Pedro Sánchez estaría enfrentando un golpe de lawfare y sopesa dimitir

El presidente español acusa a la derecha y ultraderecha de instrumentar un caso judicial contra su esposa a partir de denuncias mediáticas de corrupción y tráfico de influencias.

Presidente del gobierno español Pedro Sánchez y su esposa, Begoña Gómez. Foto: LaSexta

España estará en vilo hasta el próximo lunes, cuando el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, anunciará su decisión de continuar o terminar en el cargo al frente del Ejecutivo.

En una carta sin membrete, dirigida a la ciudadanía y publicada este miércoles en su cuenta en la red X, el político socialista de 52 años informó que sopesaba si seguir o no en el cargo ante la campaña de “acoso y derribo” que sufre junto a su familia.

“Un juzgado de Madrid ha abierto diligencias previas contra mi mujer, Begoña Gómez, a petición de una organización ultraderechista llamada Manos Limpias, para investigar unos supuestos delitos de tráfico de influencias y de corrupción en los negocios”, escribió Sánchez, cuyo primer gobierno se inauguró en 2018.

El líder de izquierda, fuertemente acosado por la derecha local desde su más reciente investidura en noviembre pasado, involucró en los hechos a los máximos dirigentes del Partido Popular y Vox,  Alberto Núñez Feijóo​ y Santiago Abascal, respectivamente, quienes estarían detrás de ese “atropello tan grave como burdo”.

Ambos, dijo Sánchez, “son colaboradores necesarios junto a una galaxia digital ultraderechista y la organización Manos Limpias”, un grupo de ultraderecha cuyos  líderes llegaron a ser condenados a la cárcel y luego absueltos por extorsionar a entidades financieras.

Según Manos Limpias, Begoña Gómez, durante su dirección del IE Africa Center, un centro académico europeo centrado en los estudios africanos que pertenece al Instituto de Empresa (IE), cometió tráfico de influencias, entre otras irregularidades como favorecer a determinadas empresas.

Lawfare cantado

El jefe del Gobierno español dijo que aprovechando la mayoría conservadora en el Senado, Feijóo y Abascal impulsaron una comisión de investigación para, según dicen, esclarecer los hechos relacionados con este asunto.

“Como es lógico, faltaba la judicialización del caso. Es el paso que acaban de dar”, subrayó el mandatario.

Sánchez, quien tomó la decisión sin consultar a sus colaboradores políticos más cercanos según narró El País, aseguró que su esposa ·defenderá su honorabilidad y colaborará con la justicia en todo lo que se la requiera para esclarecer unos hechos tan escandalosos en apariencia como inexistentes”.

Apoyos al presidente

De momento, el jefe de Gobierno ha cancelado toda su agenda pública y luego del anuncio de su eventual dimisión se reunió en el Palacio de la Moncloa con varios miembros de su ejecutivo y dirigentes del PSOE.

Durante el encuentro se intercambiaron puntos de vista ante la situación generada por el hecho de que un juzgado de Madrid haya abierto diligencias de investigación contra Gómez por la supuesta comisión de delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios tras la denuncia de Manos Limpias.

Sánchez ha sido arropado por una infinidad de declaraciones de apoyo de políticos españoles, entre ellos la presidenta del Congreso, Francina Armengol, y la líder del partido Sumar y vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, quien llamó a defender la democracia y la legitimidad del ejecutivo de coalición.

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Probable futuro inmediato

En el supuesto de que Sánchez renuncie al cargo, el artículo 101 de la Constitución española tiene previsto el caso de una dimisión o fallecimiento del jefe del ejecutivo o de una pérdida de confianza parlamentaria, como podría ser una moción censura.

“El Gobierno cesa tras la celebración de elecciones generales, en los casos de pérdida de la confianza parlamentaria previstos en la Constitución, o por dimisión o fallecimiento de su presidente”, según la ley fundamental española.

En este caso, la dimisión del jefe del Ejecutivo conllevaría que todo el gabinete continuaría en funciones hasta que se nombre un nuevo presidente del Gobierno.

Ello significa que el Ejecutivo estaría limitado en sus atribuciones, sin capacidad para legislar, al igual que sucede después de unas elecciones generales y antes de elegir al nuevo Gobierno, explicó un informe de la agencia española EFE.

El Congreso de los Diputados sería el encargado de elegir a un nuevo presidente en un procedimiento idéntico al de las investiduras que se celebran tras unas elecciones generales.

El rey convocaría una ronda de consultas con los portavoces de los partidos con representación en la cámara baja del Parlamento y, tras escuchar sus opiniones, designaría un candidato a presidente del Gobierno.

En esta hipótesis, el candidato designado por el rey para suceder a Pedro Sánchez se sometería a un debate de investidura y posterior votación.

 

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