La mitad de los centrales parados y con poca caña

Foto: Lídice Fernández Espino.

Foto: Lídice Fernández Espino.

Siguen cerrados 27 de los 53 centrales que deben moler en la campaña 2017-2018. Los que operan lo hacen a la mitad de su capacidad. La causa principal es que el 70 por ciento de la caña destinada a la zafra azucarera en Cuba está afectada tras las lluvias de los últimos tres meses.

Los altos volúmenes de precipitaciones ocurridos en ese período, cuando la caña debe comenzar a madurar, provocaron que se elevara la presencia de materias extrañas en las plantas, lo cual reduce el rendimiento en el procesamiento, informó el diario Granma.

La caña no maduró a tiempo y su contenido de sacarosa está entre el 15 por ciento y el 16 por ciento, inferior al porcentaje necesario (más del 18 por ciento) para producir azúcar, explicó el director del Instituto de Investigaciones de la Caña, Sergio Guillén.

El especialista agregó que el cultivo acumula mayor cantidad de sacarosa cuando las precipitaciones son escasas y el índice de humedad es bajo.

En las condiciones actuales de los campos “la caña sigue creciendo sin lograr su total maduración”, enfatizó.

Las lluvias afectaron los cultivos de la provincia de Cienfuegos (centro) hasta Guantánamo (oriente), que suman el 70 % de las plantaciones del país y que además sufrieron daños por la intensa sequía registrada entre junio y septiembre del 2017, el período de mayor crecimiento de la caña.

La zafra azucarera cubana 2017-2018 arrancó el pasado 5 de diciembre ya lastrada por los daños provocados por el poderoso huracán Irma, que dañó en septiembre pasado más de 430,000 hectáreas de caña, que quedaron inundadas o tumbadas por los vientos.

Una veintena de fábricas de azúcar –el 40 por ciento del total– sufrió averías en sus techos y múltiples deterioros en sus estructuras.

A las condiciones climáticas adversas se unen las “deficiencias” en la “gestión y procesamiento industrial”, advirtió el órgano del gobernante Partido Comunista de Cuba.

Las fábricas realizan frecuentes paradas en la producción debido a la baja calidad de la materia prima, cuyo bajo grado de madurez e impurezas en los jugos de la caña han provocado que el rendimiento industrial solo alcance el 90 por ciento de lo planificado para la etapa.

Info tomada de Granma.
Info tomada de Granma.

“El objetivo es aprovechar al máximo la caña que hoy tenemos”, dijo a la prensa local la semana anterior el director de Comunicación Institucional de Azcuba, Liobel Pérez.

El funcionario ha explicado que entre las medidas tomadas está que las cortadoras combinadas Case, que asumen el 60 por ciento de los cortes en la Isla, corten las cañas dos centímetros por debajo de la superficie.

“Se trabaja muy fuerte en la aplicación de esas medidas, y se vela e insiste en su cumplimiento con el propósito de que no se pierda el azúcar que se concentra sobre todo en el tronco de las cañas”, apuntó el directivo, no obstante “es muy obvio que no se logrará cumplir con los planes”, dijo.

Hasta el momento el plan de producción de azúcar en el país marcha al 45 por ciento del total previsto.

Sin embargo, Azcuba pretende cumplir en enero el “compromiso insoslayable” de garantizar el azúcar refino y crudo destinado a la canasta básica subsidiada por el Estado cubano.

La producción de la zafra azucarera de 2016-2017 superó los 1,8 millones de toneladas, según datos oficiales.

La industria del azúcar fue en otros tiempos la locomotora económica de Cuba, pero desde los años 90 del siglo pasado, coincidiendo con la caída del bloque soviético, sufrió una drástica caída que la llevó a tocar fondo en la zafra 2009-2010, con solo 1,1 millones de toneladas, la peor producción en 105 años.

La maldita bendición de la caña de azúcar

En la zafra pasada, Cuba produjo 1,8 millones de toneladas, unas 300,000 por debajo de lo planificado.  Entre 600,000 y 700,000 toneladas se destinaron al consumo nacional. Fueron enviadas a China unas 400,000 toneladas, en virtud de un compromiso anual asumido con ese país.

EFE / OnCuba

Salir de la versión móvil