Bajo escrutinio fuerte donación al comité inaugural de Trump

El magnate de bienes raíces Franklin Haney contribuyó con un millón de dólares.

Las dos torres de enfriamiento de la planta nuclear de Bellefonte en Hollywood, Alabama. Foto: Brynn Anderson/AP.

El magnate de bienes raíces Franklin Haney contribuyó con un millón de dólares al comité inaugural del presidente Donald Trump. Su contribución se produjo mientras buscaba la aprobación regulatoria y el apoyo financiero del gobierno en su intento por adquirir la central nuclear de Bellefonte, en el noreste de Alabama. Más de dos años después, todavía no se ha cerrado el trato.

La fuerte donación está siendo examinada por fiscales federales de Nueva York, quienes investigan las finanzas del comité. Su investigación se centra, en parte, en si los donantes recibieron beneficios después de realizar sus contribuciones.

El ex abogado personal de Trump, Michael Cohen, ha proporcionado información a los fiscales sobre Haney, su hijo y socio de negocios, Frank Haney Jr., y el proyecto de la planta nuclear, según una persona familiarizada con lo que Cohen dijo a las autoridades. La persona no estaba autorizada para hablar públicamente y solicitó el anonimato.

Haney contrató brevemente a Cohen para ayudar a obtener dinero para el proyecto Bellefonte de posibles inversionistas, incluidos ciudadanos de Qatar, en el Medio Oriente. Cohen cumple una condena de tres años de prisión por evader impuestos, por mentirle al Congreso y por violaciones de financiamiento de campaña.

Los fiscales también están examinando si extranjeros contribuyeron ilegalmente al comité. Los fiscales federales de Manhattan emitieron una citación el año pasado en busca de una amplia gama de registros financieros del comité, incluidas las “comunicaciones relacionadas con la posibilidad de donaciones de ciudadanos extranjeros”.

El comité inaugural ha negado las irregularidades.

Haney, de 79 años, se ha enfrentado antes a acusaciones de que sus donaciones estaban dirigidas a obtener influencia. Una investigación realizada por los republicanos de la Cámara de Representantes a fines de la década de 1990 alegó que el dinero de Haney lo ayudó a conseguir que la Comisión Federal de Comunicaciones se mudara a un edificio de oficinas en el que tenía una gran participación.

Fue acusado en 1999 de canalizar alrededor de 100,000 dólares en contribuciones ilegales al presidente Bill Clinton, al vicepresidente Al Gore y otros políticos. Un fiscal federal lo describió como un sofisticado recaudador de fondos que esperaba impresionar a posibles clientes con su acceso a funcionarios electos, como Clinton y Gore.

El negocio inmobiliario de Haney donó miles de dólares en 2013 y 2015 a los comités de acción política que apoyaron al gobernador de Alabama, Robert Bentley, quien luego recomendó que la planta nuclear que Haney quería comprar se pusiera a la venta. Haney también contribuyó a una organización sin fines de lucro creada para promover la agenda de Bentley. El gobernador republicano renunció en 2017 cuando se enfrentó a un proceso de destitución.

Además de la investigación sobre la contribución de Haney al comité inaugural de Trump, el hombre de negocios se encuentra en una batalla legal no relacionada con el propietario de la planta nuclear, la Autoridad del Valle de Tennessee.

Otra compañía de Haney, Nuclear Development LLC, presentó una demanda en un tribunal federal acusando a TVA, la empresa de servicios públicos más grande de la nación, de bloquear ilegalmente la venta de la planta en el último minuto.

La empresa de servicios públicos ha argumentado que no pudo completar la transacción porque Haney no logró obtener la aprobación de la Comisión Reguladora Nuclear para la transferencia de los permisos de construcción.
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Una venta tentativa de Bellefonte, en noviembre de 2016, involucró los dos reactores nucleares parcialmente construidos y las torres de enfriamiento de apoyo, varios edificios y más de 1,000 acres de tierra en el río Tennessee. Haney dejó 22 millones de dólares. Tenía hasta noviembre de 2018 para completar la venta de 111 millones.

El 29 de noviembre, el día antes de que se cerrara la venta, TVA desechó el acuerdo y declaró que la compañía de Haney aún no había obtenido la aprobación regulatoria, como lo exige la Ley de Energía Atómica. Haney presentó una demanda por incumplimiento de contrato.

A principios de abril, aproximadamente cinco meses después de que la Nuclear Development presentara su solicitud de transferencia de los permisos de construcción, el personal de la comisión reguladora le dijo a la compañía que necesitaba presentar más detalles técnicos antes de que pudiera proceder.

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