Serie del Caribe: Debut sin sonrisa

Fredy Assiel Álvarez, pitcher de Pinar del Río

Fredy Assiel Álvarez, pitcher de Pinar del Río

Vegueros de Pinar del Río acaba de caer en el debut de la Serie del Caribe ante los Tomateros de Culiacán (México). Primera salida al diamante en el Hiram Bithorn de San Juan, primer descalabro. Una derrota fugaz, sin anestesia, quizás, para anunciar desde bien temprano que no basta con armarse hasta los dientes, si en definitiva, las fisuras son elocuentes. No hay quien las esconda detrás de una armazón quebradiza.

Fue un partido relámpago el que abrió las compuertas en Puerto Rico, en menos de tres horas los aztecas tiraron por tierra los presagios que auguraban un triunfo cubano. Nueve innings codo a codo, sin sacarse ventajas los unos a los otros, donde los designados para treparse al box, en cada caso, no defraudaron a sus banquillos. Por los mexicanos, el siniestro Anthony Vásquez, por los de casa, Freddy A. Álvarez.

Ambos se empeñaron en llenar de ceros el pizarrón, sometiendo a todo el que asomaba por el home plate. Desde el inicio, el duelo estuvo planteado, las ventajas que se sacarían ambas escuadras sería mínima, no habría tregua para los maderos. Pero los pativerdes tomaron el mando, basándose en las veloces piernas de Yulieski Gourriel que llegó a primera por deadball y anclaría en la intermedia tras estafarla. Desde allí fue remolcado hacia la goma por una soberbia línea hacia la banda contraria que conectaría Frederich Cepeda empuñando a la derecha.

Hasta ahí lo de Pinar, no hubo más amenazas, más amagues, el efectivo bullpen de los Tomateros neutralizaría todo, amén de las alocadas cabalgatas de los jugadores cubanos que pudieron entrar en circulación. Todo lo contrario de sus rivales, que en el primer desliz, en la primera relajación, aprovecharon para colarse por la cocina. En un lance por el box, Freddy eligió mal, buscó un out por la antesala cuando en primera tenía toda la ventaja y en ese instante comenzó el desplome.

En el capítulo siguiente Alfonso Urquiola le dio la misión a Jonder Martínez de venir de relevo para conservar el abrazo, pero su descontrol, su falta de comandos en los lanzamientos lo impidieron. Al rescate también fue llamado el zurdo vueltabajero Moinelo que soportó la conexión que trajo la anotación del gane. Fatídico innings siete. ¿Será que los cuerpos de serpentineros de Cuba aún no están preparados para los relevos intermedios? ¿Qué aunque se habla tanto al respecto, no hay tal especialización?

Con el marcador 2 x 1, el mentor Benji Gil no dio margen a titubeos e hizo desfilar por la lomita a lo mejor de su staff. Detrás de Anthony Vásquez, trajo al veloz Marin, después a un siniestro acomodador y para el cierre a su carta de seguro, el experimentado Oscar Villarreal. El ex liga mayorista tendría que enfrentar a los dos mejores bateadores de los vegueros, Yulieski Gourriel y Alfredo Despaigne, de un swing podría surgir el empate. Hubo esperanza. Nada más.

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