Transfusión de sangre en gatos

Los gatos pueden presentar diversas patologías que los llevan a necesitar de transfusiones de sangre.

Ilustración: Claudia Margarita Guillén Miranda.

La transfusión de sangre no es algo que se realice a diario en una clínica veterinaria. Ni siquiera es considerada una urgencia para la que estamos preparados todo el tiempo.

No solo se trata de buscar los medios para hacerla y al animal que aporte su sangre. También incluye todas las pruebas necesarias para comprobar si el donante encontrado puede ayudar a su compañero a sobrevivir.

¿Por qué transfundir a los gatos?

Los gatos pueden presentar diversas patologías, que van desde una hemorragia producida o bien por un traumatismo o por alguna mordida; aunque no es la única causa que los lleva a necesitar una transfusión de sangre.

Una de las patologías más comunes por la que un gato puede necesitar una transfusión de sangre es la Enfermedad Renal Crónica (ERC). En este caso, el paciente va a presentar anemia de curso crónico por la no producción de Eritropoyetina a través del aparato yuxtaglomerular.

El Linfoma, la Enfermedad Intestinal Inflamatoria, reacciones adversas a algunos medicamentos como por ejemplo la quimioterapia, el Metimazol que se usa para el hipotoroidismo, también pueden ser causas de anemias severas en gatos. Algunos antibióticos como el cloranfenicol y las sulfas pueden llevar a situaciones que le provoquen anemia también. 

Pero también patologías como Pancreatitis, Lipidosis Hepática, deficiencia de Vit B12 y una gran cantidad de enfermedades infecciosas como Leucemia, Peritonitis Infecciosa Felina, Virus de Inmunodeficiencia Felina, todas las enfermedades que tienen que ver con Mycoplasmas, Erlichiosis, Leishmania, alteraciones propias de la médula ósea, pueden causar anemia y requerir una transfusión de sangre como parte de su tratamiento.

¿Cuándo transfundir?

Se debe transfundir principalmente en los casos en los que se presenta una anemia crónica no regenerativa con un hematocrito menor del 10%. El hematocrito normal de un gato es del 30-45%. También cuando haya una taquicardia a pesar de que se presente una normovolemia y un hematocrito del 10-20%. O cuando hay una pérdida de sangre por alguna coagulopatía y el hematocrito esté en un 15%. Cuando haya una cirugía electiva y el hematocrito esté entre 18-20%. Cuando haya pérdidas agudas de sangre asociadas a signos de hipoperfusión y hematocrito menor del 18%. Todas estas situaciones demuestran que el animal necesita sangre.

En los gatos hay tres grupos sanguíneos principales. Ellos son el A, el B y el AB. El A tiene anticuerpos contra el B y el B tiene anticuerpos contra el A. El AB se considera que es el receptor universal porque no tiene anticuerpos contra los otros. Aunque se recomienda que si se va a realizar una transfusión sea del mismo grupo sanguíneo o en su defecto del A. 

Es importante saber que el grupo sanguíneo está influenciado en cierto punto por la raza.

En términos generales se sabe que todos los gatos son A. En razas como Mein Coon, Norwegian Forest, del 1-10% son del Grupo B. Los Persian, Somali, Sphinx, Birman, Scottish Fold, Abyssinian, de un 11-20% tienen Grupo B.

Las razas como el Británico de pelo corto y exótico, en el Devon Rex y el Cornish de un 20-45% son de Grupo B Sanguíneo.

Los Siameses, los Burmeses, los Tonkineses y los Rusos Azules no tienen Grupo B Sanguíneo.

Existe un padecimiento llamado heritrolisis neonatal, que ocurre en gatos cachorros cuya madre es B y ellos de tipo A porque el padre es A también, pueden morir al nacer porque empiezan a adquirir el calostro con los anticuerpos maternos de la mamá, que es B. En las primeras 16 horas que están amamantando ocurre la absorción de los anticuerpos. Este problema se puede apreciar porque los cachorros empiezan a presentar necrosis en la cola. Se pueden ver ictércios o pueden presentar hematuria.

Es necesario saber el Grupo Sanguíneo de cada gato pero también hay que hacer una Prueba Cruzada a todo aquel animal que se va a someter a una transfusión. La prueba consiste en presentar la sangre del donador frente a la sangre del receptor.

Ilustración: Claudia Margarita Guillén Miranda.

Esta prueba es muy simple. Se obtiene 1ml de sangre con EDTA del donador y otro del receptor y centrifugamos. Obtenemos los glóbulos rojos tanto del donador como del receptor y dejar por otra parte el plasma de ambos. A los glóbulos rojos se le agregan de 2 a 3 ml de solución salina fisiológica y se vuelven a centrifugar. Eso glóbulos rojos se sedimentan y se saca la parte líquida. Lo que se está tratando de hacer es un “lavado” de los glóbulos rojos. Este procedimiento se debe hacer dos veces más. En la tercera lavada se toman 0.2 ml de eritrocitos y se le agregan 4.8ml de solución salina fisiológica y se realizan las pruebas cruzadas.

La Prueba Cruzada se divide en dos, una prueba mayor y una menor. La prueba mayor se hace en un portaobjetos: se aplica una gota del suero del receptor contra eritrocitos del donador.

La prueba menor consiste en poner en un portaobjetos una gota de eritrocitos del receptor contra suero del donador.  

La que más interesa es la Prueba Cruzada mayor. Lo que debemos evaluar es que no haya aglutinación.

En la prueba de control se pone una gota del suero y eritrocitos del receptor y se hace lo mismo con el donador. Esta prueba se observa tanto a simple vista como en un microscopio y se debe apreciar que no haya aglutinación.

El hecho de que haya aglutinación significa que esa sangre no es compatible independientemente del grupo sanguíneo que tenga el gato.

¿Qué características debe tener el gato donador?

Lo ideal es que sean gatos que estén completamente vacunados. Los gatos tienen que ser sanos y preferiblemente que sean gatos del interior, porque los del exterior pueden padecer enfermedades infecto contagiosas. Los gatos deben ser por lo menos menores de 10 años o relativamente jóvenes. El peso mínimo sería de 4kg y se le deben haber realizado pruebas.

El hematocrito debe ser mayor de 30, hacerle una bioquímica sanguínea para descartar patologías como ERC. Se debe descartar la presencia de Mycoplasma y enfermedades retrovirales. También se deben descartar padecimientos como Erlichiosis, Bartonelosis, Anaplasmosis y Dirofilariosis de diferentes áreas endémicas. En resumen, el gato debe estar completamente sano. En caso de que se cuente con él para que sea un donador constante, se le deben realizar estudios anuales que incluyan una ecografía para descartar problemas del corazón.

El examen físico exhaustivo es importante para ver que el gato no tenga pulgas, lesiones o abscesos. Que no tenga descarga nasal ni estornudos, diarreas recientes, entre otras cosas.

Al gato donador se le puede sacar entre 10 y 12 ml x kg de sangre y puede estar donando entre 8 y 12 semanas.

Para llevar a cabo el proceso hay que pensar que al donador no se le va a generar una situación adversa, pues con el afán de mejorar la vida del receptor podemos comprometer la del donador a corto o a largo plazo.

¿Cómo realizar la extracción?

El manojo debe ser cat friendly, es decir, el gato no debe estar bajo ningún estrés. El lugar deber ser cómodo. Se pueden usar feromonas para tratar de disminuir la ansiedad. Se puede incluso usar una sedación atendiendo a varios protocolos para que el animal no se mueva ni presente signos de ansiedad. Se debe rasurar la región de la extracción o hacer una antisepsia adecuada. Se recomienda incluso el uso de una crema que contenga lidocaína para no causar dolor en el área de la extracción.

Sistemas de recolección y almacenamiento de sangre:

Existe el sistema abierto y el cerrado. El sistema abierto consiste en utilizar jeringuillas con el anticoagulante a través de una bolsa grande, como las de 500 ml. Hay relaciones de anticoagulantes con respecto a la cantidad de sangre. Si se usa una jeringuilla de 50 ml se le pone la cantidad de anticoagulante necesaria para esa cantidad.

Hay anticoagulantes como el ACD y el que tiene fosfato. El primero tiene un poquito menos de tiempo con relación al otro. Una vez obtenida la sangre puede durar en refrigeración en condiciones adecuadas hasta 35 días. Pero la verdad es que la sangre se debe pasar lo más rápido posible.

En los bancos de sangre existen aditamentos donde se mantiene el movimiento constante de sangre. Pero en nuestras condiciones no hay esos aditamentos.

A medida que la sangre recolectada pasa tiempo almacenada se empiezan a formar los esferocitos, que no son más que un cambio en la forma del eritrocito y entonces hay menor capacidad de transformación la hemoglobina.

Si la sangre se tuvo que refrigerar y no se va a usar de inmediato lo ideal es atemperarla porque se puede causar una hemólisis por choque térmico y llevar al gato a la hipotermia.

El sistema cerrado se refiere a las bolsas de recolección.

Para extraer la sangre el gato debe estar en la posición que sea más cómoda para la persona que va a realizar la punción.

La administración de la sangre puede ser por vía intravenosa o intraósea. En algunos artículos científicos se habla de la vía intraperitoneal pero esta tiene como inconveniente que puede tardar más de 24 horas para que se absorba y la absorción es solamente del 40%.

Es muy importante evitar que la sangre se administre con dextrosa o con Solución Hartman porque esta última puede tener calcio, que a su vez puede interferir en la relación con el anticoagulante.

Velocidad y volumen de la sangre:

Se estima que de acuerdo a la cantidad de ml de sangre necesaria = ml estimado del receptor (60ml) x kg.

Esto se multiplica por (Hto deseado- Hto receptor)/ Hto donador

Se espera que por cada 2ml de sangre administrado del donador al receptor se incremente el Hto en 1%, siempre y cuando el donador tenga por lo menos 30% de Hto.

El gato receptor debe alcanzar al menos un Hto del 20%.

Cuando la anemia es severa se recomiendan bolos de 1 a 2 horas. Si la anemia es crónica se pueden hacer intervalos entere 4 y 6 horas.

Debido a la posibilidad de reacción de la transfusión, lo ideal es empezar a una velocidad 0.5 ml x kg x hr los primeros 15 min. Se observa el paciente, se le toma el pulso, la temperatura, la presión arterial, la frecuencia cardiaca, la respiración, se comprueba también si el paciente está vocalizando.

Si no hay ninguna reacción adversa se puede incrementar la velocidad pasados los primeros 15 min a 1ml x kg x hr otros 15 min. Si el receptor sigue estando bien se puede aumentar la cantidad a 2ml x kg x hr otros 20 min y, de continuar todo bien, se incrementa la velocidad a 3ml x kg x hr el tiempo que quede.

El tiempo máximo para pasar una bolsa es de 3 a 4 horas para que no haya contaminación bacteriana.

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