Un ¿Lazo? en el cuello del 99

Foto: Andres Leighton / AP

Foto: Andres Leighton / AP

Pedro Luis Lazo lucirá nuevamente su mítico número 99 en la 57 Serie Nacional de Béisbol (SNB). En 2017, El Rascacielos Pinareño, igual de gigante y ecuánime, no lanzará hacia el home plate ni su recta o su slider dominarán a los ansiosos bateadores. No. Lazo, que suma más victorias que cualquier otro pitcher que usted logre recordar dentro de la pelota cubana, dirigirá al equipo de Pinar del Río.

Lejos está el epílogo de la segunda etapa de la 56 SNB. Sin embargo, las autoridades de la provincia más occidental de Cuba no demoraron en informar lo que muchas veces es tratado como un secreto de Estado. Una noticia que llegó y ha encontrado evaluaciones positivas y negativas por doquier.

Muchos hablan de que la decisión fue dada a conocer inmeditamente para no dar margen a dudas o a comentarios. Y es que el experimentado Alfonso Urquiola, ex manager, había expresado su aspiración de regresar al banquillo de los pativerdes. Un hombre que cada vez que ha tomado las riendas de la selección ha cumplido al ciento por ciento.

“Yo me jubilé pero nunca me retiré. Estoy bueno y sano, y listo para ayudar en lo que haga falta. A mí me ha tocado reconstruir el equipo en tres oportunidades y volvería a hacerlo con gusto, siempre y cuando todos los factores decidan trabajar juntos para solucionar los problemas y sacar al conjunto del mal momento. A mí nadie me ha hecho ninguna propuesta al respecto. Si vinieran a hacérmela, los recibiría con los brazos abiertos y les diría algunas cosas que tengo que decirles. Pero te lo adelanto, si  cojo el mando tienen que comer perejil conmigo y ganármelo en la raya… Con ese pitcheo que tiene Pinar, no hay bateadores en este país para ‘matarme’.”

Así le dijo en octubre pasado Urquiola al periodista Michel Contreras.

Alfonso Urquiola: "A mí me ha tocado reconstruir el equipo en tres oportunidades y volvería a hacerlo con gusto".
Alfonso Urquiola: “A mí me ha tocado reconstruir el equipo en tres oportunidades y volvería a hacerlo con gusto”.

Sin embargo, su “propuesta”, al parecer, no encontró apoyo y será otro muy destacado jugador quien dictará el ritmo de trabajo en la grama del Capitán San Luis.

El humo del tabaco regresará al dogout del home club de ese estadio y una figura de más de 190 centímetros de estatura caminará hacia el box, como antes, con el objetivo de sacar out tras out, aun cuando no sea él quien intente dominar.

La realidad es que Pinar continúa con su cambio de mentores frecuentemente. A Jorge Ricardo Gallardo solo le dieron un par de “entradas” y, aunque finiquitó la primera, falló en la segunda y fue sustituido sin rodeos ni miramientos. Gallardo, después de ocupar la segunda plaza en su debut, dejó solo 18 éxitos y 25 fracasos, una foja nada agradable y que lo dejó sin oportunidades.

En cuanto al estreno de Lazo, creo que la mayor preocupación deber ser su inexperiencia como manager. A veces (la mayoría) las comisiones provinciales elijen a sus directores por sus resultados durante su etapa en activo, lo cual es incorrecto, en mi opinión, porque haber sido un destacado deportista no es directamente proporcional a ser un buen guía luego.

Un mentor deber sumar un cúmulo de características que solo se encuentran en la experiencia adquirida con el transcurrir de los años. O bien nunca se logran encontrar, aunque en Cuba muchas veces no lo entendamos.

Ciertamente, hace unos meses tampoco me satisfizo la decisión de que Reutilio Hurtado pasara del terreno al banco. Y no es el resultado posterior el que se debe tener en cuenta, no, es el estar verdaderamente preparado para afrontar una tarea. Recuerden a Antonio Pacheco, llegó, ganó, pero siempre enseñó fisuras en el orden táctico. Tenía, además, un equipo santiaguero que era una máquina y devorada a sus contrarios. Tal vez el mismo Pacheco pero con otro equipo hubiese concluido con average por debajo de .500 entre victorias y derrotas.

Un director debe ser un aglutinador, debe sumar sabiduría, debe ser un estratega, debe poseer, entre otros detalles, carácter, confianza y, más que todo, debe trasmitir respeto, ser líder. Lazo puede cumplir o no con estos detalles, aunque esto no se trata de Lazo o de Pacheco, se trata de hacer las cosas correctamente para elevar la calidad de un béisbol que cada vez se queda más al desnudo, porque en ningún torneo que se respete debuta un “jefe” del club house sin horas y horas acumuladas en la profesión.

El Rascacielos le dijo al periódico de su provincia, “creo que es una tremenda responsabilidad pero esto es lo que me gusta, así que asumo la tarea con deseos de hacerlo bien. Los muchachos querían que estuviese en el equipo quizás no como director, pero si dentro, así que aquí me tienen y a divertirse en el terreno”.

Solo nos queda desearle suerte al pitcher cubano más ganador de la historia en esta titánica tarea que le fue asignada  y que “contó con el apoyo unánime de las direcciones políticas y gubernamentales de la provincia”. Los mejores augurios para este fuera de serie tanto dentro como fuera de los límites de la Isla.

Salir de la versión móvil