Obama en la Florida, en busca de una ola azul

La visita del ex presidente aviva la campaña demócrata en las elecciones de medio término.

El público recibe a Obama en Miami. Foto: Marita Pérez Díaz.

El público recibe a Obama en Miami. Foto: Marita Pérez Díaz.

Mientras todos vestían de azul con el nombre de Andrew Gillum o Bill Nelson, una señora lucía un pulóver negro con una foto de Obama y un cartel de “Missing”. Un texto describía al ex presidente, especificaba que era un hombre carismático y que provocaba la risa fácilmente. Al final solicitaba a quien lo encontrara que, por favor, lo devolviera a la Casa Blanca.

“I miss him”, me dijo dos horas antes de que Barack Obama hablara en el Ice Palace Film Studio de Miami este 2 de noviembre, en la recta final de la campaña demócrata para las elecciones de medio término.

La nostalgia por el ex presidente estadounidense movilizó a mujeres con niños pequeños, personas en sillas de rueda o con perros guías, gente de todos los colores y aspectos, que esperaban por Obama como si estuviera por salir su cantante favorito. Canciones de Camila Cabello y alguna que otra de reguetón, ayudaban a darle a la espera un sabor festivo.

Un poco antes de llegar al evento, había leído que las encuestas favorecían al candidato demócrata al Senado Bill Nelson, dos puntos por encima de Rick Scott, el gobernador saliente de la Florida. El margen de error era de 2 puntos, por lo que virtualmente se considera empate. Lo mismo ocurre con la carrera por la gobernación entre Andrew Gillum (demócrata) y Ron Desantis (republicano): no hay forma de saber hasta el mismo día de las votaciones.

A solo cuatro días de las elecciones legislativas, la “fiesta” es parte de los últimos esfuerzos del Partido Demócrata por conseguir el voto de las personas indecisas. Días atrás el presidente Donald Trump también pisaba suelo floridano para incentivar la campaña republicana y solo 24 horas antes el Asesor de Defensa Nacional, John Bolton, anunciaba nuevas medidas contra Cuba, Nicaragua y Venezuela en la Torre de la Libertad.

“Welcome to the 305, ¡bienvenidos a Miami!”, fueron las palabras que iniciaron una larga presentación de personalidades políticas, entre ellas las candidatas al Congreso por los distritos 25 (Mary Barzee Flores), 26 (Debbie Macassell-Powell) y 27 (Donna Shalala).

En el podio, donde con letras grandes y en fondo azul se leía Winning Ticket (ticket ganador) el candidato a vicegobernador Chris King entusiasmaba al público con el anuncio de que “Obama is in the house” (Obama está en la casa), mientras contaba que no solo lo une a Gillum la política, sino que ambos tienen tres hijos y “esposas fuertes”.

La última vez que un demócrata gobernó la Florida, King estaba en cuarto grado y Gillum en la preparatoria.

La trifecta (cuando un solo partido domina los tres poderes) se ha mantenido desde 1993, con solo algunas excepciones. El partido Republicano ha dominado la oficina del gobernador, el Senado y la Cámara de Representantes durante todos estos años.

“We believe in blue!” y “Bring it home!” coreaban todo el tiempo los asistentes al evento. Creían en el color azul, el color del partido demócrata y querían “traer a casa” la victoria, la gobernación…

Tres líderes religiosos –un cristiano, un judío y un musulmán– rezaron juntos y lamentaron los actos de odio de los últimos días, el tiroteo masivo en Pittsburg, el asesinato de dos afrodescendientes en Kentucky y los paquetes-bomba enviados a figuras demócratas prominentes. Los tres terminaron diciendo la frase de la campaña, que no se dejó de oír en toda la tarde: “Bring it home!”

Tom Pérez, actual presidente del Partido Demócrata en la Florida invitó a votar en nombre de “los Estados Unidos de América, no los Estados DES-Unidos de América”. Pérez quizás se mantiene preocupado por lo que ocurrió hace cuatro años en las anteriores elecciones legislativas, cuando menos de una cuarta parte de los hispanos demócratas votaron en Florida.

Andrew Gillum, quien podría convertirse en el primer gobernador negro del Estado más al sur de la Unión, salió ante un público que lo recibió con ovaciones. Gillum dijo que hizo campaña en los condados sin importar el color del partido dominante, fue a algunos rojos, bien al norte, porque “también (quiere) ser su gobernador”.

Gillum dijo que podría expandir la ayuda médica hasta a 800,000 personas y que “el tiempo en que la Asociación Nacional del Rifle gobernaba Tallahassee se acabó”.

Obama, anunciado como el “forever President”, salió directo a saludar a Nelson y a Gillum, y a convencer entre anécdotas y bromas, de por qué el carismático Gillum debería ser el gobernador.

El primer afroamericano presidente tocó los temas más polémicos de la campaña: seguros médicos, violencia con armas de fuego, inmigración, escuelas y salarios dignos.

Una mujer de 40 años llamada Kristin Deprey y con problemas de rodilla, se paró varias veces de su asiento para aplaudir las palabras de Obama. Deprey vino desde Tampa para verlo, porque al tener una enfermedad pre-existente, el tema de la campaña es muy imporante para ella. “Es algo en lo que te acuestas pensando cada noche”, dijo.

Kristin Deprey. Foto: Marita Perez Diaz.
Kristin Deprey. Foto: Marita Perez Diaz.

Las personas rieron mucho y aplaudieron, sobre todo, cuando Obama les dijo que estas eran las elecciones más importantes de su vida. “Sé que todos los políticos siempre dicen eso, pero esta vez es verdad. El carácter del país está en juego”.

Cuando criticó la política de Trump hacia Cuba, hubo exclamaciones de apoyo. Hubo mucha reacción cuando habló del problema de vivir en la Florida y enfrentar el cambio climático, o cuando criticó la política de separar los hijos de sus padres en la frontera.

En varias ocasiones, Obama fue interrumpido por oponentes que se encontraban en el público. Pero, como es usual en él, trató con respeto a personas que fueron a insultarlo. Tres veces interrumpió su discurso hasta que se calmaran los ánimos.

El presidente del Partido Demócrata en la Florida hizo estallar en gritos al auditorio: “¿Qué tienen en común Barack Obama y Donald Trump? Ahora mismo nada, pero en 2020 sí: ambos serán ex presidentes”.

Obama seguirá su viaje rumbo a Georgia para continuar con la campaña, en búsqueda de una “ola azul” que, sin importar lo que digan las encuestas, no se decide hasta el próximo martes 6 de noviembre.

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