Ronaldo Veitía, tercer cubano al Salón de la Fama del judo

Ronaldo Veitía recibe la placa que lo acredita como miembro del Salón de la Fama del judo. Foto: Tomada de International Judo Federation

Ronaldo Veitía recibe la placa que lo acredita como miembro del Salón de la Fama del judo. Foto: Tomada de International Judo Federation

La imagen de Ronaldo Veitía al pie del tatami. La imagen de Ronaldo Veitía quedándose sin voz. La imagen de Ronaldo Veitía golpeando en el suelo y dando indicaciones. La imagen de Ronaldo Veitía cargando a sus muchachas. La imagen de Ronaldo Veitía contemplando una ceremonia de premiación…

Todos esos cuadros pasan por delante de nuestros ojos cuando escuchamos hablar del mítico entrenador, rostro de una época dorada del deporte cubano. Bajo su égida, las judocas de la Isla conquistaron 24 medallas olímpicas desde 1992 hasta el 2012 (mayor número para un preparador en la historia estival), incluidos los cinco títulos de Odalis Revé (1992), Driulis González (1996), Legna Verdecia (2000), Sibelis Veranes (2000) e Idalis Ortiz (2012).

Pero su legado se extiende mucho más allá de coronas y trofeos. Ronaldo Veitía marcó pautas por su mano dura, por sus estrictos y revolucionarios métodos de entrenamiento, por su capacidad de conducción, por su habilidad para moldear a verdaderas guerreras y por su liderazgo, factores que le permitieron ganarse el respeto de la comunidad internacional.

No es raro entonces que Veitía, el entrenador más prominente en la historia del judo cubano, haya sido exaltado al Salón de la Fama este martes, durante la gala que la Federación Internacional organizó en Bakú, Azerbaiyán, previo al Campeonato Mundial de la disciplina.

El preparador antillano es uno de los 19 miembros de la clase del 2018, y tan solo el tercer cubano en la lista de 48 premiados en cuatro exaltaciones, tras Héctor Rodríguez (primer judoca cubano campeón olímpico en 1976) y Driulis González (cuatro veces medallista olímpica y triple monarca mundial).

“Ha sido muy muy emocionante, una noche muy importante en mi vida”, aseguró al colega Joel García el experimentado coach, quien obtuvo más de 300 medallas en torneos internacionales durante su carrera.

A sus 70 años, el premio corona una impecable hoja de ruta, en la cual resaltan múltiples lauros a todos los niveles. “Esto no es para mí, es para todos los judocas cubanos que han seguido mi carrera y que han ayudado a que nuestro país esté en el lugar donde está”, expresó en intercambio que recoge el semanario Trabajadores.

Veitía dijo sentirse comprometido con el judo cubano, a pesar de que en los últimos años no se han escuchado demasiado sus consejos. “Nuestra finalidad es seguir trabajando como le he hecho hasta ahora con niños, y aportar en los años que nos quedan”, sentenció.

Tras ser exaltado al Salón de la Fama, Veitía destacó que por su mente pasaron el pueblo cubano y toda la gente que lo admira y lo quiere. “En especial, pensé en la doña de mi vida, Mercedes Caballero, sin ella no hubiera alcanzado ninguno de los premios que tengo”.

Las 24 medallas olímpicas de Ronaldo Veitía

Driulis González logró cuatro medallas olímpicas bajo la direción de Ronaldo Veitía. Foto: Michael Kienzler
Driulis González logró cuatro medallas olímpicas bajo la direción de Ronaldo Veitía. Foto: Michael Kienzler

Cinco oros: Odalis Revé (1992)-Driulis González (1996)-Legna Verdecia (2000)-Sibelis Veranes (2000)-Idalis Ortiz (2012)

Nueve platas: Estela Rodríguez (1992-1996)-Driulis González (1992)-Daima Beltrán (2000-2004)-Yanet Bermoy (2008-2012)-Anaysi Hernández (2008)-Yalennis Castillo (2008)-

Diez bronces: Amarilis Savón (1992-1996-2004)-Driulis González (1992-2004)-Legna Verdecia (1996)-Diadenis Luna (1996)-Yurisleydis Lupetey (2004)-Yurisel Laborde (2004)-Idalis Ortiz (2008)

Los 19 exaltados al Salón de la Fama en el 2018

Elnur Mammadli (Azerbaiyán): En los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 fue el único campeón azerí, y el cuarto de la nación en su historia estival. Actualmente es vicepresidente de la Federación de Judo de su país.

Nazim Husseynov (Azerbaiyán): Primer campeón olímpico azerí tras la independencia del país. Ganó inobjetablemente en la edición de Barcelona 1992.

Ilham Zakiyev (Azerbaiyán): Impedido visual, este judoca conquistó sendos títulos paralímpicos en Atenas 2004 y Beijing 2008, en ambos casos como competidor en +100 kilogramos.

Antal Kovacs (Hungría): Primer húngaro campeón olímpico (1992) y mundial (1993), fue el Deportista del Año de su nación en 1993. Como detalle curioso, recibió el premio de manos del estelar francés Teddy Rinner, doble monarca estival y diez veces titular del orbe.

Hitoshi Saito (Japón): Murió en el 2015, pero ha sido exaltado póstumamente por sus logros en la década de los 80. Fue el primer judoca japonés que ganó dos títulos olímpicos (1984 y 1988).

Ayumi Tanimoto (Japón): Doble campeona olímpica en Atenas 2004 y Beijing 2008. Ya en el 2016 formaba parte del colectivo técnico de la selección japonesa en los Juegos de Río de Janeiro.

Xian Dongmei (China): Actual presidenta de la Asociación China de Judo, Dongmei ganó par de cetros estivales en 2004 y 2008.

Sun-Hui Kye (República Popular Democrática de Corea): Ganar una medalla olímpica es complejo, pero ganar tres y todas en distintas categorías de peso resulta aún más complejo. Sun-Hui lo logró entre 1996 y 2004, además de conquistar cuatro títulos mundiales.

Min-Sun Cho (Sudcorea): Cuando el judo femenino era un deporte de exhibición en Juegos Olímpicos, Cho ganó bronce, allá por 1988. Seis campañas más tarde, en Atlanta 1996, llegó a lo más alto del podio. Ahora se ha establecido como árbitro de primer nivel.

Anis Lounifi (Túnez): Nunca ganó una medalla olímpica, pero en el 2001 se convirtió en el primer campeón mundial africano.

Hesham Mesbah (Egipto): Ganó el bronce en Beijing 2008, segunda medalla olímpica en el judo para su país. Veinticuatro años antes, Mohamed Rashwan había abierto la cuenta sobre los tatamis con una plata en Los Ángeles.

Amar Benikhlef (Argelia): Ganó plata en Beijing 2008 y después continuó su historia en el judo al ser nombrado entrenador de la selección nacional de su país.

Nicolas Gill (Canadá): Leyenda canadiense, ganó su primera medalla olímpica en Barcelona 1992, y ocho años más tarde se llevó una plata en Sydney 2000.

Jimmy Pedro (Estados Unidos): Su primer gran resultado fue un bronce olímpico en Atlanta 1996, y tres campañas después se coronó en el Mundial de Birmingham. Con 34 años regresó a planos estelares y conquistó la plata en Atenas 2004.

Rusty Kanokogi (Estados Unidos): Recordada por organizar el primer Campeonato Mundial para mujeres en 1980, cuando tuvo que hipotecar su casa para cubrir gastos del evento. Fue la fuerza conductora detrás de la introducción del judo femenino en Juegos Olímpicos. Recibe el premio de manera póstuma, pues murió en el 2009.

Mark Huizinga (Holanda): Triple medallista olímpico, el holandés brilló en el 2000 tras derrotar por ippon en la final al brasileño Carlos Honorato. Además de esa corona, ganó bronce en 1996 y 2004.

Jane Bridge (Gran Bretaña): Reconocida por ser la primera mujer en la historia que ganó un título mundial, en 1980.

Felice Mariani (Italia): Fue la primera judoca en obtener una medalla olímpica para Italia. Después del retiro pasó a ser coach de la selección nacional de su país y condujo a Giulia Quintavalle al título en Beijing 2008.

2018 IJF Hall of Fame Gala

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