La Amazonía arde y Bolsonaro culpa a las ONG’s que lo critican

Organizaciones ambientalistas consideran que lo que está ocurriendo en Brasil es un "crimen ambiental".

El presidente de Brasil Jair Bolsonaro en una ceremonia en Brasilia, el jueves 15 de agosto de 2019. Foto: Eraldo Peres / AP.

El presidente de Brasil Jair Bolsonaro en una ceremonia en Brasilia, el jueves 15 de agosto de 2019. Foto: Eraldo Peres / AP.

Diferentes regiones de la Amazonía llevan más de dos semanas ardiendo, en incendios que amenazan al llamado “pulmón del planeta”. Pero mientras diferentes organizaciones critican al gobierno de Jair Bolsonaro por su inactividad, el presidente de Brasil insinúa que los responsables son precisamente ONG’s, que estarían provocando el fuego para hacerlo ver mal.

El Instituto Nacional para la Investigación Espacial, la agencia federal que monitorea la deforestación y los incendios, informó que este año ha habido una cantidad récord de incendios forestales en Brasil: 74.155 hasta este martes. Eso es un incremento de 84% en comparación al mismo período del año pasado.

Ante este hecho y los hoy incontrolables incendios que también amenazan zonas de Bolivia y Perú, organizaciones del país e internacionales aseguran que lo que está en marcha es un “crimen ambiental”, que persigue la deforestación de la Amazonía para su explotación comercial.

Las reacciones se han multiplicado en las redes sociales, donde se han hecho virales fotos y videos como el de una aborígen de la región amazónica se lamenta por lo que sucede en sus tierras ancestrales.

https://twitter.com/OM_Vivetv/status/1164233856138039297

Sin embargo, Bolsonaro sugirió que todo podía tratarse de una conspiración en su contra.

“Quizás –y no lo estoy afirmando– estas (personas de las ONG) están llevando a cabo acciones criminales para atraer la atención en mi contra, contra el gobierno de Brasil”, dijo Bolsonaro en un video publicado en su cuenta de Facebook. “Esta es la guerra que estamos librando”.

Cuando los reporteros le preguntaron su tenían alguna evidencia, el presidente respondió que no tenía ninguna.

Los estados que han sido más afectados este año son Mato Grosso, Pará y Amazonas, todos en la región amazónica, los que representan el 41,7% de todos los incendios.

Bolsonaro, quien una vez amenazó con retirar a Brasil del acuerdo climático de París, ha atacado repetidamente a las organizaciones ambientales no lucrativas, a las que ve como obstáculos de su plan para aprovechar todo el potencial económico del país, incluso las zonas protegidas.

El presidente brasileño y el ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, son cercanos al poderoso grupo de legisladores rurales en el Congreso y han estado abogando por más oportunidades económicas y desarrollo en la región amazónica, a la que consideran demasiado protegida por las leyes actuales.

Precisamente Salles escribió en su cuenta de Twitter que el gobierno puso a disposición de los estados afectados aviones y un equipo de brigadistas para detener los incendios, que achacó al clima seco, el viento y el calor.

Algunas ONGs, ambientalistas y académicos responsabilizan a las políticas a favor del desarrollo de Bolsonaro por el alto incremento de deforestación en la Amazonía, como indican los últimos datos del Instituto Nacional para la Investigación Espacial, que sitúa en 2.254 kilómetros cuadrados los destruídos el pasado julio, 278 % más que en igual mes de 2018.

La comunidad internacional también ha presionado al gobierno brasileño para que proteja la vasta selva amazónica de la tala y la minería ilegal.

Citando la aparente falta de compromiso de Brasil para combatir la deforestación, Alemania y Noruega han decidido retener más de 60 millones de dólares en fondos asignados a proyectos de sostenibilidad en la selva brasileña, algo que el gobierno brasileño ha desestimado.

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