La epilepsia en gatos: algunas actualizaciones e informaciones importantes para su tratamiento

La epilepsia es una situación neurológica que se caracteriza por la repetición de crisis convulsivas, o no, en el tiempo.

Ilustración: Claudia Margarita Guillén Miranda.

A diferencia de los perros, el número de gatos que llegan a consulta con crisis de epilepsia es bajo y mucho menos frecuente que en los caninos. 

Epilepsia en perros: ¿qué debo saber?

La epilepsia en gatos es una patología del Sistema nervioso Central que debe tenerse en cuenta en la clínica veterinaria. 

La crisis convulsiva o de excitabilidad que se origina en la corteza cerebral corresponde a una lesión cortico-talámica. Las convulsiones que produce la patología se originan en la corteza cortical y en la subcorteza, en el área diencefálica o talámica.

Las crisis convulsivas en los gatos son difíciles de tratar cuando son agudas, porque pueden asustar mucho al propietario por su severidad.

Hoy día no se usa casi el término “convulsión”. Se habla, en su lugar, de crisis o ataques. Estas crisis pueden ser convulsivas o no convulsivas. Las no convulsivas se ven más en el perro, donde el paciente no tiene una hiperactividad motora, sino que presenta otros fenómenos conductuales. En general, la crisis no convulsiva es aquella que no afecta al sistema motor. Por otro lado, las crisis convulsivas se pueden ver más en los gatos.

Se puede hablar de epilepsia cuando se presenten dos crisis convulsivas o no convulsivas, o incluso más, durante horas o crisis recidivantes, que se repiten en ese tiempo. La epilepsia no es una enfermedad como tal, sino una situación neurológica que se caracteriza por la repetición de crisis que pueden ser convulsivas, o no, en el tiempo.

Las crisis epilépticas son aquellas que se presentan por un fenómeno principalmente idiopático o de origen desconocido, o por una afección estructural del encéfalo que pone al cerebro a convulsionar de forma recurrente.   

Todos los fenómenos neurobiológicos que ocurren en la epilepsia establecen un estado de hiperexcitabilidad cortical con gran influjo de sodio post sináptico. Este fenómeno, si no se trata o no se controla a tiempo y por tiempos muy prolongados, hace que se establezcan en los pacientes fenómenos neuroplásticos que conllevan a preparar al cerebro para tener estos estados convulsivos en el tiempo. Es por ello que se deben tratar a tiempo y de forma efectiva.

La prevalencia de las crisis de epilepsia en felinos es de un 0.5% a un .5% y la refractariedad es de cerca de un 30%; esta última es muy similar a la del perro.

Los gatos generalmente tienen una muy buena respuesta al tratamiento en general y se ven muy pocos casos llegando a la refractariedad o no respondiendo al tratamiento convencional. Cuando un gato no responde al tratamiento convencional probablemente se trata de una causa estructural del cerebro, no de una epilepsia de origen desconocido y hay que mirar otros elementos.

Clasificación actual de la epilepsia según su etiología:

Epilepsia idiopática: Es aquella que tiene un origen desconocido. Hasta el momento, en gatos no se ha demostrado que exista una condición genética que produzca este tipo de epilepsia. A diferencia del perro, especie en la que sí se ha demostrado en algunas razas. Este tipo de epilepsia en felinos se clasifica en dos grupos. Una es la generalizada o la difusa y la otra es la focalizada.

Epilepsia estructural: lo característico de ella es que da signos focalizados. Una parte del cuerpo convulsiona pues se trata de daños principalmente de tipo estructural. Hay muchas causas estructurales que inducen esta epilepsia focalizada.

Epilepsia reactiva: Este tipo de epilepsia es bastante extraña en felinos, a diferencia del perro, donde también es un muy poco frecuente, pero se da. Esto se debe a cualquier causa extraneurológica. Principalmente si se trata de un cerebro normal, que tiene la capacidad de tender a la excitabilidad debido a una patología extraneurológica que puede ser metabólica, endocrina, etc.

Diagnóstico de la Epilepsia Idiopática:

Existe un protocolo para el abordaje diagnóstico de la epilepsia. Es muy importante seguir los niveles de confianza de la epilepsia idiopática.

Es común que los propietarios graben los ataques convulsivos que le ocurren a su gato y te los lleven a consulta para que los veas, eso es un elemento muy importante a tener en cuenta junto con una buena anamnesis y un exhaustivo examen neurológico.

Pero también es muy importante realizar estudios de neuro imagen, aunque en nuestras condiciones en Cuba es muy difícil.

Niveles de confianza de la epilepsia idiopática de origen desconocido o posiblemente genético:

Cuando un paciente pasa estos tres niveles de confianza se puede decir que estamos frente a un diagnóstico de epilepsia idiopática. Es muy importante que se lleve a cabo este protocolo, porque nos da mucha confianza a la hora del diagnóstico.

Siempre se ha hablado de que cuando no hay signos concomitantes que acompañen la epilepsia se puede decir que estamos delante de una epilepsia idiopática. Sin embargo, se sabe que hay áreas del cerebro que son silentes a signos extraconvulsivos.

En Nivel Tipo 1 se tiene en cuenta que el animal ha tenido dos o más crisis separadas por 24 horas. El primer episodio ocurre entre los seis meses y seis años de edad.

Entre las crisis convulsivas y no convulsivas el paciente es neurológicamente normal, siendo importante realizar un examen neurológico detallado. Además, el paciente no tiene alteraciones clínicas ni de laboratorio que expliquen las crisis.   

El Nivel Tipo 2 es un poco más complejo, porque se deben hacer exámenes para evaluar niveles de ácidos biliares pre y post pandriales, que deben ser normales para descartar trastornos hepáticos.

También se debe hacer una resonancia magnética que indique que todo está normal. La resonancia magnética en el gato tiende a ser un poco más compleja por tener un cerebro más pequeño. Pero si se tienen dudas, hay que repetir la resonancia a los tres o cuatro meses después de a ver la primera.

El Nivel 2 va a terminar con un examen del líquido cerebro espinal que se debe realizar siempre en pacientes que tengan epilepsia.

En el Nivel 3 es entonces cuando hay que hacer una electroencefalografía. Cuando este resultado es normal y va acompañado de los otros niveles, se puede decir que estamos frente a una Epilepsia Idiopática o de origen desconocido o al parecer de origen genético.

Diagnóstico de la Epilepsia Estructural:

Este tipo de epilepsia es más compleja y no se le dan buenas noticias al responsable del animal, porque se trata de lesiones estructurales.

Diversas causas dentro del encéfalo pueden provocar esta epilepsia como son neoplasias, traumas, lesiones vasculares, lesiones inflamatorias de origen infeccioso o anormalidades del desarrollo. Estas lesiones deben ser confirmadas con resonancia magnética, examen del líquido cerebro espinal o exámenes post mortem.

En el gato, las principales encefalopatías son inflamatorias por causas infecciosas. Hoy día ya se han reportado casos de encefalitis de origen inmunomediado como las meningo encefalitis inmunomediadas o idiopáticas. Se puede hablar aquí de un 50% de causas de epilepsia por estos padecimientos. 

Las encefalopatías de origen degenerativo lo ocupan en 15%, que afectan principalmente el cerebelo, en los gatos.

Las encefalopatías causadas por neoplasias encierran un 13%, que se deben principalmente a linfomas o meningiomas. La gran mayoría de los menigiomas son benignos y se pueden operar con un pronóstico bastante bueno en cuanto a expectativa de vida. 

El resto de las lesiones que pueden ser de origen vascular o congénitas ocupan un 22%.

Diagnóstico de la Epilepsia Reactiva:

Ya habíamos mencionado que hay diferentes causas de Epilepsia Reactiva de origen metabólico o endocrino.

Puede mencionarse aquí la hipocalcemia, la hipoxia, el hipertiroidismo, las encefalopatías hepáticas, la hipomagnesemia, la uremia, etc. Todo esto puede producir que un cerebro tenga la tendencia a crisis convulsivas.

Epilepsia de la corteza temporal felina:

Esta epilepsia suele verse con frecuencia en los gatos. Pero hay signos característicos que pueden indicarla. Ellos son crisis orofaciales paroxísticas con la cabeza hacia arriba, salivación, espasmos faciales, movimientos masticatorios y linguales y lamidos, que son signos clínicos clásicos en este caso. 

Este tipo de epilepsia va pasando por diferentes etapas. Primeramente, se pueden ver espasmos faciales unilaterales y luego de forma bilateral. En una tercera etapa se pueden apreciar sacudidas de la cabeza y seguidamente pasamos a otra etapa con un torneo contralateral y espasticidad de extremidades contralaterales.  En la etapa cinco se pueden ver crisis convulsivas crónicas mientras los pacientes están de pie y en la última etapa se generaliza a una convulsión simétrica tónico clónica, que generalmente es bastante fuerte para el dueño del animal que la presencia. 

En los gatos es muy fuerte ver este tipo de epilepsia en comparación con los perros. Los gatos pueden correr en estos casos, subirse en cortinas, en lugares a los que no van o acceden normalmente. También se pueden poner agresivos, darse golpes contra objetos, es muy fuerte. Estas crisis incluso pueden durar bastante tiempo, no suelen ser cortas. Es excesivamente brutal.

En este tipo de epilepsia se debe llevar a cabo un diagnóstico diferencial donde hay que descartar encefalopatías degenerativas, malformaciones, tumores cerebrales, encefalitis o accidentes cerebrovasculares. Porque de alguna manera estas causas, cuando afectan la corteza temporal y el hipocampo, pueden inducir signos muy similares al fenómeno degenerativo de la epilepsia temporal del gato. En general y desgraciadamente, es bastante resistente a fármacos.

Tratamiento de epilepsia en gatos:

El fármaco más eficiente para tratar las crisis convulsivas en gatos es el Fenobarbital. Es un fármaco que utilizamos mucho hoy día en nuestras consultas. Se puede usar una dosis de 2 a 5 mg por kg de peso cada 12 horas. El efecto del Fenobarbital comienza a los 7-10 días de haber iniciado el tratamienti. Por eso hay que advertirle al tutor que el animal puede tener una crisis a los 7 días de haber comenzado a tratarse. 

El segundo medicamento antiepiléptico de mantención en gatos el Levetiracetam. Funciona bastante bien, pero su inconveniente es que debe ser usado cada 8 horas en dosis de 20mg por kg de peso. Su dosis tiene efecto a los 2-3 días. Este medicamento se elimina por el riñón. El paciente no debe tener ninguna nefropatía para poder usarlo.

En casos refractarios se puede unir el Levetiracetam con el Fenobarbital, pero se debe subir su dosis a 30mg por kg de peso porque el segundo hace que la metabolización del Levetiracetam se incremente.

Es muy importante dar un tratamiento de mantención de epilepsia en gatos con el objetivo de disminuir la frecuencia y la intensidad de las crisis. Esto no quiere decir que nunca más tendrá convulsiones; aunque en el gato hay más posibilidades de eliminar definitivamente las crisis en el tiempo. Lo importante es lograr que la severidad de las crisis sea menor que 50% y que el paciente no tenga crisis convulsivas durante dos o tres meses. El logro terapéutico es considerado adecuado si el paciente no tiene crisis en ese tiempo. Si no se logra eso, hay que ver la posibilidad de potenciar las drogas dando más de un antiepiléptico a la vez.

Ilustración: Claudia Margarita Guillén Miranda.

Lograr mejorar la calidad de vida del paciente y de su tutor es algo muy importante. porque estas crisis provocan situaciones de estrés para ambos. El estrés también pude ser un inductor de crisis convulsivas. El celo es un elemento proconvulsivante también. Es por ello que se sugiere esterilizar a los pacientes epilépticos.

La realización de niveles plasmáticos antiepilépticos es muy importante siempre que sea posible hacerlo. Se debe hacer generalmente a los 30 o 35 días después de dar el medicamento al paciente y después a los 45 días,, y entonces determinar si hay que ajustar las dosis o no.

Muchos medicamentos tienen efectos secundarios asociados y los antiepilépticos no se quedan detrás. Es por ello que hay que advertirles a los dueños, pero estos efectos asociados se ven más en perros que en gatos. Las afecciones dermatológicas son las más frecuentes. El fenobarbital es muy inocuo en gatos.

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