Semifinales de la Champions: ¿felices los cuatro?

Imagino que tras el sorteo de las semifinales de la Champions League, Zinedine Zidane rascase su pelada cabeza y Jupp Heynckes tragara en seco, luego de que la suerte pusiera frente a frente a sus equipos. Mientras, Jürgen Klopp y Eusebio Di Francesco sonreirían con sorna y se lanzarían miraditas de soslayo.

Los cuatro técnicos todavía enrolados en la máxima competición de clubes europeos sabrían de sobra que una lotería como la de este viernes suele ser caprichosa, pero aun así apelarían a todos los conjuros posibles para evitarse al rival más incómodo. Al parecer, la hechicería en Liverpool y Roma es más fuerte que en Múnich y Madrid.

La que muchos imaginaban –y querían– como final perfecta terminará dándose en semis, con el Bayern como anfitrión del Real Madrid en su feudo del Allianz Arena este 25 de abril, y los merengues recibiendo a los bávaros en el Santiago Bernabeu, en la vuelta del 1ro de mayo.

Medio mundo se chupa ya los dedos, aunque a los seguidores de unos y otros se les ponga la carne de gallina.

Será la séptima semifinal del torneo entre el Madrid y el Bayern, y aunque la historia –en esta instancia– favorece a los alemanes, los de Zidane son los actuales campeones y no han tenido piedad con el Múnich en sus últimos duelos.

La última vez que el Bayern dejó en el camino a los españoles en semifinales fue en 2012, cuando tuvo mejor puntería desde el punto de penal luego de que el global de victorias y goles terminara empatado. Antes, había eliminado a los merengues en las semis de 1976, 1987 y 2001.

A este paso llegan con el título de la actual Bundesliga ya en sus vitrinas y el deseo de Heynckes –que será sustituido la próxima temporada en el banquillo bávaro por el croata Niko Kovač– de despedirse en grande, tal como hizo en 2013 cuando se marchó del club con la corona de Europa.

Su avance se resolvió sin espectacularidad ni sobresalto, con el magro empate a cero como local contra un Sevilla al que no le alcanzó la convicción. Solo dos anotaciones, una de ellas autogol, logró el Bayern frente a los andaluces y tendrá que engrasar su maquinaria si aspira a desbancar al campeón vigente, que por demás empieza como visitante.

El Real Madrid, por su parte, liquidó a los germanos en semis en el ya lejano 2000 y también en 2014, cuando Pep Guardiola llevaba las riendas del conjunto muniqués. El año pasado se cruzaron en cuartos y el conjunto blanco también se llevó la mejor parte con un global de 6-3.

Los de Madrid llegan ahora a su octava semifinal consecutiva, con la mirada puesta en su decimotercer título y el tercero en línea. Lo hicieron por los pelos, con un polémico penal en tiempo de descuento que cortó las alas en el Bernabeu a una envalentonada Juventus.

Con la liga prácticamente perdida, los de Zidane han cargado las pilas en la Champions y, salvo el susto de la Juve esta semana, han resuelto su pase con suficiencia, tirados por un Cristiano Ronaldo en racha. En la Allianz Arena se reencontrarán con viejos conocidos como James Rodríguez y Arjen Robben, con un pasado merengue fresco en la memoria, y el propio Jupp Heynckes, que llevó al Madrid al trono de Europa en 1998.

Será un cruce duro y exitante, con dos de los mejores delanteros del mundo –CR7 y Lewandowski–, mediocampos cumplidores y creativos y defensas experimentadas. Y aunque las apuestas se inclinan ligeramente hacia el Madrid, su director de Relaciones Institucionales, Emilio Butragueño, profetizó sufrimiento para todos. Veremos si se cumple.

Roma vs. Liverpool: duelo de inspirados

Tanto la Roma de Di Francesco como el Liverpool de Klopp llegan a semifinales con el ánimo por las nubes. Y después del sorteo su motivación se ha multiplicado, con el sueño cada vez más posible de alcanzar la final.

Ninguno de los dos equipos salió como favorito en cuartos y, sin embargo, aquí están. Su pulsada se iniciará en Anfield el 24 de abril y se definirá el 2 de mayo en el Olímpico de Roma. Todo es posible en este duelo.

La Loba hizo lo que nadie, tal vez ni sus fanáticos más soñadores, imaginaban: golear 3×0 al Barcelona y remontar la desventaja de ida para colarse en semifinales por segunda vez en su historia. La ocasión anterior venció en el cruce al Dundee United pero luego dejó escapar la corona en penales, precisamente frente al Liverpool. Pasar ahora les daría una tardía pero disfrutada venganza.

Ramón Rodríguez “Monchi”, director deportivo del club romano, reconoció la empinada cuesta que tienen por delante aunque inflamado de confianza: “Va a ser un rival muy complicado –dijo del Liverpool–, pero también era difícil el Barcelona”.

“Estamos viviendo un sueño y no queremos despertarnos”, confirmó para hacer frente a las especulaciones de que con lo logrado hasta hoy podrían darse por satisfechos: “tenemos que pensar en nosotros mismos y continuar por este camino”.

Desde que la suerte enlazó a la Roma con el club de la ciudad de los Beatles, los medios se han cebado con el enfrentamiento de Mohamed Salah con sus antiguos compañeros. El egipcio salió de la Ciudad Eterna el verano pasado por 42 millones de euros y ha rendido una campaña excepcional para el Liverpool, tanto en la liga inglesa como en la Champions.

Para no ir más lejos, dos de los goles con que los Reds pasaron por encima del Manchester City en cuartos, fueron suyos. Y su nombre pinta para MVP de la Premier y la Bota de Oro del Viejo Continente al terminar la temporada.

Pero Monchi resta morbo al asunto y mira salomónico todo el paisaje: “Del Liverpool me preocupa todo, no solo Salah. Es un equipo muy fuerte, con muchos jugadores importantes y un gran entrenador”. Y lleva razón.

Mohamed Salah enfrentará a sus antiguos compañeros de la Roma y podría volver a ser crucial para las aspiraciones de los Reds. Foto: Peter Byrne / PA vía AP.

Si la Roma cuenta con la pólvora del bosnio Edin Dzeko y el corazón del capitán italiano De Rossi, del griego Manolas y el belga Nainggolan, el Liverpool tiene el tridente ofensivo más en forma de toda Europa, con Salah, el brasileño Firmino y el senegalés Mané, y aplica la filosofía preferida por su técnico: atacar es la mejor defensa posible.

Los Reds son letales en el área y se sienten como pez en el agua jugando al contragolpe. Su cerrojo defensivo cuenta también con hombres eficientes como los holandeses van Dijk y Wijnaldum y el croata Lovren. Con estas armas, es el único invicto entre los cuatro semifinalistas y aspira a colarse en su octava final. Hasta hoy, han logrado levantar cinco copas, la misma cantidad que el Bayern.

La hora de la verdad se acerca. El 2 de mayo se sabrá cuáles equipos chocarán por la Orejona 24 días después en el Estadio Olímpico de Kiev. Por lo pronto, los cuatro pueden respirar felices –o al menos satisfechos– de seguir vivos y con las esperanzas crecidas, mientras muchos otros ya inclinaron la cabeza. ¿Se atreve a pronosticar cuáles seguirán sonriendo?

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