Relaciones agrícolas entre EE.UU. y Cuba

Entrevista con Paul Johnson sobre cooperación bilateral, soberanía alimentaria y crecimiento económico.

Un hombre entre vegas de tabaco, en Pinar del Río. Foto: Kaloian.

Usted ha presidido la United States Agriculture Coalition for Cuba, una organización dedicada a promover el comercio agrícola bilateral entre Estados Unidos y Cuba, desde su fundación en 2014, y recientemente viajó a La Habana para asistir a una Conferencia Empresarial Agrícola Estados Unidos-Cuba en abril. ¿Cuál es la situación actual de las relaciones agrícolas entre Estados Unidos y Cuba? ¿Cómo se presenta el mercado en Cuba para las empresas estadounidenses en 2023?

Las relaciones agrícolas entre ambos países son insuficientes. Existe la voluntad entre los ciudadanos de ambos lados de hacer más, pero la ley estadounidense restringe un mayor compromiso. Nosotros exportamos alimentos, pero no los importamos ni invertimos en la infraestructura agrícola de Cuba, lo que aumentaría su producción y crearía oportunidades económicas para las empresas estadounidenses. Nuestro trabajo en la construcción de relaciones agrícolas se realiza en los márgenes en lugar de en el núcleo, lo cual es frustrante. No obstante, hacemos lo que podemos para fortalecer las relaciones con las cooperativas agrícolas y el sector privado de Cuba, proteger nuestras fronteras naturales compartidas de los riesgos de enfermedades animales y vegetales, y crear nuevas oportunidades para los productores, exportadores e inversores agrícolas de Estados Unidos.

Las exportaciones agrícolas a Cuba aumentaron el año pasado a 320 millones de dólares, el punto más alto en los últimos diez años. Espero que esa cifra aumente este año debido al aumento de las ventas del sector privado, pero el potencial completo del comercio entre ambos países está lejos de ser realizado. Exportamos aproximadamente el 15 % de lo que Cuba compra a proveedores agrícolas de todo el mundo. Esa cifra podría llegar fácilmente al 60 % si la agricultura estadounidense pudiera competir ofreciendo créditos en ventas de exportación y expandiendo los programas del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), que tradicionalmente utilizamos para ingresar a mercados en todo el mundo, pero no podemos utilizar en Cuba.

La nota positiva es el crecimiento del sector privado de Cuba y su capacidad para adquirir bienes agrícolas de proveedores estadounidenses. Estamos enviando contenedores de alimentos semanalmente a Cuba, y ese nuevo camino comercial tiene un gran potencial. Si nuestro gobierno ampliara esa oportunidad al permitir relaciones bancarias más cercanas e inversiones, conduciría a un aumento del comercio y al crecimiento del sector privado de Cuba.

Paul Johnson. Foto: tomada de Twitter.

Antes de 1960, Cuba era el noveno mayor mercado de exportación para los productos agrícolas de EE. UU., sin embargo, a partir de 2021, la isla representó menos del 1 % de las exportaciones agrícolas de EE. UU. Actualmente, Cuba depende de las importaciones para el 80 % de su suministro de alimentos, gastando aproximadamente $ 2 mil millones de dólares anualmente en la importación de alimentos. ¿Por qué las agroempresas estadounidenses no pueden acceder al mercado cubano? ¿Qué impacto tienen actualmente las sanciones de EE. UU. a Cuba sobre los agricultores y las empresas agrícolas estadounidenses? ¿Existen productos agrícolas concretos con gran demanda en Cuba que los agricultores estadounidenses podrían aprovechar?

Hay varios obstáculos para aumentar nuestra cuota de mercado. Los dos más grandes son la política de Estados Unidos y la economía de Cuba, ya que no se puede esperar aumentar las oportunidades comerciales en un país que ha sido catalogado como patrocinador estatal del terrorismo y que ha estado bajo embargo durante sesenta años. La economía de Cuba también enfrenta dificultades, y los recursos para gestionar la infraestructura esencial en el país están agotados. No obstante, Cuba importa casi 2 mil millones de dólares en alimentos anualmente de proveedores de todo el mundo, y Estados Unidos ciertamente podría aumentar su participación dada las ventajas logísticas. Es más rápido enviar un contenedor de alimentos desde Estados Unidos a Cuba que desde la Unión Europea, China o incluso Brasil. Sin embargo, las estrictas regulaciones comerciales de Estados Unidos con Cuba hacen que sea abrumadoramente oneroso para muchas empresas hacer negocios con Cuba. Ya sea debido a estipulaciones de pago por adelantado en las ventas de exportación de alimentos, o incluso al viajar a Cuba para llevar a cabo comunicaciones regulares con contrapartes; es posible, pero difícil, y eso conduce eventualmente al agotamiento institucional y corporativo.

Sin duda, permitir el comercio de doble vía presentaría nuevas oportunidades tanto para los productores cubanos como para los compradores estadounidenses. Si se nos permitiera invertir en la agricultura cubana para mejorar la producción habría una variedad de productos que serían de interés para los consumidores estadounidenses. Estos incluyen frutas tropicales, verduras orgánicas, acuicultura, café y, por supuesto, ron y tabaco.

El tabaco es un buen ejemplo de nuestra política poco imaginativa. Tiene todo el sentido permitir la importación de cigarros cubanos; hay una gran demanda y esas ventas mejorarían la riqueza de los productores de tabaco cubanos mientras aumentan su poder adquisitivo para comprar más productos estadounidenses. Los productores de tabaco en Cuba son cooperativas privadas y se beneficiarían de cualquier venta a Estados Unidos. Pero incluso los pasos obvios para mejorar el comercio agrícola entre Estados Unidos y Cuba son rechazados por motivos políticos en lugar de económicos.

Foto: Kaloian.

Mientras se enfrenta a una crisis económica, Cuba está experimentando una inmensa escasez de alimentos y un aumento de los precios. Aunque el país ha dicho que daría prioridad a la producción nacional de alimentos en 2023, ha tenido dificultades para aumentar dicha producción, y no lo logró entre 2021 y 2022. Dada su experiencia aquí y trabajando en la isla, ¿qué cambios cree que Cuba podría implementar para abordar su crisis alimentaria (en términos generales)? ¿Qué papel podrían desempeñar los agricultores y las empresas agrícolas estadounidenses para superar la actual crisis alimentaria y apoyar la soberanía alimentaria en Cuba?

La producción está en baja en todos los sectores en Cuba. Una gestión deficiente, falta de incentivos, agotamiento tecnológico, almacenes y transporte deficientes, y escasez de insumos básicos como alimento y fertilizantes han llevado a una fuerte disminución en la producción agrícola. Los cambios recientes para otorgar más autonomía a las provincias locales, así como la capacidad del sector privado para competir con las empresas estatales, son un paso en la dirección correcta, pero no han ido lo suficientemente lejos.

Por ejemplo, podrían reemplazar la empresa estatal Acopio, encargada de la compra y recolección de la producción, por una empresa privada o cooperativa más eficiente. También podrían aumentar la inversión en la agricultura local en lugar de en hoteles vacantes.

Es evidente que el presidente de Cuba desea abrir más espacio para los mercados dentro de la economía cubana y trabajar más de cerca con Estados Unidos; sin embargo, los desafíos internos de la burocracia cubana dificultan hacer realidad esta visión. Estados Unidos podría desempeñar un papel aquí, involucrando al sector privado, incluidas las cooperativas agrícolas, a través de capacitación, recursos y oportunidades de exportación. Esto animaría a quienes desean reformas de mercado dentro del país y ayudaría a Cuba a aumentar la producción local.

¿Tenemos poca tierra en Cuba?

La seguridad alimentaria es una preocupación en Cuba. Los cubanos todavía están lidiando con los impactos en la salud del llamado Período Especial de mediados de la década de 1990. Las consecuencias a largo plazo de una nutrición deficiente son devastadoras, y los efectos en la salud de las actuales escaseces de alimentos afectarán a la juventud de Cuba durante décadas. Los desafíos diarios que enfrentan los cubanos para encontrar suficiente comida han aumentado el número de personas que abandonan el país.

Estuve en Cuba la semana pasada y los precios de los alimentos en los mercados locales han aumentado, mientras que las raciones han disminuido significativamente. Por ejemplo, comprar una libra de cerdo consumiría alrededor del 10 % del salario mensual promedio de un cubano. Las raciones de carne de ave se han reducido a una libra por persona al mes, y solo cinco huevos por persona al mes. La situación alimentaria está fuera de control para los cubanos promedio.

Foto: Kaloian.

El gobierno tiene menos reservas de capital para comprar los alimentos necesarios o los insumos para aumentar la producción, como fertilizantes, semillas y alimento para animales. Salir de esa tendencia requerirá un papel más activo del sector privado de Cuba junto con cambios en la política de Estados Unidos para apoyar su crecimiento.

Específicamente, la administración de Biden debería permitir que el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) se involucre con sus contrapartes en Cuba. Los funcionarios de agricultura extranjera y los especialistas en salud de plantas y animales estacionados en Cuba mejorarían la comunicación, comprensión, confianza y abrirían mayores oportunidades. También necesitamos una licencia general del Departamento del Tesoro de Estados Unidos para invertir en la producción agrícola, infraestructura y comercio bidireccional en Cuba. Esto incluiría solucionar los problemas de las relaciones bancarias que dificultan innecesariamente el flujo de capital entre los sectores privados de Estados Unidos y Cuba.

El intercambio entre EE. UU. y Cuba en materia de agricultura y ganadería ha persistido históricamente independientemente del estado de las relaciones diplomáticas más amplias entre ambos países. ¿De qué manera contribuye o influye este tipo de colaboración en las relaciones diplomáticas más amplias?

La agricultura es una preocupación nacional para cada país y la base para el crecimiento económico y la estabilidad política. Once millones de cubanos necesitan comer todos los días, convirtiendo esta necesidad básica en una oportunidad para impactar las vidas de cada cubano, a diario. Tenemos una elección, podemos ayudar u obstaculizar, culpar o resolver problemas que beneficien directamente a los ciudadanos cubanos. Estados Unidos es el país más poderoso y rico en la historia de la humanidad. Podríamos resolver la escasez de alimentos y medicamentos en Cuba, lo que salvaría vidas e influiría positivamente en las relaciones entre nuestros dos países. O podríamos culpar y gastar recursos en destruir la economía de Cuba.

Es una cuestión de cómo vemos el papel de Estados Unidos en el mundo y nuestras intenciones de cambiar el orden establecido o mantenerlo tal como está. Es fácil optar por lo segundo y afirmar que apoyamos al pueblo cubano, incluso cuando su sufrimiento aumenta.

Lo difícil es dejar de lado las diferencias y trabajar de manera constructiva para ayudar a las personas, sin importar sus puntos de vista políticos. Esa magnanimidad, generosidad, practicidad y gracia es lo que quiero que nuestro país aspire a ser. Si realmente te importa Cuba y deseas apoyar al pueblo cubano, entonces debes arremangarte y hacer el arduo trabajo de compromiso. Los embargos, lemas y retórica dura pueden funcionar bien en las circunscripciones locales, pero no abarcan los intereses más amplios tanto de Estados Unidos como de quienes viven en la isla.

No quiero decir que no haya intereses comunes dentro de los extremos de nuestra política hacia Cuba. Todos queremos ver un poder judicial independiente, una prensa libre y mayores oportunidades para los ciudadanos cubanos. Todos queremos apoyar al pueblo cubano, pero nuestra actual política desequilibrada hacia Cuba no logra los resultados deseados. Si tenemos la capacidad de resolver un problema y reducir el sufrimiento, pero no actuamos, entonces nos hemos fallado a nosotros mismos y al pueblo cubano.

 


Esta entrevista se publicó originalmente en el sitio oficial del Center for Democracy in the Americas CDA y se reproduce con la autorización de sus administradores. 

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