El cubanoamericano que ganó Iowa

 

El senador por Texas de origen cubano Ted Cruz venció al magnate Donald Trump con el 27,7{bb302c39ef77509544c7d3ea992cb94710211e0fa5985a4a3940706d9b0380de} del voto de los electores republicanos presentes en los caucuses o asambleas nominativas efectuadas en el estado de Iowa, primer paso en la selección de los nominados a la presidenciales de los principales partidos políticos de Estados Unidos.

Su victoria desmintió el mito creado por las encuestas acerca de la popularidad de Trump, quien tuvo que conformarse con el 24,3{bb302c39ef77509544c7d3ea992cb94710211e0fa5985a4a3940706d9b0380de} de los boletas y un segundo lugar. Apenas un punto por debajo quedó otro senador cubanoamericano, Marco Rubio, quien cumplió con sus expectativas: tercero con el 23{bb302c39ef77509544c7d3ea992cb94710211e0fa5985a4a3940706d9b0380de} y muy por encima de los aspirantes menos afortunados, como el ex gobernador de La Florida Jeb Bush o el neurocirujano Ben Carson.

Rafael Edward ‘Ted’ Cruz fue el primer político que en 2015 presentó su candidatura a la Casa Blanca. Empieza el camino a la nominación de su partido con una victoria, pero tendrá que conquistar otros estados.

Ganar Iowa posee una carga simbólica. Le ofrece visibilidad y reconocimiento entre el electorado republicano en el inicio mismo de la carrera electoral, aunque no es un resultado determinante durante el resto del proceso. Ni John McCain (candidato presidencial republicano en 2008) ni Mitt Romney (en 2012) tuvieron suerte en ese estado, una derrota que poco influyó en su exitoso desempeño posterior. En 1980, Ronald Reagan perdió en Iowa frente a quien luego sería su vicepresidente y sucesor en la presidencia, George Bush (padre).

El Comité Nacional Republicano ya advirtió que se preparan para el caso de que ningún aspirante gane suficientes estados como para conquistar la nominación del partido en las primarias. De ocurrir esta extraña eventualidad, la selección del candidato del Grand Old Party (GOP) a la presidencia quedaría en manos de la Convención Nacional, donde se reunirán los delegados elegidos en las primarias junto a los políticos que representen.

Un acontecimiento de este tipo no se ve desde 1976. En ese año, Reagan intentó sin éxito arrebatarle la nominación republicana al entonces presidente Gerard Ford.

En las próximas semanas, Ted Cruz, Donald Trump y Marco Rubio tendrán que demostrar dos veces más su liderazgo entre los electores de su partido, en los estados de Nueva Hampshire y Carolina del Sur. Las encuestas engañaron a Trump, pero no decepcionaron a Rubio, cuya campaña espera sobrevivir el tiempo necesario para escalar del tercer lugar hacia la cima de la carrera por la nominación presidencial del partido.

La posición de Ted Cruz respecto a Cuba es la estándar del conservador inconforme con la normalización, pero sin priorizarlo tanto como su rival Marco Rubio. Al inaugurarse la embajada estadounidense en La Habana, Cruz se unió al coro de republicanos críticos con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, apuntando que el presidente Barack Obama prefería abrir una sede diplomática en la capital cubana, pero no en Jerusalén, capital de facto del estado de Israel.

Confía en Ted

Ted Cruz tiene 45 años de edad, nació en Canadá, hijo de una ciudadana estadounidense y de un cubano procedente de la ciudad de Matanzas, Rafael Cruz, quien viajó a Estados Unidos en 1957 para estudiar en la Universidad de Austin (Texas) y permaneció en ese país tras el triunfo de la Revolución liderada por Fidel Castro. El lugar de nacimiento del senador es objeto de polémica, reactivando el debate sobre si la ciudadanía por nacimiento (uno de los requisitos constitucionales para ser presidente) se obtiene en el territorio del país o través de, al menos, uno de los padres.

Su herencia cubana forma parte de la narrativa de su campaña, pero sin convertirlo en un pretexto para un proyecto de política exterior, como hace Marco Rubio. Su padre, Rafael Cruz, dice haber militado en el Movimiento 26 de Julio, organización encabezada por Fidel Castro para la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista en la segunda mitad de los años cincuenta. El diario The New York Times envió un reportero a la isla con la intención de comprobar algunas de las historias revolucionarias referenciadas por Cruz padre. Descubrió que sus contemporáneos desmentían las anécdotas contadas en libros, discursos y entrevistas a la prensa.

Como político estadounidense de origen cubano, Ted Cruz es casi un extraño entre sus pares con similar ascendencia. Hasta su elección, los legisladores con familia procedentes de la isla más grande del Caribe salían de los electorados del sur de La Florida o de Nueva Jersey, cuyas comunidades cubanoamericanas tienen ahora dos senadores y cuatro representantes en el Congreso.

Posee entre sus credenciales el hecho de ser un político marcadamente opuesto a Obama y menos cooperativo que Marco Rubio, quien al menos colaboró con colegas senadores demócratas para patrocinar una reforma migratoria. Es un enemigo de la reforma de salud promulgada por la actual Administración, pero aplicó a un seguro médico a través de ese sistema, porque, según sus palabras, “esa es la ley”.

Graduado de Princeton y Harvard, dio clases en la Escuela de Derecho de la Universidad de Texas. Trabajó como procurador general de ese estado junto al entonces fiscal general y ahora gobernador Gregg Abbott, quien viajó a Cuba en diciembre de 2015 en una misión de negocios.

Ted Cruz es visto como un candidato del movimiento conservador Tea Party, pero no del establishment o élite republicana: esa posición corresponde a Marco Rubio.

 

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