Serie del Caribe: Cinco conclusiones tras el fracaso de Quisqueya

Foto: Ricardo López Hevia

Foto: Ricardo López Hevia

Los presagios no eran en vano, desde el inicio de la Serie del Caribe anunciaron el triste final que tendrían los tigres de Ciego de Ávila, para evitar las hueras ilusiones. Y al final, uno lo agradece. Agradece que las derrotas no nos tomaran por sorpresa, que llegar a semifinales haya sido mucho para el performance de este plantel y que, una vez ya acomodados todos para el instante definitorio, el aviso no fuera un acto de ahogo y desconsuelo que nos mandara redondos a la lona.

Mientras Ciego de Ávila tuvo vida en Quisquella, una verdad absoluta, irrefutable, se paseó entre las luces y la grama del Juan Marichal: de estas cinco ligas de béisbol que disputaron la Serie del Caribe, la cubana es la más endeble, la de menor nivel colectivo.

El tiempo no nos ha perdonado y con su ir, muchos jugadores se han largado, mucha época de enclaustramiento y de visión cortoplacista, mucha dirigencia y poca efectividad de políticas y estrategias, mucho todo, mucha nada. La evidencia es el terreno de juego, la vergüenza de ver un equipo cubano tan inferior en una competencia donde la varilla no es, ni por asomo, una cúspide inalcanzable.

En esta Serie del Caribe, los cubanos sufrieron que jugadores que en la Isla no eran tomados en cuenta para el seleccionado nacional los vapulearan y les demostraran el nivel que han alcanzado. Esa es la fiel imagen que queda grabada en la retina, lo congelado que está nuestro béisbol.

Aquí están cinco conclusiones tras el fracaso de Quisqueya:

1-Roger Machado y su dirección de equipo no tienen, en lo absoluto, nada de culpa en el resultado final del torneo.

2-La causa fundamental del fracaso en la Serie del caribe es la crisis sistémica del béisbol cubano.

3-Aunque sin producir en los momentos claves, Yulieski Gourriel es libra por libra el mejor pelotero que juega en Cuba. El único que estuvo por encima de las exigencias de la lid.

4-En Cuba no hay lanzadores de primer nivel. Todos se han marchado. Y todos sabemos que sin pitcheo es imposible asaltar la victoria.

5- La coacción (basada en el éxito) que sufre la selección nacional, termina repercutiendo en su performance. El béisbol deja de ser un juego, un deporte, una diversión, para convertirse en un retrato de caras largas.

*Ciego de Ávila cayó derrotado en las semifinales ante los aztecas Venados de Mazatlán por marcador de 2 carreras por 7. Ni el cuerpo de dirección ni los jugadores quisieron darle declaraciones a OnCuba tras la eliminación.

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