Una mirada a la Serie Nacional de Béisbol

La segunda fase de la 54 Serie Nacional enfila hacia las postrimerías. Poco más de 20 pleitos restan para que la etapa clasificatoria llegue a su fin. Un recorrido bien corto, que se irá en nada. Y aún no se vislumbra con claridad quienes serán los animadores de la postemporada. Matanzas y Granma parecen ya apuntalados con sendos boletos (amén de que matemáticamente no tienen garantizado nada) pero las otras dos plazas del tren play off, todavía están en disputa.
Después del impasse por la Serie del Caribe, el torneo ha entrado en una especie de hipocondritis aguda. Padecimientos jornada tras jornada, que más allá de la férrea porfía de los conjuntos por clasificar, han incidido y provocado varias averías a la lid.
Lesiones a granel han inundado a las escuadras que han visto como muchos de sus principales baluartes han tenido que ver los partidos desde las gradas, indisciplinas que han terminado en sanciones, jugadores que han decidido dejar sus equipos para marcharse al extranjero (no es noticia), el desencanto de Pinar del Río con su dirección y una serie de ausencias notables que ha debilitado su nómina, así como que Cepeda ya anda por Japón preparándose para la contienda nipona, son algunos ítems que andan perturbando al asiduo aficionado del torneo.
No obstante, uno de los que más ha aguantado los embates de la mala suerte ha sido los Cocodrilos de Víctor Mesa. Su plantilla ha sangrado, en hemorragia, pero aún no sueltan la cabeza de la clasificación. Perdieron a su cátcher, a su segunda, a su shortstop (todos decidieron abandonar la Serie Nacional para probar fortuna en otras ligas) y siguen aferrados a la primera plaza, muy pocos conjuntos pudieran resistir semejante dureza.
Matanzas (43-26) hoy duerme abrazado con los Alazanes de Granma (43-26), que a fuerza de muñeca, a palo limpio, los ha alcanzado y todo parece indicar que para dejarlos en la cuneta. Los dirigidos por Carlos Martí dan miedo, gozan de una batería poderosísima que intimida al más pinto. Si bien su pitcheo no da muchas garantías, han encontrado un equilibrio de peso en los Santos, Despaigne, Samón y Cedeño.
Detrás, en el tercer escalón, marcha Industriales (39-30) separado a cuatro rayitas de los punteros. Los azules han tenido un gran repunte en esta segunda etapa, lo que les ha valido para ubicarse en los puestos de avanzada. Pero si bien ahora mismo superan el margen de clasificados, no pueden confiarse, pues a sus espaldas vienen dando zancadas agigantadas un gran pelotón.
Ese compacto grupo que anda tras los pasos de los leones de la capital, lo encabezan la Isla de la Juventud y Ciego de Ávila (38-31) que se encuentran a solo un juego de diferencia, pero no crean que la lista culmina ahí, Pinar del Río (37-32) sigue peleando por esa última carta que viabilice el pase a los play off y Artemisa (35-34), aunque con un poco menos de opciones, aún sueña con una remontada. El frío sótano corresponde a Holguín (31-38) que solo le resta culminar el calendario oficial.

Individualidades

A la ofensiva, Granma se ha llevado todos los cintillos y va encabezando individualmente los principales renglones de juego. De este modo, en las últimas jornadas, el toletero Alfredo Despaigne anda suelto con el madero en ristre y ha pasado a comandar los bateadores con un promedio de 366 de average. Otro alazán, el bólido Roel Santos es también líder en carreras anotadas con 62, mientras que Urmaris Guerra, es el hombre que más pelotas ha sacado de los estadios en lo que va de contienda, al despachar 17 cuadrangulares, además de ser el que más carreras a remolcado hacia el home plate con 59. En slugging, Despaigne es primero con 676.
Por su parte, entre los pitchers, Freddy A. Álvarez es el de mejor promedio de carreras limpias por juego con 1.63. Nadie ha ganado más juegos que el abridor Lázaro Blanco de Granma que archiva 12 decisiones a su favor, en salvamento comanda el artemiseño José A. García con 18 y el que más ponches ha recetado es el siniestro Darién Núñez con 90.

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