Volley cubano: reflexiones de una Eminencia

¿Cómo sería el equipo Cuba si tuviera a todos sus jugadores? Mejor no pensarlo

Lo que muchos se preguntan en privado lo comentó públicamente el argentino Julio Velasco, actual entrenador de la selección iraní de voleibol, y no se trata de un criterio festinado. Este hombre con aspecto de oficinista bonachón que accede a conversar con OnCuba es considerado uno de los tres mejores entrenadores en la historia del voleibol, al punto que un “crack” como Pep Guardiola le pidió consejos sobre cómo dirigir un equipo…

Tras casi 18 años, Velasco regresa a La Habana al frente del sorprendente equipo de Irán, que en su primera Liga Mundial ha derrotado a monstruos como Serbia, Italia y una Cuba venida a menos, pero que apenas una semana antes había vencido al campeón olímpico, Rusia. Sabía que jugar en el coliseo de la Ciudad Deportiva sería una prueba de fuego para sus muchachos, y estos supieron reponerse de una desventaja de dos sets para llevarse el primer partido en “tie-break”.

Hay cosas que no se aprenden en los entrenamientos: viajar por el mundo, jugar con público en contra, enfrentar a diferentes equipos, mantener una mentalidad ganadora incluso cuando se va perdiendo, sin desmoronarse… Mis jugadores saben que Cuba es una leyenda del voleibol, pero si se relajaban las cosas funcionarían. Son muy jóvenes y tienen que aprender a manejar la fama para mantener los pies en la tierra.”, aseguró Velasco.

Todo un trotamundos del voleibol, Velasco ha entrenado a selecciones en Argentina, Italia y España, y ahora marchó a Irán, seducido por la milenaria historia persa, e intrigado por saber si sus habilidades para manejar grupos podían funcionar en una cultura diferente. Ahí comprobó que “los jóvenes son jóvenes en todos lados. Tienen la misma habilidad para adaptarse a los cambios y para aprender rápidamente”. Precisamente por eso confía en un eventual resurgir del voleibol cubano en la arena internacional, porque las estrellas formadas por la escuela cubana triunfan inobjetablemente en las mejores ligas de Europa, como la italiana y la rusa.

Sería extraordinario armar un equipo Cuba con todas los jugadores que están fuera, y estoy seguro de que todos quisieran jugar por su país nuevamente. Desearía que eso no fuera visto más como una contradicción, el querer jugar fuera y el poder representar a tu país. No es que quieran jugar en el extranjero porque no amen a su país, ni siquiera es una cuestión de dinero: todo jugador quiere lucirse en los mejores torneos. Los iraníes también quisieran jugar en Rusia y es normal que así sea. Creo que, corrigiendo algunas cosas, es algo que pudiera funcionar, pero es un asunto interno, y que trasciende incluso a la Federación de Voleibol”, acotó.

Velasco habla desde su respeto por Cuba y sus deportistas. Admira profundamente al cubano Eugenio George, el mejor entrenador de equipos femeninos de voleibol en el siglo XX, algunos de cuyos métodos de entrenamiento aplicó en Italia. Por ejemplo, ponía a entrenar a las mujeres con la red de varones, para desarrollar el potencial de ataque que caracterizó a las espectaculares Morenas del Caribe, las fenomenales tricampeonas olímpicas de Cuba.

Hombre ecuménico y de formación ecléctica, Velasco disfruta su actual experiencia en Irán, y le parece un privilegio trabajar en la nación persa en una coyuntura histórica como la actual. “Es un país con un fuerte movimiento de voleibol, pero que vivía apegado al modelo asiático, un modelo que actualmente está en crisis. Traté de llevarles un poco de la visión americana y europea del voleibol y se nota la mejoría. También les ayuda viajar y jugar contra la elite, pues ahora viven todo lo que les decía. La experiencia de un jugador en un partido internacional vale más que 10 charlas de un entrenador, porque las cosas que se viven en la cancha nunca se olvidan”, sentenció.

En la Ciudad Deportiva
En la Ciudad Deportiva

 

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