) de sus jugadores. Hay que ganar, no importa que Cuba extrañe su distinción dentro del diamante, al final, él que decide es el marcador del pizarrón, debe pensar Víctor.

Foto tomada de Trabajadores
Foto tomada de Trabajadores

La banderilla de Juan Kubala

Tanto tiempo estuvimos sacando cuentas –cábalas por aquí, restas y divisiones por allá- que a la postre nos tocará un asiático en los cuartos de final. Uno de esos equipos con atletas de ojos rasgados y béisbol exacto, sobrio, riguroso. Aunque eso sí, del lobo un pelo: el contrario no se llama Japón, sino Corea del Sur.

A estas alturas, algo salta a la vista: Cuba ha vivido un auténtico calvario en la eliminatoria del torneo Premier 12, a pesar de que quiso el azar que fuéramos ubicados en una llave cómoda, sin la aspereza de esa otra donde convivieron los dos monstruos del Asia con Estados Unidos, Venezuela, México y República Dominicana.

Se ha sufrido –y bastante- en cada desafío. Perdimos ante Canadá el día del estreno, y versus Taipei de China unos días más tarde. Le ganamos a Holanda ayudados sobremanera por la testarudez de su mentor, empeñado en martirizar al pitcher abridor. Vimos cómo Puerto Rico nos remontaba cinco carreras en los últimos compases del partido. Y ahora –mamma mia!- tuvimos que rezar diez Padrenuestros contra Italia.

Los bambinos, muchos de ellos carentes de oficio y cortos de talento, encararon a la otrora potencia beisbolera como si en vez de estar sobre el diamante la acción discurriera en una cancha de voleibol o fútbol. Es más: salieron arriba en el score, mantuvieron el tipo cuando Cuba empató, tuvieron dique firme para aguantar las aguas y acabaron el choque convencidos de que otra vez será. De que estamos a tiro de sus armas. De que pueden matarnos.

La ofensiva criolla, desbordada en la Serie Nacional, no encuentra hueco en el Premier. Y no es que no dé hits, sino que no produce. Para muestra el botón del partido con Taipei: con 11 indiscutibles (incluidos cuatro extrabases), un boleto recibido y dos errores del rival, la selección apenas pudo fabricar una carrera, sucia por demás. Pareciera mentira, pero es cierto.

No obstante, este tipo de torneos siempre ofrece la posibilidad de desquitarse. Mañana, ante Corea, será el todo o la nada para un grupo que ha convertido el sufrimiento en un estado cotidiano, pero que de momento sigue vivo y tiene el sueño en pie.

De una cosa no hay dudas: esta es la novena más endeble que ha presentado Cuba en un evento de primer nivel. Con anterioridad, la peor había sido la de los Juegos Panamericanos de hace poco. ¿Y sabe qué? La próxima que conformemos será más débil todavía. Es la extraña dialéctica del béisbol nacional.

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