Detienen a un iraquí por pensar asesinar al ex presidente George. W. Bush

La ley refiere que con el simple hecho de hablar de matar a un funcionario público, sin ni siquiera intentarlo, se comete un delito suficiente como para ser arrestado y condenado.

El ex presidente George W. Buh es una foto de archivo del 2020. | AP

En Estados Unidos solamente por decirle a alguien que a uno le gustaría asesinar a al presidente o ex presidente del país, ya está cometiendo un delito. No hace falta ni intentarlo. Pero si el Servicio Secreto se entera de ese pensamiento se desencadena una investigación, a la que se suma el FBI. Y si se confirma, nadie le quita de arriba un mínimo de diez años de cárcel.

Es lo que le ha sucedido a un ciudadano iraquí que vive en Columbus, Ohio, arrestado el martes, y que ahora enfrenta cargos federales relacionados con un presunto complot para asesinar al ex presidente George W. Bush, anunció el Departamento de Justicia.

Shihab Ahmed Shihab Shihab ha sido acusado de “ayudar e incitar al intento de asesinato” de un ex funcionario de Estados Unidos, así como de un delito de inmigración por su supuesto intento de traer ilegalmente a ciudadanos extranjeros al país.

Según el Departamento de Justicia, el hombre planeó contrabandear a cuatro ciudadanos iraquíes como parte del complot. Los documentos judiciales, obtenidos por CNN, describen el reconocimiento por parte de Shihab de que incluyó en sus planes conducir a varios de sus connacionales hasta el vecindario de la residencia de Bush en Dallas, Texas.

“El presidente Bush tiene toda la confianza del mundo en el Servicio Secreto de Estados Unidos y en nuestras comunidades de inteligencia y aplicación de la ley”, dijo el jefe de gabinete de Bush, Freddy Ford, en un comunicado.

La investigación se reveló en una solicitud del 23 de marzo, presentada bajo sello, en busca de una orden de cateo de los registros telefónicos de una persona identificada en los documentos como Shihab Ahmed Shihab, quien ingresó a Estados Unidos en septiembre de 2020.

El FBI descubrió el complot mediante informantes confidenciales. Uno de ellos informó a las autoridades la existencia de conversaciones sobre el presunto complot de asesinato en reuniones efectuadas a fines del año pasado y durante la primavera, según los documentos. No hay evidencia alguna de que el ex presidente estuviera alguna vez en peligro.

Se alega que una de esas conversaciones ocurrió en noviembre, durante un viaje que hicieron Shihab y el informante desde Columbus, Ohio, al área de Detroit, según la solicitud de la orden y una denuncia presentada ante el tribunal que se hizo pública el martes.

Se sostiene que durante la reunión de noviembre Shihab le dijo a un informante del FBI que “quería matar al ex presidente Bush porque sentía que era responsable de matar a muchos iraquíes y de dividir a todo el país de Iraq”.

Según una conversación relatada en la solicitud de orden, Shihab se describió a sí mismo como un “soldado que esperaba instrucciones de los líderes en Qatar”, pero no dijo quiénes eran, ni los documentos lo sugieren.

De sacuerdo con la denucia, Shihab le dijo al informante que “el grupo Al-Raed que planeaba asesinar al ex presidente Bush no estaba relacionado con ISIS, pero esperaba que ISIS aprobaría y colaboraría con el asesinato”. Al-Raed es un grupo prácticamente desconocido de las autoridades y de la prensa especializada.

En febrero, durante reuniones en persona en Dallas que según los documentos fueron grabadas por las autoridades, Shihab y el informante manejaron hasta el vecindario de la residencia de Bush en Dallas. Shihab supuestamente tomó videos de la puerta de acceso a su casa y del área circundante, según los documentos.

Durante las reuniones de febrero, Shihab y el informante también viajaron a la biblioteca George W. Bush, donde el primero tomó grabaciones de video en el área de sus oficinas.

Al mes siguiente, el informante se reunió con Shihab en Columbus. El hombre supuestamente examinó armas de fuego y un uniforme de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos que el informante le presentó a Shihab. Los documentos dicen que las armas de fuego y los uniformes fueron proporcionados por el FBI.

En abril, Shihab le concedió una entrevista al FBI en la que les contó las discusiones que tuvo sobre una red de contrabando, pero “no fue del todo sincero en cuanto a su propio papel en el esquema de contrabando de extranjeros”, presumiblemente para llevar a cabo los atentados, según los documentos judiciales.

Salir de la versión móvil