Renuncia secretario de Trabajo de EEUU, de origen cubano

Alexander Acosta decidió renunciar luego de que le llovieron críticas por la forma en que manejó en 2008 un acuerdo secreto con el adinerado financista Jeffrey Epstein, acusado de haber abusado sexualmente de decenas de niñas y menores de edad.

El presidente Donald Trump habla con la prensa junto al hasta ahora secretario de Trabajo Alex Acosta en la Casa Blanca el viernes 12 de julio de 2019 en Washington. Foto: Andrew Harnik / AP.

El presidente Donald Trump habla con la prensa junto al hasta ahora secretario de Trabajo Alex Acosta en la Casa Blanca el viernes 12 de julio de 2019 en Washington. Foto: Andrew Harnik / AP.

El secretario de Trabajo de Estados Unidos, Alexander Acosta, de origen cubano, presentó su renuncia este viernes, para sumarse a la larga lista de bajas sufridas por el gobierno de Donald Trump.

Acosta decidió renunciar luego de que le llovieron críticas por la forma en que manejó en 2008 un acuerdo secreto con el adinerado financista Jeffrey Epstein, acusado de haber abusado sexualmente de decenas de niñas y menores de edad.

Trump anunció la noticia el viernes con Acosta a su lado en la Casa Blanca, poco antes de que el presidente estadounidense partiera a Wisconsin y Ohio. Dijo que el funcionario había sido un “gran” secretario de Trabajo y añadió que él no le había pedido la renuncia.

“Lamento que esto suceda”, dijo Trump.

Alex Acosta dijo que concretaría su renuncia dentro de siete días y que no le parecía correcto que su manejo del caso Epstein lo distrajera de sus funciones al frente de la cartera laboral.

“Lo que quiero decir es que tenemos una economía fantástica y que se trata de enfocarse en la creación de empleos”, acotó.

Acosta, nacido en Miami en una familia de origen cubano, era el fiscal federal de esa ciudad cuando supervisó un acuerdo de no enjuiciamiento con Epstein en 2008. Epstein evitó los cargos federales y pasó 13 meses en la cárcel.

Cargos similares presentados recientemente contra Epstein por fiscales federales en Nueva York pusieron bajo un nuevo escrutinio el papel de Acosta en el acuerdo de 2008.

Por este motivo, legisladores y precandidatos presidenciales demócratas habían exigido la renuncia de Acosta y un juez federal dijo que el acuerdo violaba la ley federal porque no se notificó a las víctimas. El Departamento de Justicia investiga ese aspecto.

Después de defender inicialmente a Acosta, Trump dijo que estudiaría “muy cuidadosamente” el acuerdo de 2008.

La investigación de ese acuerdo comenzó meses atrás luego de un informe en el diario Miami Herald.

Epstein, de 66 años, llegó a un acuerdo secreto para poner fin a una investigación federal por el abuso sexual de al menos 40 menores de edad que hubiera podido enviarlo a la cárcel de por vida. Se declaró culpable de cargos estatales, indemnizó a las víctimas y quedó registrado como delincuente sexual.

Acosta había tratado de limpiar su nombre y alentado por Trump realizó una conferencia de prensa para defender sus acciones. Sostuvo con argumentos legales que su oficina había logrado el mejor acuerdo posible en el momento, teniendo en cuenta el bienestar de las víctimas.

“Hicimos lo que hicimos porque queríamos ver a Epstein en la cárcel”, dijo. “Creemos que procedimos de manera apropiada”.

Ante la insistencia de la prensa, Acosta reiteró que las circunstancias habían cambiado.

“Ahora tenemos 12 años de conocimiento y mirada retrospectiva y vivimos en un mundo muy distinto”, dijo. “El mundo de hoy trata a las víctimas de manera muy distinta”.

Cuando los procuradores federales en Nueva York anunciaron esta semana que presentaban nuevos cargos contra Epstein, Acosta tuiteó que estaba “complacido” por la decisión.

“Los delitos graves cometidos por Epstein son horrendos”, tuiteó Acosta. “Con las pruebas disponibles hace más de una década, los fiscales federales insistieron que Epstein fuera a la cárcel, se registrara como delincuente sexual y advirtiera al mundo que era un depredador sexual”.

“Ahora que se dispone de nuevas pruebas y testimonios adicionales, la fiscalía de NY tiene una oportunidad importante de hacer justicia más plenamente”.

Acosta asumió a principios de 2017 al frente de la secretaría de Trabajo, un departamento que vela por la aplicación de más de 180 leyes federales que abarcan a unos 10 millones de empleadores y 125 millones de trabajadores.

Había enfurecido a algunos conservadores que reclamaban su partida desde mucho antes del escándalo Epstein. Objetaban sus decisiones de hacer lugar a demandas laborales por discriminación y conservar en sus puestos a funcionarios que venían de la presidencia de Barack Obama.

Acosta es un exfiscal federal y jefe de derechos civiles, graduado en la prestigiosa escuela de leyes de Harvard. Antes de entrar al gobierno era decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Internacional de Florida.

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