La nutrición del perro y su estrecha relación con las enfermedades osteoarticulares

El seguimiento nutricional y el hábito de una dieta equilibrada son fundamentales para prevenir enfermedades osteoarticulares en perros.

Ilustración: Claudia Margarita Guillén Miranda.

Buena parte de las enfermedades osteoarticulares que llegan a consulta veterinaria tiene un origen alimentario. Muchos de los pacientes que manifiestan estos problemas son perros de menos de un año de edad y de razas principalmente grandes. Sin embargo, no quedan exentos perros de otros tamaños.  

Los propietarios creen muchas veces que las carencias nutricionales son las principales causantes de problemas en el esqueleto de sus mascotas. Lo que no se imaginan es que un exceso nutricional también puede afectarlos.

Sentarte en consulta con cada uno de los dueños que vienen preocupados por el desarrollo óseo de sus mascotas y explicarles detalladamente cómo proveerles una dieta adecuada para corregir estos problemas a tiempo, no es tarea fácil; sobre todo cuando ves que no se van muy convencidos de consulta porque esperaban que les indicara algún tratamiento médico.

“Mi perrito está con falta de calcio, doctora, porque se come las paredes” o “mi perrito está con falta de calcio porque tiene sus paticas viradas”. Ya se hace costumbre escuchar esas frases en consulta. Pero si fuera solo eso, no sería un gran problema.

No obstante, como veterinaria, se te cae el mundo encima cuando los dueños te dicen que le están dando diariamente una pastilla de carbonato de calcio, o a veces dos, a sus mascotas, sin haber consultado previamente la situación con un médico; simplemente se lo quisieron dar porque lo consideraron apremiante.

¿Qué le puede pasar a mi perro como consecuencia de deficiencias o excesos nutricionales?

La energía, el calcio, la vitamina D y el fósforo son puntos clave a tener en cuenta en la dieta de nuestras mascotas.

Si le proporcionamos a nuestro perro una dieta con bajo nivel calórico corremos el riesgo de retardar el proceso de crecimiento, aunque no afecte su tamaño adulto.

Sin embargo, si le proporcionamos una dieta con exceso calórico (energético), es decir, una sobrealimentación, podemos provocar un crecimiento más rápido de la longitud de los huesos del animal, acompañado de un peso corporal más elevado. Esto traería consigo enfermedades como displasia de cadera, panosteitis, osteocondrosis.

Una ingesta energética excesiva en perros adultos acarrea la acumulación de grasa corporal. De ahí se deriva la obesidad como enfermedad muy frecuente y, con ella, problemas osteoarticulares.

La deficiencia de calcio en nuestros perros jóvenes puede provocar un hiperparatiroidismo o causar fracturas patológicas. Esto ocurre porque el organismo del animal trata de mantener una concentración plasmática de calcio y los osteoclastos comienzan consecuentemente a eliminar hueso. Se debe tener en cuenta que los animales jóvenes tienen altas necesidades de calcio para mineralizar el cartílago recién formado y el osteoide, y con este último, la maduración del tejido óseo.

Una ingesta de calcio excesiva puede traer consigo una osteocondrosis, panosteitis o síndrome del “radius curvus” en el perro.

Ilustración: Claudia Margarita Guillén Miranda.

Por otro lado, el papel de la vitamina D es súper importante en el crecimiento de nuestros cachorros. Debe aclararse que su función principal es la regulación del calcio y el fosfato a nivel renal, promoviendo su absorción intestinal. Los metabolitos también estimulan los osteoclastos y son necesarios para la mineralización de la sustanciada ostioide, así como del cartílago recién formado.

Es un error sugerir que expongamos a nuestros perros al sol para sintetizar la vitamina D, pues en ellos no sucede con la mera exposición de los rayos ultravioletas, como ocurre como otras especies. Es por ello que todos los perros deben ingerir la vitamina D en el alimento.

El perro puede presentar patologías como raquitismo y arqueamiento de las patas. Incluso si se tiene una adecuada concentración de calcio y fósforo en su alimentación. Su exceso tampoco produce una absorción de calcio y fósforo; pudiendo traer consigo enfermedades como la osteocondrosis.

Una ingesta prolongada de la vitamina D, por otra parte, puede tener efectos perjudiciales sobre el desarrollo de los cartílagos en cachorros.

Una ingesta de vitamina D puede traer una mayor concentración plasmática de fosfato que se precipitará en los pulmones, estómago y riñones, llevando a graves consecuencias clínicas a nuestra mascota.

¿Qué alimentos presentan fuentes naturales de Vitamina D?

¿Qué es la osteocondrosis?

La osteocondrosis es una alteración de la osificación endocondral que se caracteriza por una maduración anómala de los condrocitos y, en consecuencia, por un retraso de la mineralización del cartílago. Si dicha alteración se produce en el cartílago articular, puede producirse una osteocondritis disecante (OCD). En la OCD, parte del cartílago articular se despega y puede fragmentarse, mineralizarse o incluso osificarse y provocar una inflamación tanto de la articulación como del hueso endocondral en la zona de la lesión cartilaginosa. Es preciso aclarar que la osteocondrosis no siempre lleva a una OCD.

El padecimiento puede apreciarse principalmente en perros de razas grandes. En esta enfermedad, la nutrición juega un papel importante, pues la ingesta calórica excesiva y de alimentos ricos en calcio tiene gran impacto en su desarrollo.

Al presentarse esta enfermedad debe corregirse la ingesta de energía, calcio y vitaminas hasta alcanzar niveles adecuados.

¿Qué es la displasia de cadera?

La displasia de cadera es una anomalía hereditaria que se puede ver en razas como Labrador, Pastor Alemán, Rottweiler, San Bernardo y Terranova. Es rara en Husky Siberiano, pero en nuestras condiciones sí se han visto casos en estas razas.

La displasia de cadera se desarrolla como resultado de un desajuste entre el desarrollo de la porción ósea de la articulación de la cadera y sus tejidos blandos de sostén: ligamentos, cápsula articular y músculos. Esto sucede en los primeros seis meses de vida, cuando dichos tejidos tienen un límite elástico.

Los perros que la padecen pueden presentar rigidez al levantarse, dolor y cojera de los miembros posteriores y reacción dolorosa o crepitación ante la manipulación de las articulaciones coxofemorales.

La alimentación también juega un papel importante ante esta patología porque un buen control del peso aliviará sus signos clínicos.

Una ingesta de calcio excesiva en la alimentación reduce la maduración de la conformación de la articulación coxofemoral.

Para tratar esta patología debe evitarse la sobrealimentación y, en contrapartida, alimentar al perro de forma que se cubran sus necesidades energéticas. El reposo y la pérdida de peso pueden mejorar sus signos clínicos.

¿Qué es la osteoartrosis y por qué se relaciona con la nutrición?

Muchas de las enfermedades articulares de nuestros animales de compañía terminan evolucionando hacia la osteoartrosis y muchas veces se tiene que llegar hasta la eutanasia.

Los animales con esta patología presentan disminución de la capacidad de soportar el miembro afectado, dolor al levantarse y calentamiento después del ejercicio, pudiendo llegar a empeorar los síntomas después del reposo del ejercicio intenso.

La sobrecarga articular, que puede estar causada por una obesidad, puede agravar los síntomas en los perros que padecen esta patología. Es por ello que el principal objetivo para su tratamiento es eliminar peso en los perros que han sobrepasado sus límites. La natación, por ejemplo, es una actividad excelente para los perros con sobrepeso.

Como tratamiento nutricional para el manejo de esta enfermedad pueden utilizarse suplementos dietéticos. Entre ellos podemos encontrar la glucosamina, el sulfato de condroitina, así como los ácidos grasos poliinsaturados y antioxidantes.

La Glucosamina estimula la regeneración del cartílago y aumenta la síntesis de colágeno. El Sulfato de Condroitina potencia la actividad de los condrocitos. Los ácidos grasos Omega 3, por su parte, modulan la inflamación y los antioxidantes como la vitamina E y C protegen a las células del ataque de los radicales libres.

Algunos consejos nutricionales:

Todo método de alimentación usado con nuestros animales debe ser completamente natural, equilibrado y en cantidades moderadas, adecuadas para cada especie. De igual modo, suministrar suplementos de vitaminas y minerales sin la supervisión de un profesional puede llegar a provocar efectos nutricionales contrarios a los deseados, pudiendo convertirse, en muchos casos, un daño irreversible en la salud del perro.

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