Encuentran una bomba en la casa de George Soros tras ser acusado de “financiar la caravana migrante”

El magnate había sido apuntado por un congresista republicano de fomentar la procesión multitudinaria que está en camino a Estados Unidos

Un dispositivo explosivo fue encontrado este lunes en un buzón en la casa de George Soros, el filántropo multimillonario, al norte de la ciudad de Nueva York. La Policía confirmó que el dispositivo no llegó a explotar por sí solo y que personal policial lo detonó preventivamente.

“Un empleado de la residencia abrió el paquete, revelando lo que parecía ser una bomba”, dijo la Policía en un comunicado. “El empleado colocó el paquete en un área boscosa y llamó a la policía de Bedford”. Soros no estaba en casa en ese momento.

George Soros, nacido en Hungría en 1930, es un multimillonario sobreviviente del holocausto que acumuló su dinero como banquero y operador financiero en Inglaterra. Ocupa el número 60 en el ranking de personas más ricas del mundo de la Revista Forbes.

Soros defiende desde hace décadas la “búsqueda de una sociedad abierta”. Principalmente a través de su Fundación Open Society,  financia una inmensa cantidad de proyectos  enfocados en el fortalecimiento de la sociedad civil y el periodismo independiente en 37 países. Se estima que Open Society maneja un presupuesto de unos 18 billones de dólares.

El 18 de Octubre Donald Trump se hizo eco en Twitter de un video en el que se muestra a un grupo de personas, supuestamente en estos días y en Honduras, recibiendo dinero: “miren lo que dejan que le hagan a nuestro país”, escribió en el encabezado el presidente estadounidense. El material había sido difundido un día antes por el congresista republicano Matt Gaetz, quien acusó a Soros de financiar la caravana.

La acusación de Gaetz fue puesta en duda. Nada de lo que pasa en ese video sucedió en Honduras, lo que luego reconoció Gaetz. Google Maps y las fotos de Facebook colocan el escaparate que se ve en el video, una tienda de autopartes, en Chiquimula, Guatemala. Un comerciante de la zona le dijo a Univisión: “la gente con dinero aquí siempre anda armada, por eso no parece raro que alguien armado haya repartido dinero, así anda la gente con plata en Chiquimula”

La especulación de Gaetz de que Soros ofrece dinero a los migrantes para unirse a la caravana fue refutada por la Open Society: “Podemos ahorrarle el problema, congresista: ni el Sr. Soros ni Open Society están financiando este esfuerzo. Apoyamos el histórico compromiso de Estados Unidos de dar la bienvenida a las personas que huyen de la opresión y la violencia en sus países de origen. Tal vez podrías investigar por qué sienten la necesidad de huir”.

El tema instaló el debate dentro de la comunidad hispana en Estados Unidos. El hashtag #Soros fue trending topic en Twitter en Miami durante 24 horas.

George Soros se convirtió en un importante donante político en los Estados Unidos durante la presidencia de George W. Bush. Gastó millones para respaldar el fallido intento de John Kerry de negarle a Bush un segundo mandato. Fue uno de los primeros patrocinadores de la campaña presidencial de Barack Obama en 2008 y contribuyó con más de $ 25 millones a Hillary Clinton y otros candidatos y causas demócratas durante el ciclo electoral de 2016.

Los migrantes hondureños que intentan llegar a Estados Unidos comienzan su día saliendo de Chiquimula, Guatemala, el miércoles 17 de octubre de 2018. (AP Foto / Moises Castillo)

Soros tiene enemigos por doquier, no solo políticos republicanos. El primer ministro húngaro, su compatriota Viktor Orban, por ejemplo, lo acusó de “comprar la influencia de Bruselas y de la ONU” y de “orquestar la oleada migratoria procedente de Oriente Medio y de África”. El sitio ruso Sputnik dijo que Soros quiere “conquistar los países balcánicos y privar a Rusia, China y Turquía de la presencia en esta región de Europa”.

Mientras tanto, relata AP, miles de migrantes centroamericanos amanecieron el martes después de una noche de lluvia en un campamento improvisado en la plaza de Huixtla, en el sur de México. Muchos estaban agotados, tosiendo y con los pies hinchados de cansancio, aún muy lejos de su destino final: la frontera de Estados Unidos.

La caravana, que se calcula en un total de más de 7,000 personas, ha avanzado 75 kilómetros desde que cruzó la frontera con Guatemala y todavía le quedan más de 1,600 kilómetros por delante, y probablemente mucho más, para terminar su viaje.

Fuentes: AP, Univisión y The New York Times

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