Más chances de una cumbre entre Norcorea y Japón

Shinzo Abe, agradece los aplausos de los legisladores de su partido poco después de que él fue declarado ganador de las elecciones internas de esa organización política, el jueves 20 de septiembre de 2018, en Tokio. Foto: Koji Sasahara/AP.

Shinzo Abe, agradece los aplausos de los legisladores de su partido poco después de que él fue declarado ganador de las elecciones internas de esa organización política, el jueves 20 de septiembre de 2018, en Tokio. Foto: Koji Sasahara/AP.

“Hay que dejar atrás la desconfianza” dijo Shinzo Abe, el premier japonés. Además dijo que está dispuesto a conocer a su par norcoreano Kim Jong Un pronto. El encuentro podría reducir las tensiones entre Tokio y Pyongyang después de 60 años. Resabios del pasado posponen la concreción de la cumbre.

Japón y Corea del Norte acercan posiciones sin dejar de presentarse como partes víctimas.

El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, dijo que está dispuesto a reunirse con Kim Jong Un pero insistió en que cualquier cumbre con Corea del Norte debe conducir a buscar justicia sobre los secuestros de ciudadanos japoneses durante la Guerra Fría. La declaraciones fueron en la asamblea general de la ONU en Nueva York el martes. Abe dijo que estaba preparado para hacer un “nuevo comienzo” en las relaciones de Japón con el régimen juche, algo que que se hizo posible gracias a que meses atrás se celebrara la histórica reunión de Donald Trump con Kim en Singapur.

“Corea del Norte se encuentra ahora en una encrucijada en la que aprovechará, o no aprovechará, la oportunidad histórica que se le otorgó”, agregó Abe.

Los secuestros de decenas de sus ciudadanos por parte de agentes norcoreanos en los años 70 y 80 son un tema muy emotivo en Japón, que ha seguido fogoneando una línea dura contra el régimen juche aunque Kim se haya comprometido a trabajar en la desnuclearización.

Japón enumera oficialmente a 17 japoneses secuestrados para enseñar su idioma y sus costumbres a los espías de Corea del Norte. En 2002, el Norte permitió que cinco de ellos regresaran a Japón después de una cumbre en Pyongyang entre el entonces líder norcoreano Kim Jong Il y su homólogo japonés Junichiro Koizumi.

Pero Japón nunca ha creído las afirmaciones de Corea del Norte acerca de que ocho de los secuestrados restantes murieron y que cuatro más nunca habían ingresado al país.

Pyongyang ha dicho que cree que el problema está cerrado y advirtió que los repetidos intentos japoneses de revivirlo podrían poner fin a cualquier reunión entre Abe y Kim. Kim se mostró interesado en que la cumbre se realice.

Moon, el presidente de Corea del Sur, le dijo a Abe que creía que mejores vínculos entre Corea del Norte y Japón “acelerarían” el proceso de desnuclearización en el norte. Según la agencia de noticias Yonhap textualmente afirmó: “Creo que se requiere la normalización de las relaciones entre Corea del Norte y Japón en el proceso de establecer la paz en la península de Corea, por lo que apoyaré y cooperaré activamente para que se realice una cumbre entre Corea del Norte y Japón”.

Kim se reunió con Trump, Moon y el líder chino Xi Jinping, pero anteriormente no expresó ningún deseo de diálogo con Abe. En contraste con el espíritu de distensión que se ha desarrollado en sus relaciones con Seúl y Washington, Corea del Norte ha criticado duramente la tibia reacción de Japón a la propuesta norcoreana de desnuclearización y su fuerte apoyo para continuar con las sanciones.

En su informe anual de defensa publicado el mes pasado, Japón no moderó su discurso y afirmó que el régimen representa una “amenaza seria e inminente” para su seguridad. Además el informe dice que la capacidad nuclear del Norte y los misiles balísticos demostraron que el entorno de seguridad en Japón sigue siendo “cada vez más severo”.

Varias de las pruebas misilísticas que realizó Kim Jong Un antes de bajar la tensión y las amenazas, sobrevolaron territorio nippon.

En un aparente intento de abrir una brecha entre Seúl y Tokio, Corea del Norte hizo un llamamiento recientemente a Japón para que se expida sobre su gobierno colonial de entre 1910-45 en la península de Corea, un asunto sensible en ambos lados de la frontera con Corea dados los crímenes de lesa humanidad que provocó la ocupación nippona en toda Corea.

El lunes Trump dijo que esperaba una segunda reunión con el líder norcoreano al que calificó, un poco en broma y bastante en serio, “muy abierto pero terrorífico”. La segunda reunión entre Kim y Trump se anunciará en un “período de tiempo bastante corto”, dicen ambas partes.

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