¿Hacia una alianza estratégica público-privado en Cuba?

¿Cuáles deberían ser las principales demandas estratégicas que pudieran considerar los emprendedores cubanos?

Foto: Otmaro Rodríguez.

El pasado 27 de febrero, la Universidad de La Habana organizó un interesante evento entre emprendedores y viceintendentes municipales bajo el tema “Gobernanza, desde una alianza estratégica público-privado en Cuba”.

La pregunta inevitable, ¿qué vendrá a continuación?, es difícil de responder, sobre todo porque todavía es muy escasa la información relativa al encuentro.

La página de Facebook de la Red de Emprendimiento de la Universidad de La Habana solamente ha divulgado el evento de manera general y la otra única información que parece estar disponible es la que aporta en su página de Facebook Oniel Díaz, un conocido emprendedor que participó en el evento y que fue informando sobre el intercambio en tiempo real.

Me permito citar en extenso los datos aportados por Oniel Díaz:

“Esta es sin dudas una mañana diferente. Sentados juntos en un mismo lugar los gobiernos municipales de la capital y un grupo de emprendedores para discutir sobre alianzas público-privado. Una reflexión cada día más pertinente. Un evento organizado por la Red de Emprendimiento de la Universidad de La Habana y el Centro de Estudios de Administración Pública de la UH.

 ¿Qué ha dicho el gobierno hasta ahora en la reunión?

-Se reconoce que hay resistencia al cambio a la hora de vincularse con TCP en los niveles locales.

-El sector privado tiene que ser visto como un cambio favorable para el país y tenemos que ser activos en nuestra relación con ellos.

– Tenemos voluntad de lograr alianzas público privadas. Estamos abiertos al intercambio.

– Los impuestos que pagan los privados son importantes para sostener los servicios sociales del país y los miembros del sector pueden estar orgullosos de esa contribución.

-Estamos dispuestos a identificar las trabas al sector privado que a nivel local existen para romperlas.

-Este tipo de encuentro hay que sistematizarlo y aterrizar lo que hablamos en acciones concretas.

– Lograr alianzas con los privados no es un favor del gobierno, estamos obligados a ello.

… y nos trataron de “Hermanos”

¿Qué hemos dicho los emprendedores en la reunión? Algunas ideas:

-La necesidad de revisar los niveles de contribución definidos en la escala progresiva para el pago de impuestos.

-Cómo conocer las prioridades en el desarrollo de los territorios para sumarse a ellos.

-Qué se puede hacer para enfrentar la corrupción.

-La importancia que existan licitaciones públicas para optar por locales y contratos públicos.

-La necesidad de obtener personalidad jurídica.

-Cómo la burocracia y las regulaciones actuales frenan nuestro aporte.

-Cómo constituir ONG u otros actores similares para el caso de los proyectos comunitarios.

-Cómo participar de las exportaciones que el país requiere.

-La necesidad de establecer espacios regulares para la comunicación entre ambas partes.”

Asumiendo el riesgo de comentar un hecho sobre el que se dispone de tan poca información pública, adelanto algunas consideraciones.

Comienzo por los aspectos que considero claramente positivos a partir de evidencias concretas y no solo de declaraciones:

1.El evento reveló la existencia de “voluntades” convergentes favorables al intercambio entre diversos actores: el gobierno cubano (a nivel municipal), emprendedores no estatales (sin poder identificar claramente si había actores privados y también cooperativos), y académicos en función de “mediadores” activos. La confianza entre los actores económicos es un aspecto crucial de cualquier reforma económica y no surge espontáneamente. Hay que construirla progresivamente y requiere determinación y paciencia.

2.La calidad intelectual del diseño del evento estuvo asegurada por el hecho de que la organización del encuentro estuvo a cargo de la Red de Emprendimiento de la Universidad de La Habana, acompañada del Centro de Estudios de Administración Pública y del Centro de Estudios de Economía Cubana, también ambos de la Universidad de La Habana, instituciones todas con reconocimiento por su trabajo académico riguroso.

3.La información disponible parece indicar que existió una dinámica de intercambio positiva. Aunque no lo asegura por sí mismo, esto pudiera contribuir a un trabajo colectivo de aprendizaje y de seguimiento, incluyendo la posible organización de nuevos encuentros, quizás con funcionarios de un mayor nivel de jerarquía.

Las principales insuficiencias parecen haber sido:

-Circunscribir básicamente el funcionamiento de los emprendedores al ámbito de la economía local (municipios).

-La noción de que están “pendientes” de identificación las trabas al sector privado a nivel local, cuando en realidad se trata de problemas suficientemente conocidos.

-La ausencia de una agenda de demandas esenciales por parte de los emprendedores. Todas las demandas expresadas durante el encuentro ciertamente tienen importancia respecto a cuestiones específicas del funcionamiento de los emprendedores, pero, exceptuando la solicitud relativa a “la necesidad de obtener personalidad jurídica” (legalización de PYMES), ninguna de las otras demandas parece tener un carácter estratégico para el desarrollo del sector privado.

¿Cuáles debería ser las principales demandas estratégicas que pudieran considerar los emprendedores cubanos?

La respuesta a esa pregunta requiere reconocer dos problemas relacionados, pero cada uno con su identidad propia.

En primer lugar, se necesita definir claramente el reto primordial que tienen los emprendedores cubanos. En segundo lugar, identificar los principales obstáculos específicos que tiene hoy el avance del sector privado en Cuba.

El principal reto de los emprendedores cubanos es un reto que opera en el largo plazo: poder estructurar un sector privado moderno, con todo lo que eso implica en términos de medios de producción, mercados e innovación.

En este plano, aquello de que sea un sector privado “subordinado” al estatal no significa que necesariamente tenga que tratarse de un sector económicamente más atrasado que el sector estatal.

Obviamente, es un reto que tiene componentes que rebasan ampliamente el plano económico. Por una parte, existe una dimensión ideológica relacionada con la tradicional “sospecha” que pudiera existir respecto a lo privado.

Por otra parte, hay también una dimensión política: la noción de que no debe permitirse que se salga del control oficial aquello identificado por algunos especialistas como “el impulso hacia la auto-organización” por parte del sector privado.

En cuanto al segundo tipo de problema, en mi modesta opinión considero que hay tres grandes obstáculos actuales para el avance del sector privado cubano:

-la ausencia de empresas privadas legales,

-la ausencia de mecanismos para el acceso estable al capital (a un precio razonable), incluyendo las divisas, y

-la ausencia de un mercado de medios de producción que posibiliten alcanzar el nivel que requieren las unidades económicas privadas para insertarse en cadenas productivas en las que los otros participantes son empresas “modernas” (estatales, mixtas, extranjeras) y para poder “avanzar” en esas cadenas, mejorando cualitativamente la oferta. Es improbable que una cadena productiva pueda ser competitiva si tiene eslabones débiles en forma de “chinchales” privados.

Por supuesto, me refiero a un escenario en el cual el sector privado debe concebir su funcionamiento -en alto grado- de manera “incorporada”, es decir, bajo la forma de empresa.

Inevitablemente, siempre habrá un segmento de trabajo por cuenta propia (TCP), pero un sector privado que funcione en un marco de complejidad económica como la actual no puede aspirar a girar en torno al TCP.

Los tres grandes obstáculos anteriormente apuntados son aspectos estratégicos para el sector privado cubano que necesariamente (eso no es una opción) deberían funcionar como tres demandas básicas de los emprendedores en los intercambios que pudieran tener con los funcionarios, para poder articular adecuadamente la relación “estructural” que aspiran tener con la economía estatal.

Sin una visión de largo plazo sobre esos problemas y sobre la centralidad de esas demandas, los intercambios con los funcionarios pudieran correr el riesgo de enfocarse en cuestiones secundarias.

Una alianza estratégica público-privado: ¿y eso qué pudiera ser?

Uno de los temas que más ha llamado la atención es la utilización del término “alianza público privado”.

Asumo que se trata de un concepto que ha sido desarrollado por los colegas cubanos, con aplicación directa al caso de nuestro país, y espero poder encontrar algún texto que explique el concepto.

Creo que esa precisión pudiera ser útil por dos razones:

Como siempre digo, todo eso de China lo menciono para que se entienda que es un tema sobre el cual han corrido ríos de tinta y que incluye análisis muy interesantes sobre un complejo rejuego de intereses en el que el sector privado no funciona de manera pasiva, sino tratando de optimizar su adaptación.

Resumiendo, me parece que ha sido un evento interesante y considero que sería conveniente estimular el debate más amplio posible sobre el tema.

*Este artículo apareció originalmente en El Estado como tal. Se reproduce con la autorización de su autor.

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