Nicaragua: extrañas elecciones de un presidente sin oposición

Los siete candidatos opositores habían sido arrestados; estaban en la cárcel o bajo reclusión domiciliaria.

El presidente Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, al momento de votar. Foto: César Pérez/Getty Images

Fueron unas elecciones presidenciales extrañas las que ocurrieron este domingo en Nicaragua. El presidente Daniel Ortega se postuló por cuarta vez consecutiva, mandó a arrestar a siete candidatos de oposición y compitió con partidos hasta entonces desconocidos, cuyos dirigentes poco difieren de su pensamiento.

Ortega puede haber ganado formalmente, acompañado de su mujer, Rosario Murillo, la vicepresidente nombrada a dedo hace unos años y también la portavoz del gobierno; pero, la verdadera vencedoras en las más de 13 000 urnas electorales fue la abstención. Ha sido la forma que encontró la verdadera oposición, con el apoyo de la Iglesia Católica, de hacerse sentir en esta jornada.

Poco más de 12 horas después de haber concluído, el gobierno ha dado los primeros adelantos de sondeos a boca de urna, resultados provisionales y cifras de abstención a las que la oposición contesta, ya que calcula superó el 65% si de verdad funcionó el llamado a rechazar los comicios.

Por lo pronto, la vecina Costa Rica ha rechazado el proceso electoral. “Ante la ausencia de condiciones y garantías requeridas en democracia para acreditar las elecciones como transparentes, creíbles, independientes, libres, justas e inclusivas, Costa Rica no reconoce el proceso electoral en Nicaragua realizado el día 7 de noviembre del 2021”, dijo el Gobierno de Costa Rica.

“Costa Rica reitera que las acciones desplegadas por el Gobierno de Nicaragua contra importantes actores políticos y sociales, líderes de oposición, grupos de jóvenes y medios de comunicación en ese país, contravinieron el libre ejercicio democrático, la garantía del pluralismo político y libertad de expresión”, indicó el comunicado divulgado por el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto.

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En Washington, el presidente Joe Biden tambien criticó las elecciones nicaraguenses con un matiz más comedido.

“El presidente nicaragüense Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, montaron un simulacro de proceso electoral que no resultó libre ni justo y, claramente, tampoco democrático. El encarcelamiento arbitrario de casi 40 opositores desde mayo, incluidos siete posibles candidatos a la presidencia, así como las medidas para impedir la participación de algunos partidos políticos, ya habían contribuido a amañar el resultado mucho antes de la jornada electoral. Las autoridades cerraron a medios independientes, encarcelaron a periodistas y actores del sector privado e intimidaron a organizaciones de la sociedad civil para que dejaran de funcionar”, indicó el comunicado presidencial.

En el documento, agregó Biden: “La familia Ortega y Murillo, que perdió el apoyo popular hace tiempo y en el presente ya no tiene mandato democrático, ahora gobierna Nicaragua con carácter de autócratas, y esto hace que ya no se diferencien de la familia Somoza a la que Ortega y los sandinistas combatieron hace cuatro décadas”.

Biden, como suele hacer contra gobiernos con los cuales discordia, también amenazó con sanciones: “Estados Unidos, en estrecha coordinación con otros miembros de la comunidad internacional, utilizará todas las herramientas diplomáticas y económicas a nuestro alcance para apoyar al pueblo de Nicaragua y exigir responsabilidades al gobierno de Ortega-Murillo y a quienes facilitan sus abusos”.

Uno de los aliados de Ortega, el presidente venezolano Nicolás Maduro dijo desde Twitter que “enviaba un abrazo de felicitación al pueblo de Nicaragua, al Comandante Daniel Ortega y a Rosario, por la gran jornada de participación popular y pacífica en las elecciones”. También desde su cuenta de Twitter, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, escribió en la mañana del lunes que habían sido una demostración de soberanía y civismo ante la cruel campaña mediática que sufren. “Cuenten siempre con el apoyo de Cuba”.

El presidente Ortega tiene una conciencia clara de su impopularidad. Apareció para votar sobre el mediodía cuando lo usual era hacerlo al final del día y aprovechó el momento para hacer declaraciones llamando al voto a su candidatura, lo cual constituye una violación de la ley electoral. En una cadena televisiva de 45 minutos, el mandatario acusó a la oposición de querer imponer la violencia y se presentó como el único capaz de mantener la paz en un país acosado por el terrorismo.

“Hay quienes optan por la guerra, la violencia, el terrorismo y las calumnias. Quieren que el país se vea envuelto en un enfrentamiento violento y en una guerra como la que se ha vivido a lo largo de la historia. La guerra no deja escuelas, la guerra no construye hospitales, no construye carreteras. (Sino) que el pueblo no se tiña de sangre. Ahí está el voto para evitarlo”, afirmó Ortega, quien añadió entre aplausos de sus seguidores: “las elecciones son un compromiso de los nicaragüenses de votar por la paz y no por la guerra”.

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