¿Prohibido el fisicoculturismo en Cuba?

Clásico Atlas de Fisicoculturismo en Pinar del Río. Foto: Eduardo González Martínez.

Clásico Atlas de Fisicoculturismo en Pinar del Río. Foto: Eduardo González Martínez.

A cinco días de la competencia y después de seis meses de organización, tuvieron que suspenderla. Sin apoyo de ninguna institución, habían hecho medallas, trofeos y habían conseguido las luces y la escenografía. Atletas de todo el país –Roly calcula que más de 40– quedaron con sus pasajes sacados y casi pierden un año de entrenamiento especial.

“Son indicaciones de arriba”, les dijeron en el teatro para informarles que ya no tendrían la sede acordada muchos días antes. Rolando Hernández Forcelledo, Roly, tuvo entonces que explicarle a los participantes y después, por radio, a las personas que esperaban: no habría Campeonato Nacional de Fisicoculturismo, al menos no en Pinar del Río y no en noviembre.

“Las atletas estaban molestos, porque imagínate que te digan eso después de un año de preparación, de entrenamiento. Lo habíamos anunciado por la radio; el cine lo puso en sus pancartas, y hasta Sábado Deportivo, de Radio Guamá, iba a hacer una trasmisión en vivo desde el lugar”, dice.

Pero antes de la negativa en las instalaciones de cultura, hubo un primer contacto con el Instituto Nacional de Deporte, Educación Física y Recreación (Inder). Fue allí realmente donde comenzaron los obstáculos que llevaron a la suspensión. El Inder nunca ha reconocido como oficial a la Asociación Cubana de Fisicoculturismo, a pesar de sus tres décadas de existencia. Pero el campeonato se hizo en otro lugar y otra provincia, porque la idea siempre fue competir.

Mr cuba culturismo  2017

Breve historia del culturismo en Cuba

Mandy’s Gym es uno de los gimnasios más populares de La Habana y parece que nunca se vacía. Su dueño, Armando Yera Godoy, fue Campeón Nacional de Fisicoculturismo y presidente de la Asociación.

“Yo iba a ir a Pinar [del Río] y se me informó que se había suspendido la competencia”, cuenta.

Armando conoce gran parte de la historia del fisicoculturismo en Cuba. La Asociación, dice, surge en la década de los 80s cuando comenzaron los campeonatos nacionales y provinciales, antes no estaban organizados.

Los certámenes nacionales se realizaron durante estos años en varias provincias, entre estas Pinar del Río, donde se haría la de 2017. Los eventos llegaron incluso hasta importantes teatros y otras instalaciones de la Isla. En las provincias, al menos bajo el mandato de Yera, se hacían asambleas de coordinación.

“En cada lugar hay representación de atletas nuestros, que a pesar del no reconocimiento, se han mantenido con esa pasión. Por eso logramos ese reconocimiento, no solo desde el punto de vista competitivo. Se valoraba, incluso, que los culturistas cubanos podían ganar eventos internacionales. El culturismo creó una nueva imagen en la sociedad, fue capaz de ser llevado a los medios y tener impacto, de promocionar nuestros eventos”.

Según Yera en algún momento hubo cercanía entre el Inder y la Asociación. “En el periodo que dirigí teníamos muy buenas relaciones con la doctora Gladys Bécquer, vicepresidenta del Inder, y el resto del Grupo de Educación Física y Promoción de Salud, que nos atendían directamente. Hicimos competencias incluso en la Casa de la Música, teatro América y teatro Mella…

“Siempre nos dejó claro que no iba a ser un deporte reconocido por ellos, pero nunca llegó al punto de decirnos que no nos dejaban competir. Al contrario, llegamos a acuerdos y a formar parte de esa familia. Después el culturismo perdió el control”, dice Armando.

El claroscuro del fisicoculturismo cubano

¿Qué pasó en Pinar del Río?

Hace unos años, Roly reorganizó el campeonato provincial en Pinar del Río. El éxito del primero creció con las siguientes ediciones y ahora el culturismo llena teatros y atrae público allí.

Pero organizar la justa nacional eran palabras mayores. Roly promovió el evento como cada año, encargó las melladas y trofeos a artesanos y decidió mudarse a un cine más grande, el Praga.

“Queríamos hacer algo parecido a un evento Panamericano y esperábamos no menos de 2000 personas. El grupo Palmares nos iba a apoyar también y un cuentapropista que arregla celulares, Trac Móvil, nos iba a dar un regalo”, cuenta.

Sin embargo, pocos días antes recibió una llamada del Inder provincial para una reunión. En esta se interesaron por la competencia, pero también le dijeron que tenían indicaciones superiores sobre no realizar el evento; aunque le dijeron que no podían hacer nada para impedírselo, porque no sería ni en sus instalaciones ni con apoyo del Inder. Pero después, en el Praga le explican que, por órdenes superiores, ya no podrían usar el teatro.

“No tuvimos explicación”, cuenta.

La opción salvadora fue Caimito, en Artemisa, en un teatro más pequeño. Allí se compitió en siete divisiones y un Grand Prix y se repartieron medallas y trofeos.

Campeón Nacional de Fisicoculturismo Cuba 2017 Caimito. La Habana 💪

“Desde 2002 no se hacía un evento en Pinar. Había que haber dialogado para ver cómo se iba a dar. Los atletas pierden dinero con la preparación, porque gastan mucho dinero en función del evento, en el trabajo de dieta, los suplementos que compran. Muchos muchachos perdieron sus pasajes desde Santiago de Cuba”, dice Roly.

La carta y la respuesta del Inder

Roly afirma que la prohibición viene de las altas esferas del Inder. OnCuba tuvo acceso a una fotografía hecha a una carta de la Vicepresidencia de Cultura Física del Inder destinada a los directores provinciales de Deporte. En esta se pide que “se tomen las medidas adecuadas en su territorio para que las mismas no se continúen o se comiencen a desarrollar”, al referirse a las competencias de Fisicoculturismo.

En la carta se habla del desarrollo de “eventos deportivos recreativos no autorizados”, especialmente “aquellos que se encuentran diseñados desde los gimnasios por cuenta propia, actividades que no tienen asignadas”.

La Asociación Nacional de Fisicoculturismo, advierte, “no está reconocida por la Ley 54 de Asociaciones de Cuba, en otras palabras actúa de forma ilegal”.

Después dice, “se necesita que esta información se les haga llegar al Consejo de la Administración para alertarlos sobre este tema e incluso a las direcciones provinciales de Cultura donde hoy se están usando teatros como locación para estos eventos”.

El Inder declinó responder preguntas sobre su relación con el fisicoculturismo.

Fisiculturistas

En diciembre de 2015 OnCuba preguntó a Jorge Luis Barcelán, comisionado nacional de Levantamiento de Pesas, la posible relación de ambas disciplinas, con muchos puntos en común.

“No estamos en desacuerdo con la práctica del fisicoculturismo ni con otras modalidades que se han extendido. Es cierto que usamos medios parecidos para entrenar, como los discos y las barras, pero los sistemas de entrenamiento, los objetivos y la competencia son distintos, por eso no los asesoramos. Incluso, en su caso las divisiones son distintas a las de levantamiento. En el fisicoculturismo se busca la hipertrofia muscular, se preparan para enseñar la belleza del cuerpo, mientras nosotros medimos la cantidad de peso que se levanta, no para mostrar nada.

“No ha existido ningún acercamiento con ellos. El reglamento de la Federación Internacional nuestra no permite entrometerse en este tipo de actividades; además, por las diferencias de métodos y como no tenemos la preparación adecuada para ellos, no lo hacemos. No obstante, si nos piden algún consejo, ayudamos en lo que podamos, pues tenemos buenas relaciones. Yo conozco a muchos. En el caso de los medicamentos es otra cosa. Es probable que ellos usen otros medicamentos diferentes a los nuestros, que en su federación no están prohibidos”, explicó entonces.

“El Inder sabía que estábamos vivos y nos dejaban. Nosotros no gastamos presupuesto de ellos, no hacemos los eventos en sus instalaciones. Con esto le enseñamos nuevas actividades a la juventud, porque los jóvenes que entran al teatro muchos salen con ganas de hacer ejercicio”, dice Roly.

El tema del dopaje es uno de los aspectos negativos que se le señalan al fisicoculturismo. Pero este no es un asunto exclusivo, porque se encuentra también en otros deportes.

“Todo deporte tiene un lado oscuro. Pero bien practicado, con control y transparencia es saludable y contribuye a la sociedad. El culturismo da a los jóvenes un tiempo libre para emplearlo de manera sana y favorece el desarrollo de las capacidades deportivas para otras disciplinas, incluso del alto rendimiento. Pero el Inder con toda su razón exige porque es el organismo del deporte cubano”, afirma Armando Yera.

“Sí existe el dopaje, pero de eso podrían ocuparse dos entidades fundamentales para este tipo de problemas que son Medicina Deportiva y el Inder. Podrían hacer con nosotros trabajos de profilaxis. Sí se está haciendo cosas buenas, vamos a ver las malas, las que hay que cambiar. Pero hay que comunicarse con la Asociación. Esto no está desorganizado porque quien no lleve un certificado de que compitió en el provincial no compite en los nacionales”, afirma Roly.

Pero la sombra de los anabólicos en el fisicocultismo profesional no parece colaborar con su aceptación entre las autoridades de la Isla, porque entre aficionados es muy popular. Existe una Federación Internacional de Fisicoculturismo y Fitnees que pretende y ha logrado insertar el deporte en eventos mútiples internacionales, como el caso de los Asian Beach Games.

Para esto cambio sus métodos y comenzó a aplicar controles antidopajes. Se anuncia como “signatario de la Agencia Mundial Antidopaje” y realiza pruebas en sus eventos internacionales contra las sustancias prohibidas. Tiene registradas 182 federaciones nacionales en su página. Y la Asociación cubana, aunque no sea reconocida en la Isla, sí está incluida en esa lista.

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