¡He decidido adoptar un perro!

¿Qué necesito considerar antes de adoptar? ¿Cómo evitar accidentes? ¿Cómo evitar que se vuelva agresivo? ¿Cómo lograr que acepte a otros miembros de la familia? ¿Cómo darle la oportunidad de volver a vivir?

Ilustración: Claudia Margarita Guillén Miranda.

Tener una mascota puede ser el principio de una de las relaciones más gratificantes de tu vida.

Si decidimos adoptar un perro, es nuestro deber mantenerlo feliz y cómodo, aunque no siempre sea tan fácil. Los perros son criaturas inteligentes y curiosas. Cuando se enferman, no pueden decirte lo que sucede. No hay nada que sustituya a la atención veterinaria, pero hay muchas cosas que se pueden hacer desde casa para mantener a tu mascota saludable.

La mayoría de las personas que quieren adoptar un perro lo primero que les preguntan a las protectoras es si es pequeño de tamaño y si es cachorro. En ese momento, siempre me imagino las casas de esos futuros propietarios tan pequeñas en altura que se le imposibilita al animal desplazarse.

En los perros grandes y fuertes, que impresionan a la vista, puedes encontrarte al amigo más tierno y cariñoso que te hayas podido imaginar. Tampoco te asustes si le presentas a un perrito de tamaño bien pequeño y se muere de miedo.

Antes de traer a tu mascota a casa, debes tener en cuenta tu estilo de vida. Todas las mascotas pueden ser grandes compañeras, pero sus necesidades y las tuyas pueden entrar en conflicto.

Si eres una persona que trabaja por muchas horas o que viaja mucho, es mejor que lo pienses dos veces antes de adoptar un perro. Ellos son animales muy sociables y necesitan mucha interacción.

Nada es más adorable que un cachorro, pero no todo el mundo tiene el tiempo y la paciencia para prestarle la atención que lleva. Para algunas personas, adoptar un animal adulto tiene más sentido.

Si el perro que adoptas proviene de un refugio, debes tener en cuenta lo siguiente: ya tiene formado un carácter, una personalidad definida, una rutina diaria, una zona de confort y probablemente un trauma. Muchos de ellos han tenido una vida complicada, sufrieron accidentes que les dejaron secuelas, abusos, hambre, frío y miedo. Muchos han rebasado enfermedades, han superado el cáncer, han vuelto a confiar en los humanos y a sentir alegría.

Usted, que quiere adoptar a un perro, debe respetar eso. Debe saber que le está dando la oportunidad a ese animal de volver a vivir, que le está ofreciendo su casa, su compañía y su cariño, que es lo que merece. Pero, sobre todo, debe comprender que ese perro probablemente no entienda lo que sucede y que usted, con paciencia, debe hacérselo saber. Necesita tiempo para adaptarse, no es un cachorro. Algunas de las mejores mascotas provienen de un refugio.

Adopté un perro: ¿qué debo hacer primeramente?

Cualquiera que sea la procedencia del perro adoptado (ya sea de un refugio, de las calles, de algún propietario que no quiera tenerlo más o de alguna perra que haya parido) debes buscarle atención veterinaria y examinarlo. Toma en cuenta que una de las personas más importantes en la vida de tu perro es su veterinario(a).

Es tanta la necesidad que existe de dar perros en adopción que las mismas personas que los entregan se comprometen a ayudarte en su cuidado. Pero aquí es donde está el error, porque esa persona no puede ser la que esté a cargo de tu mascota, completa o parcialmente. Su responsabilidad y su bienestar dependen de ti.  Su calendario de desparasitación y vacunación, así como su alimentación y cuidados, deben tener una prioridad en tu vida.

El tiempo entre mi perro y yo

Tener un perro en la familia puede hacerte sentir como un niño otra vez. A la mayoría les encanta jugar y divertirse. Ellos necesitan ejercicios; la atención que les des en el día puede ser un juego o una caminata.

Sacar a tu perro a pasear, a relacionarse con su entorno o incluso con otros perros lo puede ayudar a no sentir miedos y evitar que se vuelva agresivo. Le ayuda a ejercitar su cuerpo y su mente.

¿Cómo prevenirle accidentes a tu mascota en casa?

Los cables de equipos electrónicos pueden convertirse en objetos masticables para un cachorro. Es importante destacar que estos no tienen tolerancia a la electricidad, como nosotros. En algunos casos, hasta puede ser mortal un choque de 220v.

En la edad de desarrollo, los perros suelen masticar cualquier objeto que se preste para esto, desde zapatos, botellas plásticas y medias hasta todo lo que se encuentren en el piso. Puede ser un desastre para ti si daña alguna de tus cosas, pero también puede ser peligroso para su vida.

Los accidentes siempre pueden prevenirse, pero si ocurre alguno, tener un kit de primeros auxilios puede ser de gran importancia. Puedes armar el tuyo en casa, con los siguientes elementos:

¡Mi perro se ha vuelto agresivo!

Un cachorro adoptado puede tornarse agresivo por un error que estés cometiendo en su educación, como por ejemplo privarlo de su vida social, amarrarlo en el patio, ponerle bozal, amagarlo o maltratarlo, etc.

Si el perro fue adoptado siendo adulto, debes indagar sobre su pasado y tratar de corregirlo, aunque necesites la ayuda de un profesional. Sobre todo, si tienes más animales en casa debes tener especial cuidado con sus relaciones.

Una vez que el perro tenga una conducta agresiva, debes regañarlo segundos después de la mala conducta, porque si pasa mucho tiempo entre una cosa y otra, no va a entender por qué lo regañas.

Cuando lo estás regañando, detente cuando esté en una posición de súplica (boca arriba, agachado) porque ya es una señal de que entendió que lo estás regañando. De lo contrario, puede no entender por qué lo estás regañando, tomarlo como una agresión e intentar defenderse.

Una de las mejores maneras de disciplinar a un perro agresivo es separarlo de lo que más ama: tú. Luego de una mala conducta, enciérralo en una habitación solo, por aproximadamente cinco minutos. Así entenderá el castigo; a ellos no les gusta estar solos.

Es natural golpearlo con la mano si muerde, pero en la mayoría de los casos, eso no es lo ideal porque algunos pueden sentir tanto miedo de ser golpeados que automáticamente morderán cada vez que se sientan amenazados. Tu mano debe ser la mejor amiga de tu perro.

¿Qué hago si mi perro tiene fobia a los ruidos y a las tormentas?

Estos miedos son comunes en perros a partir de las nueve semanas de edad. Como respuesta a ellos, los perros tienden a destruir cosas, esconderse, deambular, agitarse, permanecer cerca del dueño, temblar e incluso automutilarse.

Debes tener en cuenta ciertas acciones terapéuticas, como no regañarlos ni sobreprotegerlos.

Debes darle a tu perro masajes de relajación en el pecho, cuello o detrás de las orejas. Sería bueno grabar el estímulo provocador y exponerlo a él de forma controlada.

Evita reconfortarlo si muestra miedo. Reestructura la relación por medio de rutinas, actividad física y mental. Recompénsalo cuando no esté el estímulo provocador.

Para la fobia al ruido, hay tratamientos farmacológicos a base de ansiolíticos, que permiten tener mejorías a corto plazo. Pero para ellos es necesario consultar a tu veterinario(a).

Para prevenir las fobias a las tormentas y ruidos, es necesario exponer tempranamente al perro a diferentes estímulos, que puedan llevarlo a desarrollar el miedo.

Ilustración: Claudia Margarita Guillén Miranda.

Un ambiente libre de estrés

Los factores que más pueden estresar a nuestro perro son los que se salen de su rutina: la soledad prolongada, la exposición excesiva a algo que le teme, un ambiente muy ruidoso y agitado, cualquier forma de maltrato, e incluso una visita al veterinario. La depresión y el estrés pueden manifestarse como una enfermedad, provocando en nuestro amigo peludo la aparición de signos como ansiedad, agresividad, letargo, inapetencia, pérdida de peso y de pelo, temblores y cambios drásticos de humor.

Mejor que evitar las situaciones que le puedan provocar estrés es ayudarlo a superarlas. Convierte esas experiencias negativas en positivas.

Jugar con tu perro puede hacer que mantenga su mente libre de problemas, igual que darle un paseo vigoroso. El ejercicio hace que el cuerpo libere endorfinas, o sea, libera en su cuerpo la sensación de bienestar.

El peor error que se puede cometer ante un animal deprimido es mimarlo, acurrucarlo o incluso premiarlo por sentirse mal. Eso definitivamente puede hacer que las cosas empeoren. Dale atención cuando está triste, pero solo con buenas vibras, que son muy contagiosas.

Un nuevo inquilino en la familia (una pareja o incluso otra mascota) puede ser causa de estrés, ya que somos lo que nuestro perro más quiere y no está de acuerdo en compartir nuestro amor. Para convertir ese conflicto en algo bueno, sugiero el siguiente truco: cuando te encuentres solo con tu perro, ignóralo. Cuando la nueva persona (o mascota) esté cerca, entonces atiéndelo, salgan a dar un paseo, hagan una ronda de juegos, o incluso prémialo con una golosina. Tu perro comenzará a asociar al nuevo integrante de la familia con eventos gratificantes y será menos probable que sienta celos y depresión.

Un perro adoptado debe llegar a manos sanas; a una persona responsable que lo apadrine y lo ame.

Nota de la editora

La clínica está abierta a temas sugeridos por ustedes. Déjennos sus dudas en los comentarios, y las tomaremos en cuenta para próximas entregas.

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