FBI no encuentra evidencia de “ataques acústicos”

El secretario de Estado norteamericano Rex Tillerson descartó el regreso de diplomáticos estadounidenses a La Habana por el momento. Foto: Cliff Owen / AP / Archivo.

El secretario de Estado norteamericano Rex Tillerson descartó el regreso de diplomáticos estadounidenses a La Habana por el momento. Foto: Cliff Owen / AP / Archivo.

Luego de meses de investigación y cuatro viajes de especialistas del FBI a la Isla, la División de Tecnología Operativa de la agencia afirmó en un informe que las pesquisas no encontraron evidencia de que ondas de sonido hubieran dañado la salud de estadounidenses, según conoció la AP. El reporte, con fecha del 4 de enero, no aborda otras teorías y afirma que el FBI continuará investigando “hasta que pueda mostrar que no hubo daño intencional”.

Sin embargo, el Secretario de Estado, Rex Tillerson, ha descartado por el momento el regreso de los diplomáticos estadounidenses a Cuba, en una entrevista con la agencia AP.

Tillerson dijo que de hacerlo, Estados Unidos estaría “poniendo a personas intencionalmente en peligro”, a pesar de que un nuevo informe del FBI pone en duda la teoría de que los funcionarios de la embajada en La Habana hayan sufrido “ataques acústicos”.

Nuevas evidencias contradicen “ataques acústicos”

El jefe de la diplomacia estadounidense dijo no estar convencido de que los “ataques deliberados”  –como él les dice– hayan acabado. Defendió su decisión de septiembre de ordenar a la mayoría del personal estadounidense y sus parientes abandonar Cuba, y señaló que no la modificará hasta que el gobierno cubano garantice que estarán seguros.

“Yo estaría poniéndolos intencionalmente en peligro de nuevo. ¿Por qué debería hacerlo si no tengo los medios para protegerlos?”, declaró a la AP. “Me opondré a quien sea que pretenda obligarme a hacer eso”.

Tillerson dijo creer que “alguien del gobierno cubano puede poner fin a esto”.

Washington jamás ha culpado a Cuba de los supuestos ataques, pero insiste en que el gobierno de la Isla debe saber quién lo hizo y debió haber protegido a los diplomáticos estadounidenses.

Las autoridades cubanas niegan vehementemente estar implicadas o haber tenido conocimiento de estos hechos, y se quejan de falta de cooperación por parte de la administración de Donald Trump para investigar lo sucedido. De acuerdo con sus propios análisis, no existen pruebas de los alegados ataques.

Tensiones en dentro y fuera del Congreso

Los “ataques” despiertan tensiones en el Congreso de Estados Unidos, donde los detractores del gobierno cubano discrepan con quienes apoyan un estrechamiento de los vínculos.

Acaba de ocurrir una audiencia en el Senado para cómo el Departamento de Estado ha manejado los supuestos ataques acústicos. En una audiencia, que será presidida por el senador Marco Rubio, varios funcionarios declararán sobre el tema ante el comité de Relaciones Exteriores.

Rubio asegura que los ataques son “hechos documentados” y ha insistido en que no podrían haber ocurrido sin el conocimiento del gobierno de La Habana, y la del también senador republicano Jeff Flake, que en una reciente visita a Cuba dijo que no hay evidencia de que las misteriosas enfermedades sufridas por los diplomáticos estadounidenses sean resultado de acciones deliberadas.

“Presuntos ataques acústicos”, un documental

Al interior del gobierno de Trump, la CIA, cuyos espías fueron afectados mientras cumplían su misión disfrazados de diplomáticos, ha censurado la falta de avances del FBI, dijeron varios funcionarios a la AP en los últimos meses.

Legisladores enterados de la investigación cuestionan incluso si el FBI coincide con el Departamento de Estado en que alguien fue blanco de los ataques.

El Departamento de Estado ha dicho antes que el caso “médicamente confirmado” más reciente de un estadounidense afectado ocurrió el 21 de agosto. Tillerson no mencionó más incidentes recientes, pero comentó “no estar seguro de que hayan acabado”.

La AP supo de al menos un empleado más de la embajada estadounidense que informó de síntomas similares después de esa fecha. Se determinó que los síntomas no tenían nada que ver.

Las declaraciones de Tillerson y el informe del FBI ilustran la confusión que persiste en el gobierno estadounidense sobre ese misterio en La Habana, más de un año después de que los empleados de la embajada comenzaran a registrar enfermedades como pérdida auditiva así como problemas de la vista y de la memoria.

Los síntomas siguieron siempre a sonidos inexplicables ocurridos en las residencias de los diplomáticos, lo que condujo a sospechar de un arma sónica. Sin embargo, esta teoría ha sido puesta en duda por diversos especialistas.

Estados Unidos dijo que 24 miembros de su representación diplomática en Cuba sufrieron daño.

Canadá ha informado de afectaciones en algunos de sus diplomáticos, aunque no ha retirado el personal de su embajada en La Habana y dice trabajar en estrecha colaboración con el gobierno cubano para tratar de determinar la causa de las afectaciones.

AP / OnCuba

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