¿Qué busca Fabius en La Habana?

Francia quiere regresar a Cuba y superar su noveno puesto en la lista de socios comerciales de la Isla. Empresarios franceses encuentran en la Ley de Inversión Extrajera un gran incentivo para incrementar su presencia en la nación caribeña

Cuba cambia y ante el toque de campanas, muchos inspirados y deseosos de participar en las transformaciones, miran a la nación caribeña. La aprobación de la nueva ley de Inversión Extranjera, el pasado 29 de marzo, por el Parlamento, es uno de los incentivos más tentadores que han encontrado muchos empresarios ávidos de enriquecer sus listas de reservorios de inversiones.

Ante el empuje de muchos países latinoamericanos y de otras latitudes en hacer o incrementar sus negocios en Cuba, Francia no quiere quedarse atrás, y desea aumentar sus relaciones comerciales con la Isla, que hoy tienen un valor sobre los 390 millones de dólares anuales. También se plantea escalar aún más en la lista de socios comerciales de Cuba, en la que hoy ocupa el noveno lugar.

Por eso, la visita relámpago del Ministro de Asuntos Exteriores galo, Laurent Fabius, a La Habana, el sábado pasado, cuando poco después de su llegada a la nación caribeña, se reunió con el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla. Un encuentro en el que, según pudimos constatar los periodistas que estuvimos presentes en la parte inicial de la conversación —abierta a la prensa—, predominaron ideas comunes como el interés por fortalecer los vínculos económicos y comerciales.

De acuerdo con declaraciones publicadas en el sitio oficial de la cancillería francesa, Fabius busca «promover las alianzas entre las empresas de nuestros dos países y apoyar a las sociedades francesas que deseen desarrollar proyectos o establecerse en Cuba».

«He venido a Cuba para dar un nuevo impulso a los intercambios económicos y comerciales. Francia es el noveno socio comercial de Cuba en campos muy variados. Pero podemos y debemos hacer más. Es la razón por la cual vine acompañado de representantes de empresas», aseguró Fabius en un encuentro con la comunidad francesa y diplomáticos en la residencia de París en La Habana.

Se trata de una visita que, a pesar de que solo transcurrió en una pocas horas, su importancia podemos calibrarla muy bien si tenemos en cuenta que constituye la primera estancia de un jefe de la diplomacia gala en Cuba, después de 31 años.

Durante su corta estadía en La Habana, Fabius asistió a la inauguración de una oficina de Ubifrance, un establecimiento público destinado a apoyar a las empresas galas interesadas en abrirse camino en el mercado cubano.

Según fuentes oficiales francesas, unas 60 firmas galas están activas en Cuba, ya sea a través de asociaciones con entidades locales, mediante oficinas de representación, sucursales o de sociedades en manos de franceses instalados en este país.

Entre los grandes grupos empresariales instalados en Cuba se encuentran Accor, Nouvelles Frontiéres y Fram-Voyages, en el turismo; Bouygues, en obras públicas; y Total, en el área de la energía. Asimismo, las aerolíneas Air France y Corsair realizan vuelos entre las dos naciones.

«Los representantes de las empresas francesas me han hablado de las expectativas que representa la ley sobre las inversiones extranjeras que acaba de ser adoptada. A estos pioneros se añadirán otros en los años venideros. Podrán apoyarse en la movilización de nuestra red diplomática y comercial», señaló Laurent Fabius.

Alrededor de 96 mil 600 franceses visitaron la nación caribeña en 2013, y en el primer trimestre del año en curso ha habido un ligero incremento, una tendencia que se espera continúe. A ello podría tributar la próxima Feria Internacional de Turismo de Cuba, prevista a realizarse en mayo, cuyo invitado de honor será Francia.

Por un mayor diálogo político

Laurent Fabius no solo tuvo el honor de ser el primer canciller galo en poner los pies en La Habana en 31 años, sino, fue también el primer canciller europeo que llega a este país desde que a inicios de marzo Cuba aceptó la propuesta de la alta representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Catherine Ashton —hecha el 10 de febrero—, para relanzar las negociaciones sobre la normalización de las relaciones.

Dentro de la UE, Francia es una de las naciones que ha abogado por derogar la denominada Posición Común, una política unilateral impuesta en 1996 por el bloque europeo a Cuba a propuesta del entonces presidente del gobierno español, José María Aznar, y cuyo borrador en inglés —ha denunciado Cuba—  había recibido de Washington.

Esa política limita las relaciones políticas y diplomáticas entre Bruselas y La Habana.

En ese sentido, Bruno Rodríguez Parrilla y Laurent Fabius coincidieron en su reunión del sábado en la importancia del proceso de negociación para un acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre la UE y Cuba, de acuerdo con la página web de la Cancillería Cubana (www.cubaminrex.cu)

En 2008, cuando ocupó la presidencia de la UE, Francia decidió eliminar las sanciones impuestas a Cuba por la Posición Común, la cual condicionó los vínculos a exigencias ajenas a las relaciones.

Cuba y la UE celebrarán la primera ronda de negociaciones de un acuerdo de diálogo político y cooperación los próximos 29 y 30 de abril en La Habana, según informó Bruselas. La primera sesión se centrará principalmente en «establecer las modalidades y una hoja de ruta para las negociaciones».

Durante su visita a La Habana, Laurent Fabius expresó el deseo de París de desarrollar fuertes vínculos en «el nivel político». Ello forma parte de una política exterior defendida por el gobierno de Francois Hollande, encaminada a reanudar las relaciones con América Latina y el Caribe. Dicha estrategia regional, advirtió Fabius, pasa por un afianzamiento de los vínculos con Cuba.

Para Fabius, como para muchos gobernantes del mundo, el liderazgo de La Habana no se puede desestimar, sobre todo cuando el objetivo es entrar con más fuerza en América Latina y el Caribe.

A finales de enero pasado, La Habana fue sede de la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), la que constituyó un éxito político y diplomático para Cuba por la alta convocatoria —casi la totalidad de los Jefes de Estado y de Gobierno asistieron a la cita—, así como por los resultados alcanzados y el reconocimiento explícito que tributaron a La Habana las naciones miembros de la Celac por su gestión al frente de la presidencia pro témpore de ese mecanismo de concertación política.

Además, en La Habana tienen lugar las conversaciones de paz entre el Gobierno de Colombia y la guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) con el objetivo de poner fin a medio siglo de guerra en la nación andina.

A pesar de la pretensión de incrementar los lazos políticos con el gobierno cubano manifestada por Fabius, el canciller galo afirmó que «desarrollar nuestro diálogo político no es pretender que estamos de acuerdo en todo».

«Trayectorias históricas evidentemente diferentes han de ser vinculadas a sensibilidades distintas». Y entre estos temas, mencionó la política internacional y los derechos políticos, aunque se refirió a avances de la Isla en materia de salud y educación, dos fortalezas del gobierno cubano.

Así, dijo lo que quería decir, aparentando no ser agresivo.

Fabius considera que ha habido cambios en Cuba, y se refiera a dos de ellos: la modificación de la Ley de Migración, que derogó el cuestionado procedimiento del permiso de salida (carta blanca), y que constituyó un gran impacto para los derechos ciudadanos; y la nueva Ley de Inversión Extranjera, que ofrece mayores incentivos al capital foráneo.

Por eso, asegura, la posición de la Unión Europea con respecto a Cuba ha evolucionado. Y el sábado recordó en La Habana que Francia es uno de los países que dentro de la UE impulsa al acercamiento con La Habana.

POR: JORGE LUIS RODRÍGUEZ GONZÁLEZ

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