Viviendo la Titan Tropic Cuba

El agua y el lodo se robaron el protagonismo en la primera etapa de la lid / Foto: Cortesía de Titan Tropic Cuba

El agua y el lodo se robaron el protagonismo en la primera etapa de la lid / Foto: Cortesía de Titan Tropic Cuba

Rara vez el Hotel Memories Miramar, al oeste de la capital cubana, despertó con tanto movimiento como este domingo 6 de diciembre, fecha que pasará a la historia por el inicio en la Mayor de las Antillas de la carrera Titan Tropic by Gaes de mountain bike, evento que se instala en el calendario como la versión americana de la popular Titan Desert by Garmin de Marruecos.

Pasadas las siete de la mañana, cientos de ciclistas se agolpaban en la salida del hotel, abasteciendo sus depósitos de agua y listos para partir a un angosto recorrido de 88 kilómetros hasta la comunidad de Las Terrazas, designada Reserva de la Biosfera por la UNESCO.

Ni un rayo de sol calentaba las pistas cubanas y la amenaza de lluvia era tan real que casi nos cuesta creer que ni siquiera lloviznó en el trazado, cuya mayor dificultad resultó precisamente el lodo acumulado por los aguaceros de fechas previas en la zona.

Bajo condiciones extremas rodaron más cien pedalistas, adentrados en parajes muy poco conocidos de la periferia capitalina, en su mayoría sin desniveles significativos pero llenos de barro, con charcos de cualquier diámetro o profundidad, ante los cuales varios ciclistas perdieron el control y fueron al suelo en verdaderos baños de fango.

En algunos puntos accesibles de la carrera, los cubanos se volcaron para observar el inédito suceso y apoyar a los protagonistas / Foto: Cortesía de Titan Tropic Cuba
La prueba transitó por caminos mayormente llanos pero intrincados / Foto: Cortesía de Titan Tropic Cuba
El carismático español Valentí Sanjuán rodó al límite toda la etapa, con par de caídas, una rotura y gran desgaste, pero culminó y va por más / Foto: Calixto N. Llanes
Rectas interminables en zonas resecas también exigieron a los pedalistas / Foto: Aliet Arzola Lima
El contacto con la naturaleza fue denominador común en el primer examen de la Titan Tropic Cuba / Foto: Calixto Llanes
Los concursantes disfrutaron de una frondosa vegetación durante toda la etapa / Foto: Calixto Llanes

Sobre la mitad del trayecto el sol asomó, las pistas se tornaron resecas en las inmediaciones de Guanajay, ya en la provincia de Artemisa, y las nubes de polvo aparecieron tras el intenso paso de los líderes, que se descolgaron del pelotón y pusieron enfoque absoluto en meter su rueda por delante en la línea de meta.

Entre los escapados no fue una sorpresa encontrar al campeón y subtitular de la última Titan Desert de Marruecos, el colombiano Diego Alejandro Tamayo y el español Ibón Zugasti, por ese orden, pero la presencia del cubano José Mojica impresionó a muchos, porque las mejores referencias del antillano se ubicaban en el ciclismo de ruta y no en la montaña.

Al final se ubicaron en ese mismo orden cuando cruzaron la línea de sentencia, a escasos metros de los Baños de San Juan, escenario ideal para el reposo y la relajación después de casi tres horas de pedaleo constante, y también para enjuagar las bicicletas, completamente cubiertas de fango…como los protagonistas.

El fango cubrió todas las bicicletas / Foto: Aliet Arzola Lima
El fango cubrió todas las bicicletas / Foto: Aliet Arzola Lima

En un área no tan extensa ya estaban desplegadas las cabañas del primer campamento de la lid, donde todos los concursantes pasarían la noche de conjunto, compartiendo las experiencias de una carrera que debe tornarse más y más dura al internarse en la tupida vegetación de Soroa y los bruscos desniveles y vadeos de Viñales, las dos próximas corridas.

Por amor hasta la meta

Después de que el colombiano Diego Alejandro Tamayo cruzara la meta, todo el mundo en el campamento de los Baños de San Juan estuvo muy pendiente por captar la llegada de la primera fémina, que a la postre fue la mexicana Adriana Fabiola Corona, aunque no lidera la clasificación de las chicas pues solo compite en la categoría de dúo mixto junto a su esposo Aaron Sánchez.

Y justo ese es el detalle que llama la atención de la pareja azteca, que nunca antes había concursado en una lid de ciclismo de montaña, tradicionalmente compleja y exigente. “Practicar mountain bike es algo novedoso, nosotros más bien nos hemos probado con la ruta, pero vimos el anuncio de la carrera en Internet y decidimos inscribirnos”, relató Sánchez (45 años), natural de Guadalajara.

Sobre la carrera, Fabiola expresó que el lodo y el agua se convirtieron en los enemigos a vencer, además de estar pendiente de no separarse uno de otro, pues los dúos mixtos deben rodar juntos, con una diferencia que no puede exceder los dos minutos en cada control de paso.

“Andar en bicicleta es como en la vida, vas a encontrar baches, obstáculos, a veces andas bien, otras mal, y el chiste es aguantar y hacer el mejor equipo, que uno compense con calma las locuras del otro. Esta es una prueba para ver si nuestro amor sigue y sigue en cualquier circunstancia”, confesó Fabiola, de 35 años.

Y lo mejor, tras palpar de primera mano lo angosto de los parajes cubanos, ninguno de los dos se intimidó, al contrario, confían en culminar la prueba como expresó Sánchez. “En las próximas etapas sabemos que el cuerpo se va cansando, pero buscaremos mantener el mismo paso ocurra lo que ocurra”.

Aaron Sánchez y Adriana Fabiola Corona comenzaron delante de la clasificación de los dúos mixtos / Foto: Aliet Arzola Lima
Aaron Sánchez y Adriana Fabiola Corona comenzaron delante de la clasificación de los dúos mixtos / Foto: Aliet Arzola Lima
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