Rusia alerta sobre una tercera guerra mundial

Estas declaraciones se producen tras el anuncio de EE.UU. sobre el envío de bombas de racimo a Kiev, y la posibilidad de que Ucrania se una a la OTAN.

Un soldado ucraniano dispara un mortero hacia posiciones rusas, en un lugar no revelado, región de Donetsk, al este de Ucrania. Foto: Oleg Petrasyuk / EFE / Archivo.

Rusia alertó este sábado sobre la posibilidad de una tercera guerra mundial como consecuencia de la escalada del conflicto con Ucrania y la pretendida entrada de su país vecino a la OTAN. 

La advertencia fue hecha por Dmitri Medvédev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, tras el anuncio de EEUU de enviar bombas de racimo a Kiev.

El también exvicepresidente afirmó que si se materializara la integración de Ucrania en la OTAN, esto significaría una “tercera guerra mundial”, reseña la agencia EFE.

En un mensaje en su canal de Telegram, Medvédev dijo que el presidente de EEUU, Joe Biden, a pesar de haber sacado a su país “vergonzosamente de Afganistán” y luego “arruinado la economía europea” y entregado cientos de toneladas de armas a Ucrania, ha desatado “un conflicto prolongado extremadamente peligroso con Rusia”.

“Ahora, después de haber agotado todos los recursos, promete bombas de racimo y vuelve a tentar a los neonazis en Kiev con la perspectiva de la OTAN, cuya realización significa una tercera guerra mundial”, sostuvo.

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Medvédev acusó a Biden de hacer esto para “dominar y limitar a otros países”, al tiempo que lo insultó llamándole “un anciano enfermo que sufre una demencia severa”, que “no sabe lo que hace”, reporta el medio español.

“¿O tal vez todo es diferente? Tal vez (…) simplemente decidió irse con gracia, provocando un Armagedón nuclear y llevándose a la mitad de la humanidad con él al otro mundo”, concluyó su arremetida contra Biden.

Las bombas de racimo

Ya Rusia había lanzado esa misma advertencia horas antes, a través del embajador ruso en Washington, Anatoli Antónov, luego de conocerse la intención de EE.UU. de dar bombas de racimo a Ucrania.

“Washington continúa aumentando las apuestas en el conflicto (…). La profunda participación de Estados Unidos en el conflicto de Ucrania, incluso sin municiones de racimo, nunca ha estado en duda”, escribió Antónov.

“Sin embargo, el nivel actual de provocaciones estadounidenses está realmente fuera de escala y acerca a la humanidad a una nueva guerra mundial”, afirmó el embajador, quien recalcó que EEUU “está tan obsesionado con la idea de derrotar a Rusia que no se da cuenta de la gravedad de sus acciones”.

A su juicio, con la ayuda militar que presta la Casa Blanca a Ucrania “solo provocan más bajas y prolongan la agonía del régimen de Kiev”.

El mundo posible

En opinión del diplomático, citada por EFE, las bombas de racimo “son un gesto de desesperación” y el suministro de EEUU de las mismas a Ucrania “hablan de la impotencia” de los socios occidentales de Kiev sobre la marcha de la guerra, que hoy cumple 500 días.

A su vez, la portavoz del Ministerio ruso de Exteriores, María Zajárova, recordó en su canal de Telegram las palabras de la ex secretaria de Prensa de la Casa Blanca Jen Psaki, quien habría dicho el 28 de febrero de 2022 que el uso de bombas de racimo “es un crimen de guerra”.

Las bombas de racimo se incluyen en un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania, según explicó ayer en una rueda de prensa el asesor de seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan.

Sullivan dijo que EE.UU. retrasó esta decisión todo lo que pudo, pero explicó que las tropas ucranianas necesitan munición de artillería convencional porque la cantidad que tienen disponible ha disminuido con la contraofensiva que su Gobierno lanzó a principios de junio para recuperar las zonas ocupadas por Rusia.

Según el funcionario, Ucrania dio a EE.UU. “hace algunas semanas” un texto en el que se comprometía a que sus Fuerzas Armadas solo usarán esas bombas de racimo en el campo de batalla y no en zonas urbanas donde pueda haber daño a los civiles.

La decisión de Washington ha provocado críticas de diferentes países, incluidos aliados como Alemania, y de organizaciones como Human Rights Watch (HWR), a quienes les preocupa el impacto de ese armamento sobre la población civil.

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