El Menor, un ajedrecista atípico

En toda su historia, Santiago de Cuba sólo ha aportado a la causa cubana del ajedrez dos Grandes Maestros (GM) masculinos: Román Hernández y Lesli Martínez, así como tres GM femeninas: Maritza Arribas, Zirka Frómeta y Oleinys Linares. Además, la provincia tiene tres Maestros FIDE (MF): Santiago Cueta, Omar García y Fidel Álvarez, y cuatro Maestros Internacionales (MI): Eldis Cobo (ya fallecido), Larduet, Augusto y Liordis Quesada, más conocido como el “Menor”.
Todos comenzaron a la edad correcta, entre los 10 y 11 años, y estudiaron en escuelas de alto rendimiento y academias. Todos, excepto el “Menor”, de 35 años, un caso atípico dentro del mundillo ajedrecístico.
Liordis irrumpió en el ajedrez santiaguero con 16 años, en 1999, cuando se apareció en el Torneo Final Municipal fumando  tabaco durante las partidas, lo que sacó de quicio a los jugadores no fumadores.
-Fue un año loco. Todo estaba mal organizado, nos habían quitado la Academia. Ese torneo se jugó en un aula del Combinado Deportivo ¨Antonio Maceo¨. Los árbitros estaban sin cabeza y perdonaban cualquier excentricismo –cuenta sonriente el Experto Provincial (EP) Rafael Reyes , quien incitó al “Menor” a fumar tabaco y beber alcohol durante las partidas.
Al año siguiente, el “Menor” destronó al mejor ajedrecista juvenil de Santiago, el EP Janier Hernández.
-Omar García, seleccionador  para los Juegos Juveniles, no me quería llevar ese año, y eso que él es de mi barrio. Yo me formé jugando en la esquina con ellos, con Omar, Larduet, Duriet. Yo le gané el match eliminatorio a Janier, su golden boy. Pero Omar decía que no, que yo jugaba como un vikingo. Por suerte Larduet me defendió y al final me llevaron –cuenta sin despecho.
-¿Cómo te atrapó el ajedrez?
-De niño practiqué karate. Llegué hasta la cinta marrón, pero me desmotivé cuando me dijeron que tenía que esperar hasta los 17 años para hacer el examen de cinturón negro. Entonces comencé a jugar en la esquina de Gallo y Maceo, donde estaba la liga de Larduet, Omar, Duriet, Pisó, Lesli; los mejores.
En 2001 Liordis se graduó de Técnico Medio en Electricidad, pero jamás ejerció, sino que apostó por el ajedrez. Se sabía pobre.  Muchos lo catalogaban de bruto. Pero Liordis sentía “algo” dentro de sí, “algo” suficiente para llegar más lejos que muchos “blanquitos dotados”. Sabía que tenía resistencia, se sentía como un caballero en la torre, aguantando estoicamente hasta el último suspiro. Se reconocía ágil de mente y de mano, confiaba en su imaginación.
En Las Tunas, en 2002, la representación de Santiago de Cuba se hizo Campeona Nacional Juvenil por equipos. Liordis era uno de los cuatro integrantes. A partir de entonces se motivó más, comenzó a estudiar con tesón y a asistir a otros torneos nacionales.
-En competencias fuera de Santiago, muchas veces tuve que dormir en la calle. No tenía hospedaje ni dinero. Fue cuando comencé a beber mucho, me “embimbaba” todos los días.
En 2007 llegó a 2,300 puntos ELO y obtuvo el título internacional de Maestro FIDE.
Para 2011, ya había sido Campeón Provincial dos veces. Pero nada de esto lo ayudaba a conseguir hospedaje para el Torneo Internacional Giraldilla, en La Habana. El menosprecio transformado en rabia, y el alcohol, fueron sus alicientes: así ganó magistralmente el Primer Grupo del Torneo, afianzando aún más su consabida reputación de ¨jugador vikingo¨.
Ya respetado, comenzaron a prestarle dinero para probar fortuna afuera.
-Los ajedrecistas tenemos que costearnos nuestros torneos en el exterior. La primera vez que salí fue en el 2013, a Venezuela. Llegamos el 23 de marzo. Sólo unos días antes había muerto Hugo Chávez,  los torneos estaban suspendidos. Nos comimos el millo, Larduet y yo. Tuvimos que virar endeudados –cuenta.
Por azar, en  2014 obtuvo el título de MI, una jugarreta que le hizo la Comisión Nacional.
-En 2014 me hago Sub Campeón Nacional. Tengo 2450 de ELO, paso a formar parte de la preselección nacional. Por ende, me pertenece jugar el Grupo Premier en el Torneo Capablanca In Memoriam; me colocan en el Grupo inferior, el Open, pero hice mi tercera norma de MI, y completé el título.
Justo después del Capablanca 2014, fue invitado por un político mexicano generoso a pasarse 4 meses en Cancún, entrenando al equipo del estado Quintana Roo.
-No pude ahorrar ni un peso, pero disfruté mucho. ¿Tú has visto la película “El lobo de Wall Street”, con Leonardo Di Caprio? Pues bien, esa película estaba de moda. El MI tunero Obregón y yo nos la pasamos así en Cancún, como Di Caprio: apuestas, casinos, borracheras, playas, sexo con blancas europeas. Fue muy intenso –cuenta el Menor riéndose. Después regresé a Cuba. Estaba en forma, estudiaba mucho y jugaba bien, tenía grandes planes. Pero entonces la Comisión decidió mandarme para Venezuela, como entrenador del Equipo Nacional de allá. Hice dinero y  ahorré para la construcción de mi casa, pero bajé la forma deportiva.
Ahora Quesada acaba de regresar del Torneo Capablanca In Memorian, donde le fue mal. Le echa la culpa a la estancia en Venezuela, durante la cual cedió terreno en Cuba a los nuevos talentos.
Sueña con el título de GM y con participar en una Copa del Mundo. Bebe menos que antes. Está gordo, se nota lozano y acicalado. Alterna los estudios con películas, series televisivas y juegos de shooter. Es el ajedrecista más querido de Santiago; todos quien brindarle un trago y escuchar sus hazañas. Vive en un barrio marginal, Martí, donde muchos de su edad han cumplido prisión y jamás han podido levantar cabeza. El “Menor” apostó por el ajedrez en una época que parecía estéril, y no le salió mal.

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