De la Gran Muralla al Morro

El CEO de Google Eric Schmidt descubrió durante su recorrido por Cuba en 2014 que la infraestructura destinada al soporte de Internet en el país estaba hecha con componentes chinos, una observación que podría servir como un vaticinio.

El primer ministro de China, Li Keqiang, tiene programada una visita a La Habana para el próximo septiembre, según anunció  Zhang Xiancheng, representante del Ministerio de Comercio de Beijing, que presidió por parte de la nación asiática, la 28ª sesión de la Comisión Intergubernamental la pasada semana en La Habana.

Ambos países, se dijo, comparten una «visión estratégica de futuro».

Al lado de Zhang, Rodrigo Malmierca, ministro cubano de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, también confirmó la noticia, adelantando la posible firma de “importantes acuerdos en el ámbito económico.”

Rodrigo Malmierca Díaz (D), ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera (MINCEX), y Zhang Xiangchen (I), vicerepresentante de Negociaciones Comerciales Internacionales del Ministerio de Comercio, y Presidente por la parte china de la Vigésimo Octava Sesión de la Comisión Intergubernamental para las relaciones económicas y comerciales entre Cuba y China. Foto: Omara García Mederos / ACN
Rodrigo Malmierca Díaz (D), ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera (MINCEX), y Zhang Xiangchen (I), vicerepresentante de Negociaciones Comerciales Internacionales del Ministerio de Comercio, y Presidente por la parte china de la Vigésimo Octava Sesión de la Comisión Intergubernamental para las relaciones económicas y comerciales entre Cuba y China. Foto: Omara García Mederos / ACN

“Esta 28ª sesión de la Comisión se ha celebrado en una ambiente especial porque ya estamos preparando las condiciones para la próxima visita del primer ministro de China, Li Keqiang a nuestro país”, declaró el ministro cubano.

“Entre funcionarios y especialistas de los dos países estamos trabajando arduamente para garantizar el éxito de esta visita”, adelantó Zhang.

Cuando muchos parecen hacer fila apresuradamente para tomarse una foto con Raúl Castro en el Palacio de la Revolución, los chinos ya tienen el puente construido. De Jiang Zemin en adelante, todos los presidentes de China han visitado Cuba, incluso Xi Jinping, cuando era vicepresidente en 2011 y por segunda vez en 2014, ya como jefe de estado y con un crédito para la nueva terminal portuaria de Santiago de Cuba, la segunda ciudad más importante del país.

La propia Comisión Intergubernamental selló la culminación exitosa de tres proyectos: la segunda fase del despliegue de la televisión digital, el suministro de equipos de medición de agua y la entrega de equipos de saneamientos urbano para La Habana.

Raúl Castro y Li Keqiang en julio de 2012, durante la visita a China del presidente cubano. Foto: Getty Images.
Raúl Castro y Li Keqiang en julio de 2012, durante la visita a China del presidente cubano. Foto: Getty Images.

China no es solo un aliado –el segundo socio comercial de Cuba. Es una referencia valiosísima.

Se incluyó en el Informe Central al séptimo Congreso del Partido Comunista de Cuba. Raúl Castro explicó que “la introducción de las reglas de la oferta y la demanda no está reñida con el principio de planificación. Ambos conceptos pueden convivir y complementarse en beneficio del país, como se ha demostrado exitosamente en los procesos de reforma en China.”

El vicepresidente cubano Miguel Díaz-Canel describió en septiembre de 2015 al medio chino Diario del Pueblo los vínculos de Cuba con China. “No es la relación tradicional que han tenido muchos países de Latinoamérica con otro gran país como es los Estados Unidos, que ha sido una relación de desigualdades, de agresión, de dependencia. Cuando se ha vivido algo muy complejo en materia de relaciones con una potencia, se aprecia como un país pequeño puede tener otro tipo de relaciones con un país grande e importante como China.”

En Cuba, se puede tomar nota del entendimiento práctico entre Estados Unidos y China, que coexiste con una retórica de discrepancia. En sus memorias políticas, la ex secretaria de Estado y ahora candidato presidencial demócrata Hillary Clinton reconoce la prioridad otorgada a China por la Administración Obama, aunque usa términos pocos amables para describir a los políticos chinos y su desdén por la espontaneidad.

Al más alto nivel, el vínculo no está exento de malos ratos. En 2014, Barack Obama convenció a Xi Jinping de responder al menos una pregunta durante una rueda de prensa en Beijing. The Washington Post reportó que los asesores de la Casa Blanca decidieron ceder esa única interrogante a un periodista de The New York Times, a cuyos reporteros se les negaba visa para entrar en China. El hombre consiguió irritar al líder chino de forma tal que su reacción fue más noticiosa que su respuesta.

La Habana y Beijing mantienen contactos frecuentes. La página dedicada a Cuba en el sitio web del Ministerio de Relaciones Exteriores de China menciona los viajes de altos funcionarios de una capital hacia la otra. Y no son pocos nombres. Visto así, la llegada de Li Keqiang es la continuidad de una alianza que une a dos países separados por medio planeta de distancia.

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