Piden 20 años de cárcel para una mujer por intentar abortar tras violación

Fue en El Salvador. Imelda Cortez, de 20 años, fue acusada de "intento de asesinato" después de dar a luz al bebé de su abusador.

Imelda Cortez, de 20 años, proveniente de una familia rural sin recursos económicos en la localidad de Jiquilisco en la región de Usulután (El Salvador). Ha estado bajo custodia judicial desde abril de 2017 después de dar a luz a una niña engendrada por su padrastro, un hombre mayor que la violó.

El Salvador es calificado como el país con las leyes anti-aborto más severas del mundo. Por abortar, varias mujeres han recibido penas de 30, 40 o 50 años de cárcel. El aborto es ilegal en “todas las circunstancias”.

Ortez fue trasladada de urgencia al hospital después de que su madre la descubriera con un sangrado y mucho dolor en la zona inguinal. El médico de la sala de emergencias sospechó que se había hecho un aborto y llamó a la policía. Los oficiales encontraron a la bebé sana y viva en una letrina.

Tras un año y medio de proceso, el juicio penal contra Cortez se inicia hoy lunes 12 de noviembre. Los 3 jueces dictaminarán sentencia, se estima, dentro de una semana. La niña, su hija, va a cumplir 19 meses y vive con la madre de Imelda.

Una evaluación psicológica hecha por un perito, detectó “deficiencias cognitivas y emocionales consistentes con el abuso y el trauma”. Pero no ha bastado para que Cortez reciba apoyo psicológico en estos 18 meses de prisión.

“Esta es la injusticia más extrema y escandalosa contra una mujer que he visto”, dijo Bertha María Deleón, una de las abogadas defensoras de Cortez. “El Estado ha violado repetidamente los derechos de Imelda como víctima. Ella está profundamente afectada como se pueden imaginar pero se le niega la atención psicológica”.

Cortez había sido abusada por su padrastro de 70 años desde que ella tenía 12 y dijo que no tenía idea de que estaba embarazada. Cortez fue acusada por “intento de asesinato” y la fiscalía pidió una pena de 20 años. Además, se le negó la libertad bajo fianza y fue enviada a la cárcel después de solo una semana en el hospital.

Mientras Cortez estaba en el hospital, su padrastro la visitó, amenazando con matarla “a ella, a sus hermanos y a su madre” si denunciaba el abuso. Otro paciente escuchó por casualidad y se lo contó a una enfermera, que llamó a la policía.

Al principio, los fiscales acusaron a Cortez de inventar el abuso para justificar su crimen, hasta que una prueba de ADN confirmó la paternidad del bebé. Su padrastro aún no ha sido acusado, mucho menos detenido.

 

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