Soy lo que ves

Fotos: Gabriel Dávalos

Porque una canción puede ser un beso, puede ser una caricia, también el filo de una daga. Porque luego del intento nunca falte la buena fe*

Siempre nos llamamos Buena Fe, porque yo era abogado. Yo pienso que los nombres no hacen al grupo sino que el grupo hace el nombre…

…Así recuerda Israel Rojas, director, compositor y cantante de Buena Fe, los orígenes del dúo que fue creciendo hasta llegar a los seis músicos que lo integran hoy. Lo cierto es, que tras una década de trabajo intenso, Buena Fe tiene algunas credenciales que mostrar. Seis discos, casi todos con récords de ventas en Cuba —sin contar con los que pasan “democráticamente” de quemador en quemador, como dijo una vez el propio Israel—; conciertos multitudinarios de más de 300 000 personas; millones de seguidores, mayoritariamente jóvenes, dentro de la Isla, y una carrera internacional que comienza a abrirse paso, los han convertido en todo un fenómeno dentro de la música cubana.

Sí, yo soy guantanamero, guajiro guantanamero.* ¿Por dónde pasa el camino de Guantánamo al éxito?

Por donde pasa el camino, no sé. Yo un día descubrí que a las personas les gustaban mis canciones, y le metí bomba, le metí disciplina, le metí ganas, acompañado por Yoel, que era quien había estudiado en escuela de música, yo ni sé lo que es do re fa, ni en mi vida he podido hacer una melodía en la guitarra.

Tuvimos la suerte de que en el momento justo en que estaba el proyecto maduro, la EGREM decidiera apostar por nosotros para hacer un disco, en el año 2001. Y lo recuerdo como uno de los días más felices de mi vida, imagínate que hasta esa fecha en toda la historia de Guantánamo habían grabado discos cuatro agrupaciones.

Soy mucho de lo que intentaste pero un tanto de mi tiempo. Buena Fe se ha convertido en cronista y voz de toda una generación. ¿Cómo asumes eso?

De hecho, no lo asumo. Quiero seguir hablando a nombre propio y no ser vocero de masas. Al principio tomaba eso con mucho entusiasmo, luego aprendí que puede ser muy peligroso, porque la gente saca sus conclusiones, no las tuyas. Por ese camino puedes llegar a varios falsos conceptos, primero te crees el caballo, que tú eres el tipo y eso es lo peor que le puede pasar a un creador. Yo prefiero seguir trabajando sin ese anhelo de trascendencia, sino día por día, y que cuando sea un viejito la gente reconozca el trabajo de uno.

Y así fuimos todos creciendo de a poco en este chispazo de tierra en el mar. En tus canciones siempre has reflejado un compromiso crítico con la sociedad cubana ¿cómo ves ahora el presente y cómo imaginas el futuro de nuestro “chispazo de tierra”?

Lo veo con mucha esperanza y lo imagino brillante, con desarrollo económico, pero socialmente en paz. Veo a Cuba independiente y verdaderamente democrática, participativa. La veo diversa, tolerante, abierta, desbloqueada, conectada con las nuevas tecnologías de la información para todos y no para un grupito de privilegiados, o adinerados. La sueño con eterna buena fe.

Libre, libre, como el pensamiento, impredecible. Siendo objetivos, si no tan libre, lo menos manipulable posible. ¿Lo has conseguido en tus canciones?

Al menos en mis canciones soy totalmente libre. Cuando traté de aprender música, todas las canciones me salían en los acordes que me aprendí, pero cuando yo me olvido de eso, el arte sale libre, indisciplinado, “regao”, pero también más rico, más creativo. Cuando creo no quiero tener ataduras con nadie, menos con un pensamiento. Aquí no hay más compromiso que con el arte.

Aunque sigan labrando el camino a la gente con tecnologías, seguiremos llorando como el neanderthal. ¿Quizás eso explique el éxito de tus discos, a pesar de no contar con  los recursos y el despliegue de una  discográfica potente?

Puede ser. Uno de los logros más importantes de nuestro proyecto ha sido ir creciendo sin esas estructuras completas. Pero la música misma ha encontrado en el boca a boca, la piratería e internet una maravillosa fuente de distribución alternativa.

Te propongo hacer camino e inventarnos ser feliz, sin remesas familiares, ni marcharnos del país. ¿Es esa tu idea del amor?

No necesariamente. Sé de muchas personas que no pudieron hacer camino dentro de Cuba y no por eso son infelices. El amor es el único sentimiento sobre el que se puede levantar algo. Te obliga a la entrega total, ya sea en la pincha o en la pareja. Creo que cuando está hay que aprovecharlo.

¿El amor eterno es tan real hasta que acaba?

Sí. El amor es esa trampa que te dice “esto es para siempre”, aunque sepamos que no lo es, pero hay que disfrutarlo pensando que no se va a acabar. No creo en el amor eterno, creo en el amor verdadero.

Yo siempre escuché hablar de la otra orilla, envuelta en una nube de misterio… Dice esa canción de Frank Delgado que Buena Fe ha asumido como propia. ¿Qué encontraste cuando estuviste en Miami? ¿Era la otra orilla tal como la imaginabas?

La verdad, sí. Es exactamente como la imaginaba.  Llena de gente espectacular listas a regalarte momentos inolvidables. Y, por supuesto, también de esas otras a las que odios de otras épocas aún les carcomen el alma. Pero la mayoría es gente bellísima a la que las posibilidades de esa economía enorme que es EE.UU. les ha permitido realizar sus sueños y por ende, son personas felices dispuestas a respetar, aceptar, convivir y a defender su cultura.

Debo ser feliz porque jugar cuatro esquinas me sabe a domingo. Debo ser feliz porque el olor a café me calienta la sangre.  ¿Qué más es la cubanía para ti?

La manera en que caminamos, hacemos el amor, saludamos, comemos, sentimos solidaridad por los semejantes y los ajenos.  Soy ateo, pero Cuba es mi templo y Martí mi religión.

Se hacen los caminos a golpe de sangre y esperanza, y no coloreando tanto los desechos de alabanzas. ¿A dónde quisieras que te llevara el camino? ¿Cómo sueñas a Buena Fe dentro de 10 años?

Me gustaría que alguna canción llegara a ser de esas canciones con que los cubanos nacen. Y dentro de 10 años tendremos más conciertos en el lomo, más discos editados y ojalá que más canciones formando parte de la banda sonora de la vida de la gente.

Soy lo que ves, entre equilibrios de caer y de seguir. A pesar de golpes y laureles ¿Sigues siendo lo que vemos?

Eso intento. En mi caso, más que ser lo que ven, creo que soy lo que escuchan. Trozos de mi alma están en cada canción.

* Las frases en negritas son fragmentos de las canciones La Ventana, Guantanamero, Despedida, Pi 3,14; Libre, Como el Neanderthal, Propuesta, Contragolpes, La otra orilla, Debo ser feliz, Catalejo y Soy lo que ves.
 

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