El dilema de besar en tiempos de coronavirus

Los besos amistosos en la época del coronavirus se han convertido en una preocupación, especialmente en el efusivo sur de Europa, donde quizás tengan que cambiar las costumbres. Pero incluso los norteños más reservados están lidiando con renunciar al sagrado apretón de manos.

Una pareja se quita las mascarillas de seguridad y se besa mientras espera el transporte público en Shanghái, China. Foto: Liu Xingzhe / EFE:

Una pareja se quita las mascarillas de seguridad y se besa mientras espera el transporte público en Shanghái, China. Foto: Liu Xingzhe / EFE:

Besar o no besar. Ese parece ser el dilema en tiempos en que el coronavirus Covid-19 se expande rápidamente y provoca la alarma de las personas en todo el mundo.

Una respuesta valiente la dio esta semana el presidente francés, Emmanuel Macron, cuando se acercó a saludar con un beso en la mejilla al primer ministro italiano Giuseppe Conte, no una sino en dos ocasiones durante una cumbre en la ciudad de Nápoles.

Sus besos, más que un saludo, fueron una señal para que los ciudadanos no teman a sus vecinos mientras el coronavirus se propaga por Europa, con Italia como la nación más afectada. Allí se habían reportado hasta este domingo más de 1.500 casos y 34 fallecidos, el tercer país con más decesos hasta la fecha, detrás de China e Irán.

Los besos amistosos en la época del coronavirus se han convertido en una preocupación, especialmente en el efusivo sur de Europa, donde quizás tengan que cambiar las costumbres. Pero incluso los norteños más reservados están lidiando con renunciar al sagrado apretón de manos.

El comisionado especial de Italia para el coronavirus, Angelo Borrelli, sugirió que la efusividad de los italianos podría estar contribuyendo a la propagación del virus. Pero no ha habido edictos oficiales sobre la costumbre social de los besos, que según los sociólogos está enraizada en la cultura mediterránea italiana, así como en su sólida estructura familiar y social.

“Tenemos una vida social colectiva que es muy florida, muy expansiva. Tenemos mucho contacto, nos damos la mano, nos besamos, nos abrazamos”, dijo Borelli a los periodistas. «Tal vez es mejor en este período no darse la mano, y no tener demasiado contacto, y tratar de ser un poco menos expansivo, que es diferente de cómo soy”.

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Por su parte, el ministro francés de Salud, Olivier Veran, recomendó el sábado a las personas que reduzcan la «bise», la costumbre en este país y en otras partes de Europa saludar con besos en las mejillas, además de estrechar la mano. Francia, que ha tenido 100 casos y dos muertes hasta el momento, y donde este domingo se tomó la medida de cerrar el concurrido Museo del Louvre, hizo una recomendación similar durante la epidemia de gripe porcina hace una década.

En España, donde los besos en las mejillas también están muy arraigados, hasta ahora continúa la práctica sin cesar. En esta nación se han reportado 71 infecciones por coronavirus. Mientras, en Alemania –con 66 casos de Covid-19– donde se enseña a los niños a estrechar la mano con fuerza para demostrar la personalidad, los expertos en salud están aconsejando dejar la etiqueta tradicional.

En total, hasta este domingo se registraban más de 85.000 casos confirmados de la enfermedad y más de 2.900 muertos. China, Corea del Sur, Italia, Japón e Irán, son las naciones más afectadas, en tanto países como Nigeria, Ecuador, Mónaca y República Dominicana reportaron ya su primer caso.

AP / OnCuba

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