Durante la tercera noche de la Convención Nacional Demócrata, el expresidente Barack Obama pronunció un enérgico discurso desde el Museo de la Revolución Americana, en Filadelfia, lugar seleccionado para ilustrar una de las ideas centrales de su mensaje a la nación y al mundo: que su sucesor en la Oficina Oval constituye una amenaza para la democracia.
Los estadounidenses deben esperar que el presidente sea un custodio de la democracia, dijo. “Como mínimo, deberíamos esperar que un presidente tenga un sentido de responsabilidad por la seguridad y el bienestar de los 330 millones de nosotros, independientemente de cómo nos veamos, cómo adoramos, a quién amamos, cuánto dinero tenemos o por quién votamos. Pero también debemos esperar que un presidente sea el custodio de esta democracia”, expresó.
Y señaló: “Debemos esperar que independientemente del ego, la ambición o las creencias políticas, el presidente preservará, protegerá y defenderá las libertades y los ideales por los que tantos estadounidenses marcharon, fueron a la cárcel, lucharon y murieron”.
Si bien en general Obama ha evitado criticar de manera directa a Trump, en parte como resultado de un pacto no escrito entre expresidentes, esta vez fue directo al grano y a tono con una Convención que no se ha movido por medias tintas acerca de este y otros temas: “Donald Trump no ha crecido en el trabajo porque no puede”, dijo. “Y las consecuencias de ese fracaso son graves: 170.000 estadounidenses muertos. Millones de trabajos desaparecidos. Nuestros peores impulsos se desataron, nuestra orgullosa reputación en todo el mundo disminuyó gravemente y nuestras instituciones democráticas fueron amenazadas como nunca antes”.
“Esperaba, por el bien de nuestro país, que Donald Trump pudiera mostrar algún interés en tomarse el trabajo en serio; que pudiera llegar a sentir el peso del cargo y descubrir algo de reverencia por la democracia que se había puesto a su cuidado. Pero nunca lo hizo. Durante casi cuatro años no ha mostrado interés en hacer el trabajo, no ha mostrado interés en encontrar puntos comunes, no ha mostrado interés en usar el asombroso poder de su oficina para ayudar a nadie más que a sí mismo y a sus amigos, no ha mostrado ningún interés en tratar a la presidencia como algo más que un reality show que puede usar para obtener la atención que anhela”.
Concluyó su discurso con un llamado a la acción al solicitarle a los estadounidenses votar y comprometerse con el proceso democrático. “Pueden darle un nuevo significado a nuestra democracia. Pueden llevarla a un lugar mejor”, dijo. “Ustedes son el ingrediente que falta, los que decidirán si Estados Unidos se convierte o no en un país a la altura de su credo”.
“Tenemos que ponernos ocupados construyéndolo, poniendo todo nuestro esfuerzo en estos 76 días y votando como nunca antes, por Joe y Kamala […] para no dejar dudas sobre sobre lo que representa este país que amamos”, dijo.
Una advertencia suya resonó de mil maneras en medio de un país dividido y polarizado: la administración Trump “ha demostrado que derribará nuestra democracia si eso es lo que necesitan para ganar”.