Mueren las dos primeras personas en Miami-Dade por Covid-19. La Florida podría convertirse en el centro de la pandemia en EE UU

Las cifras de infectados, de desempleo y la falta de recursos médicos se disparan, mientras el gobernador descarta el toque de queda generalizado.

El gobernador de Florida Ron DeSantis actualiza a reporteros sobre la respuesta del estado a la pandemia de coronavirus el martes, 24 de marzo del 2020, en Tallahassee. Foto: Brendan Farrington/AP.

Al anochecer desde viernes, el Departamento de Salud de Florida informó de nuevas cifras del coronavirus en el estado y sobre el segundo fallecimiento en Miami, en este caso un hombre de 79 años sobre el cual no hicieron publico más datos como el nombre ni si viajó al exterior o contrajo la mortal enfermedad en el sur de Florida y en que circunstancias.

al inicio de la tarde se supo que el día anterior falleció la primera víctima de la pandemia en el condado Miami-Dade. Se trata de un cubano-americano de 40 años, identificado como Israel Carrera, residente en North Miami, informó la cadena televisiva NBC. 

Según su compañero, Franco Conquista, el fallecido aparentemente contrajo el virus a principio de mes cuando regresó de un festival musical con grandes ataques de voz y casi no podía respirar. “Todo comenzó con la fiebre y rápidamente los problemas de respiración fueron escalonando. No podía respirar, tuvieron que entubarlo en el hospital. Ni siquiera le quitaban los tubos para que pudiera comer, no podía respirar”, recordó Conquista a NBC. La situación se agravó tanto que la pareja apenas lograba conversar por FaceTime, “teníamos que interactuar con gestos”, añadió.

Y no solo por esto, pero precisamente el jueves se dispararon las alarmas en la Florida por la pandemia del coronavirus. Esa mañana había poco más de 2.000 casos, pero al anochecer ya sumaban 2.484. Excepto Nueva York, fue el estado donde más se registraron nuevos casos en la misma jornada.

Extremadamente peligroso: pudiera situar próximamente a la Florida en el punto cero de la pandemia, dicen médicos y analistas teniendo en cuenta el alto número de población mayor de 65 años, casi la mitad según cifras del Censo (2010), y la falta de recursos para atender a todos después que el gobernador Ron De Santis decidió restarle importancia a la gravedad del asunto al rehusar decretar un toque de queda.

DeSantis se escuda en declaraciones de la doctora Deborah Birx, coordinadora nacional del grupo de trabajo presidencial sobre el coronavirus, y de su colega Anthony Fauci, miembro del grupo y director del Instituto Nacional de Enfermedades Alérgicas e Infecciosas. “(El miércoles) la doctora Birx dijo que la Florida está llevando bien el asunto basándose en las cifras” y “el doctor Fauci agregó que no en todo el país la población necesita de los mismos instrumentos” para combatir la pandemia, enfatizó De Santis en una rueda prensa en Orlando, al centro de la Florida.

Al menos en el sur de la Florida, varias ciudades del área metropolitana de Miami han decretado sus toques de queda durante la noche, pero ni el estado o el condado Miami-Dade lo han hecho siguiendo una línea adoptada por el presidente Donald Trump durante los últimos días al abogar por levantar todas las restricciones de movimientos lo más pronto posible.

El alcalde del condado, Carlos Giménez, ya en la recta final de su mandato, está luchando por el apoyo presidencial para lograr ser electo al Congreso federal –de hecho, Trump lo elogió la semana pasada diciendo que enfrenta la crisis con cordura. De Santis es un viejo aliado del mandatario y jamás se ha opuesto a la política de la Casa Blanca. Aunque en este caso, el gobernador no se ha opuesto a los toques de queda municipales. Según el diario Tallahassee Democrat, por razones económicas.

El gobernador se muestra renuente porque la concentración del mayor número de casos se encuentra en los tres condados más al sur –Palm Beach, Broward y Miami-Dade–, donde en alguna medida hay toques de queda. Pero en el resto, “no hay grandes razones para decretarlo y la gente puede ir a trabajar. No creo que el hecho de que vayan a trabajar tendrá impacto en las medidas que estamos tomando”, añadió.

De hecho, la pandemia está provocando una subida espectacular del desempleo. En las dos últimas semanas más de tres millones de estadounidenses debieron acudir al subsidio de desempleo. Según cifras del Departamento de Trabajo, divulgadas el pasado miércoles, el estado de la Florida, que en los últimos veinte años ha registrado un promedio inferior a 19.000 pedidos de subsidio, solo en lo que va de marzo ya registra 74.021.

Al final del día viernes Florida registraba ya 3.198 casos de coronavirus y 46 muertos (incluyendo los dos primeros de hoy en Miami-Dade). En Miami Dade hay además 869 casos de infección. Esta última cifra todavía le da un fuerte apoyo a Giménez para no decretar el toque de queda en le condado porque no llega al mínimo recomendado por la Casa Blanca, que es casi diez veces más grande.

Sin embargo, los médicos lo miran de una manera diferente. En parte por el promedio de edad de sus habitantes, pero también porque las pruebas de detección caminan muy lentas pese a que se crearon lugares para llevarlas a cabo en instalaciones públicas, como el estadio de los Marlins, en Miami. “Está bien que lo hagan, pero no que atiendan a la gente en cantidades limitadas y los resultados vayan a tardar hasta diez días”, explicó el doctor Mark O. Little. “Con esta lentitud y falta de recursos, no vamos a tener pronto una idea del tamaño de la pandemia en el estado”.

Hasta ahora, alrededor de doscientas ciudades en Estados Unidos han pedido con urgencia máscaras, respiradores y varios equipos para una situación de emergencia ante el aumento de los casos, se supo este miércoles tras un sondeo llevado a cabo por la Conferencia de Alcaldes de Estados Unidos. Más del 90% de las ciudades del país –192 en realidad–, han dicho que no disponen del material suficiente para enfrentar la pandemia, ni para atender los enfermos o proteger a quienes los cuidan: como policías, bomberos, médicos y enfermeros. Lo mismo sucede con los kits de pruebas. Además, el 82% alertó que no dispone de la cantidad necesaria de ventiladores.

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