En Madrid se congeló todo menos el corazón

Compartir alimentos ha sido otra de las muestras solidarias, ya que algunos no habían previsto la gran nevada, la mayor de los últimos 50 años; no disponían de víveres suficientes ni podían comprarlos porque muchos establecimientos no abrieron debido a los efectos del temporal.

Varios voluntarios despejan con palas el acceso a una de las entradas del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, cubierto de una gruesa capa de nieve tras el paso de la borrasca Filomena. Foto: David Fernández/EFE

La solidaridad vecinal demostrada durante la pandemia de la COVID-19 reapareció en Madrid por medio de las redes sociales como plataforma para resolver los contratiempos causados por la gran nevada que dominó la ciudad entre el viernes y el sábado, dejando calles y carreteras intransitables, así como interrumpiendo los accesos de numerosos edificios.

La capital de España no sólo se convirtió en una improvisada estación de esquí o en un campo de batalla de bolas de nieve, también volvió a enseñar su cara más amable.

Foto: twitter.com/mas_centro

Los grupos de whatsapp que se crearon para colaborar durante el confinamiento obligatorio de la primavera pasada fueron otra de las herramientas utilizadas para ayudarse durante las inclemencias de la tormenta Filomena, que afecta a gran parte del país con nieve, lluvia y viento.

COMPARTIR ALIMENTOS

En un inmueble centenario del centro de Madrid, algunos de sus habitantes se quedaron sin agua por la congelación de las tuberías y alertaron de la situación con mensajes de WhatsApp: “Enseguida los vecinos que sí tenían corriente nos trajeron baldes, cantimploras y garrafas llenas. Por suerte, la situación se ha solventado”, relata a EFE María, una de las afectadas.

Compartir alimentos ha sido otra de las muestras solidarias, ya que algunos no habían previsto la gran nevada, la mayor de los últimos 50 años; no disponían de víveres suficientes ni podían comprarlos porque muchos establecimientos no abrieron debido a los efectos del temporal.

No sólo eso, también han limpiado los accesos a los garajes y esparcido sal en los portales de las comunidades de vecinos para evitar los temidos resbalones.

A primera hora de este domingo, los vecinos del populoso barrio de Lavapiés salieron a las calles para rociarlas con sal, sobre todo en las entradas de las viviendas, y comenzar la retirada de la calzada de algunos de los árboles caídos.

DESPEJAR LA ENTRADA DE HOSPITALES

“Traed palas”. Es el mensaje que corre en las redes sociales para limpiar las calles lo antes posible y evitar que la nieve se convierta en hielo, ya que una ola de frío intenso llega este lunes, según cuentan a Efe responsables de la Federación Regional de Vecinos de Madrid (FRAVM).

A pesar de que la novedad de la nieve (este fenómeno es muy poco frecuente en la ciudad de Madrid) ha ocultado por unas horas el impacto informativo de la pandemia del coronavirus, ésta sigue presente.

Son muchos los que se han preocupado de que las entradas a centros sanitarios queden libres lo antes posible para facilitar el acceso de profesionales y enfermos.

En el distrito de Retiro, la asociación cultural Hacenderas o la de vecinos Los Pinos han organizado una convocatoria en las inmediaciones del hospital Gregorio Marañón para retirar la nieve acumulada.

También en otros barrios y distritos se han sucedido las batidas ciudadanas de limpieza. Otro movimiento, SOS 4×4, pone vehículos todoterreno a disposición del personal sanitario y de los pacientes con dificultad para poder trasladarse.

En el pueblo de Torrelodones, propietarios de este tipo de automóviles, preparados para la nieve, se pusieron al habla con el Ayuntamiento local y crearon un canal de Telegram para ofrecerse.

Los aplausos virtuales se propagaron en las las redes sociales para agradecer el esfuerzo de los profesionales médicos y de enfermería que se desplazaron a sus puestos de trabajo a pesar de las dificultades.

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Un médico residente de Cirugía Torácica y Cardiaca del hospital Puerta del Hierro recorrió entre la nieve más de veinte kilómetros para poder hacer su guardia.

Otros ejemplos de solidaridad surgieron de la improvisación ante el colapso de las comunicaciones, como los grupos de personas que empujaban autobuses urbanos de viajeros que no podían circular a causa de la nieve.

Y también hubo imágenes tiernas, como la compartida en Twitter de un hombre que baja a la calzada para escribir en la nieve un mensaje de amor a su mujer, que observaba desde el balcón y gritaba preocupada: “Cariño, ten cuidado, que te vas a caer”.

Ana Márquez/EFE

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